Sentados frente a la computadora, Naruto y Hinata se mantenían quietos, en silencio y casi evitando moverse dentro de aquel espacio. Naruto había decidido sin consultarle que harían la bendita tarea en su casa, y aunque a a Hinata le hubiera encantado decir que no, ella no tuvo alternativa.
Llevaban alrededor de horas haciendo el intento por avanzar comportándose como dos personas maduras, como los compañeros de clase que eran, que para la mala suerte de ambos fueron asignados para el mismo equipo.
—Ella se ve demasiado tranquila —piensa Naruto, viéndola de reojo en un intento rápido de no ser descubierto.
Hinata realmente estaba interesada en que ese horrible momento incómodo se acabara de una vez, mientras antes le pusieran fin al trabajo, más rápido podría marcharse a casa. Aunque, por otro lado, Naruto no lo veía de esa manera, ella estaba en completo silencio, solo hablándole cuando era necesario, para él aquello era una tortura ya que Hinata parecía ignorarlo.
Lo único que ella hacía era preguntarle si estaba de acuerdo o en desacuerdo con algo, básicamente pidiéndole su opinión. Hinata era quién más había hecho, y por supuesto a Naruto a él no le importaba en lo absoluto pues ella lo estaba haciendo todo bien, pero en cambio él... Naruto se sentía un idiota, un verdadero idiota. ¿Por qué? pues, él solo se comportaba como un niño pequeño, uno al que le daba pánico el estar frente a demasiada gente, ahora, la única diferencia notoria es que ya no era un maldito niño pequeño ni tampoco se encontraba frente a una gran multitud, solo se trataba de Hinata y él, nadie más, la chica que ni siquiera podía llegar a imaginar todo lo que provocaba en él con su simple prescencia. Lo alborotaba. Le hacía hervir la sangre sin siquira decir palabra.
—¿Vas a dejar de mirarme
Por otro lado...
Hinata estaba demasiado consciente de lo que provocaba en Naruto, solo que no tenía la suficiente personalidad como para aceptarlo en su cara. No tenía un ego tan grande que le permitiera usarlo en su contra, sabiendo lo que sabía. Sin embargo, él tampoco sabía lo que provocaba en ella, cosas que sabía las cuales podía ocultar perfectamente para no parecer una tonta, tal como se sentía. Sí, Naruto no era el único muerto de los nervios, ella se sentía peor. Mucho peor.
—Lo siento, estaba distraído... —se disculpa viendo hacia otro lado. Sus mejillas no tardan en enrojecer.
Pensando en cosas obvias.
Naruto deja de observar el perfil y el cuerpo de Hinata, prefiere ver hacia otro lado, cualquier cosa, incluso la pared podría ofrecerle algo en lo que distraerse mientras la tortura acaba, y es que tener a Hinata tan malditamemte cerca, pero al mismo tiempo tan lejos le estaba enviando la cordura a un sector muy lejano. Sabía que si seguía observándola de la forma tan descarada en la que lo estaba haciendo, terminaría en ridículo encerrándose en el baño.
En lo único que Naruto podía pensar era en como es que las cosas tomaron ese rumbo, como es que terminó casi hipnotizado por Hinata, de una manera que ni siquiera él pudo imaginar en algún punto de su vida, estaba lejos de toda suposición tratándose de ella. Y todo por un pequeño arranque de enojo contra ella, y es que sí, la relación con Hinata nunca fue la mejor y tampoco debió serlo pues jamás la consideró cómo algo más que una simple conocida, no coincidían en nada y ella siempre que podía lo terminaba dejando en vergüenza, humillándolo, le hacía perder la cabeza molestándolo, cualquiera en su lugar mandaría su paciencia por un tubo, y él... bueno, creía que ya había aguantado suficiente, aunque sí, en aquel momento no fue ella la que había desatado su enojo precisamente.
Hinata era una chica preciosa, tenía un cuerpo increíble que volvería loco a todo el que la tuviera como el la tuvo, porque no era necesario decir que lo volvió loco, terminó por desquiciarlo, lo mantuvo al borde de la desesperación en ese mismo momento, pero para variar no había hecho absolutamente nada, no había movido ni un solo dedo.
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Odio y Lujuria [NaruHina]
FanfictionNo era necesario preguntarlo, pues a simple vista se podía apreciar lo distintos que eran Naruto y Hinata, preferían distintas cosas en todos los ámbitos, sin embargo en una sola cosa coincidían... En el supuesto odio que ambos se tenían. Y... aunqu...