capítulo quince

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—Te amo, Hinata. Estoy enamorado de ti.

Ver mi reflejo en sus ojos llenos de brillo me hace sentir que no está mintiendo. Mientras mi corazón se acelera pienso: ¿Sería capaz de mentir con algo así? No podía creerlo capaz, lo suave de sus palabras, las ansias en su mirada, todo está a su favor.

Entonces...

¿Naruto me ama?

Él...

¿Realmente me ama?

Mientras él me observa de mi sa manera tan única siento que poco a poco entro en una crisis nerviosa. Mi corazón late desesperado, no hay una sola palabra que brote de mi boca.

Necesitaba tiempo para entender, para comprender como se supone que debería de reaccionar ante algo así. Jamás en mi vida había recibido una declaración de amor, muchísimo menos de alguien por quién sintiera lo mismo...

Naruto me acaba de confesar sus sentimientos y yo no puedo terminar de creerlo.

A lo largo de mi vida siempre he visto miles de películas románticas con todo tipo de finales, desde los más felices hasta los más tristes. Incluso hasta los que me han dejado más inconforme, pero todas, absolutamente todas parecían un sueño que solo ocurría detrás de la pantalla. Un invento para entregarnos al menos un pequeño momento de felicidad.

Precisamente por eso, jamás creí que lograría experimentar esa misma emoción, esa felicidad que brotaba desde el pecho y circulaba por todo tu cuerpo. Por momentos creí que mi historia con Naruto no podría cruzar esas puertas, y el miedo de lastimarnos mutuamente también me asustaba. Eso me hacía pensar en muchas cosas que ahora mismo me hacían divagar, sin ser capaz de poder responder, incluso si la emoción y las palabras se acoplaban perfectamente en mí.

—¿Hinata? —su voz en un susurro me llama, sacámdome de lo más recóndito de mis pensamientos. Poco a poco comienzo a abandonar aquella burbuja que comenzaba a consumir parte de mí.  — Fue una mala idea decírtelo, ¿verdad? —pregunta tras un suspiro largo, sus ojos azules reflejaban cierto arrepentimiento.

Una oleada de nervios me golpea el pecho de tan sólo pensar que pudiera retractarse de sus palabras.

¡Por supuesto que no fue mala idea! sabía que debía decírselo, sabía que Naruto tenía que saberlo. Pero, por alguna razón no era capaz de hablar. Lo único que podía hacer era míralo a los ojos.

 —No, digo... no, no es eso. No es una mala idea, lo que pasa es que... bueno, yo... —los nervios comenzaron a jugar conmigo, estaba en medio de una situación muy difícil por jamás haberla enfrentado antes.

Intentaba explicarme de manera justa para ambos, pero lo único que conseguía el cambio eran balbuceos estúpidos que me hacían quedar como una idiota frente al chico que me gusta.

—Hinata, tranquila... —lo observé directamente a los ojos viendo como el brillo en ellos se apaga lentamente, aún así una sonrisa descansa en su rostro, me cuesta creer que pueda estar triste. Naruto estira su mano hacia mí con lentitud, alcanza uno de los mechones cortos de mi cabello y lo pasa detrás de mi oreja con cuidado, todo como si estuviéramos dentro de una cámara lenta, demasiado lenta.— Comprendo que puedas estar confundida, esto no es lo que esperabas, lo entiendo. Fui yo quien confundió las cosas, que te guste no quiere decir que tengas que estar enamorada de mí, no quiere decir que tengas que corresponder a mis sentimientos... 

Naruto cierra sus ojos y me dedica una sonrisa abierta, la había visto muchas veces antes pero no creí verla ahora otra vez. Su mano se fue alejando de mi rostro tan lentamente que sentí como mi corazón se sacudía al no sentir su tacto cerca mío.

Odio y Lujuria [NaruHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora