Hinata
Sakura y yo terminábamos de comer, gracias al cielo con el casino en teoría, vacío, de no ser por nosotras dos y otro par de personas por ahí.
Apoyé mi cara sobre la palma de mi mano mientras suspiraba, me sentía satisfecha con mi almuerzo, la verdad es que no había comido demasiado, pero tampoco es algo que acostumbre. Tengo un estómago pequeño. Durante todo el tiempo que estuvimos aquí, sentía que casi me la pase hablando sola, porque por otro lado, Sakura se la había pasado suspire y suspire mientras susurraba palabras que no lograba entender, pero que de seguro y muy probablemente tenían que ver con Sasuke Uchiha, y con justa razón, si estaba a solo unas pocas mesas alejado de nosotras.
—Es tan guapo... —suspira, llevando la pajilla de su jugo a la boca.— ¿No te parece? —me mira esperanzada, pero yo no pude evitar poner una cara muy distinta a la que ella esperaba.
Aquí tenía dos posibles opciones, una: El admitir que efectivamente Sasuke si era un hombre guapo, bastante apuesto, pero eso es simplemente si hablamos del físico, ya que se ve que Sasuke siempre se ha preocupado en demasía por él y todo lo que tenía que ver con su aspecto físico. O Dos: Decirle que sí de todas formas pero alegando que el físico no es importante y que su interior estaba más podrido que la manzana que se me olvidó sacar de mi mochila ayer en la noche.
—Lo es —me encogí de hombros mientras me levantaba y tomaba mi bandeja para llevarmela y tirar toda la basura que tenía en ella, para no hacer dos viajes al basurero hice exactamente lo mismo con la bandeja de Sakura que estaba casi vacía, de no ser por que dejó casi la mitad de su almuerzo en ella.
Después de limpiarme las manos con el alcohol gel que llevaba en el bolsillo de mi falda e ir de regreso a mi mesa donde se supone mi mejor amiga de toda la vida debería estar esperándome, no sólo me encuentro con que no está sola, si no que la compañía está robandome mi lugar, literalmente. Quiero a Sasuke Uchiha fuera de mi silla en este momento voy a cometer un crimen de odio.
Cuando me acerco a ellos puedo oír mejor sobre la conversación del egocéntrico Uchiha y de la inocente —pero no tanto— Sakura.
—¿Y, qué dices preciosa? ¿Aceptas ir a mi fiesta dentro de dos semanas?
¿Quién invitaría a una persona a una fiesta con dos semanas de anticipación?¿Qué es, el estreno de una película o qué?
—Yo...
Bueno, nunca he ido a una y a las pocas que me han invitado nunca he ido por falta de interés.
—¡Vamos! Será genial, habrá música, comida, bebida... ¿O acaso la aburrida de tu noviecita no te deja?
¿Dijo aburrida y “noviecita”? ¿Acaso se refiere a mí? ¿Yo soy su aburrida noviecita? Lo siento muchísimo por Sakura pero creo que no le daré la oportunidad de tener su romance con Sasuke Uchiha porque lo asesinaré en este mismo momento. ¡Lo juro!
Estaba realmente decidida a quitarle unos cuando humitos de su cabeza, pero alguien se me interpuso frente a mí, chocando con él de frente, probablemente abollandome la nariz. Hoy estaba mucho más malhumorada de lo normal, pero cuando un olor familiar pasó cerca de mi machucada nariz, sentí que de un momento a otro pasé querer volverme asesina a ponerme nerviosa y a ser la portadora de una sensación en la boca del estómago una vez más.
—¿Qué se supone que ibas a hacer? —sentí la mirada de Naruto sobre mí, casi como si me recorriera entera. ¿Por qué se acerca a mí justamente ahora, donde puede entrar cualquier persona y vernos?
—Matar a tu amigo... es obvio —susurré y me sentí tonta, muy tonta.
Fue ahí cuando me animé a alzar la mirada y verlo a los ojos directamente, entonces entendí que después de todos nuestros encuentros, después de todas nuestras peleas, de todos nuestros besos, es la primera vez de puedo apreciar bien el rostro de Naruto, el color profundo de sus ojos, ese azul oceánico, el brillo en su mirada, lo tostada que puede llegar a ser su piel, su cabello casi dorado y resplandeciente, ni siquiera me había dado cuenta realmente que era tan alto, y mucho más que yo obviamente. Era un hombre increíblemente guapo, apuesto. Pero él no tenía por qué enterarse.
Quería retomar mi compostura, la que siempre tengo cuando él está cerca, pero definitivamente todo lo que tengo es ese tonto nerviosismo que me provoca, por su maldita sonrisa y su tonta presencia no lo conseguí.
—Es imposible que puedas matar a Sasuke, te gana en fuerza y altura. Perderás fácilmente —sentí la burla en su mirada mientras trataba de no delatarnos, esto era divertido pero a la vez problemático. Muy problemático.
Naruto se inclinó un poco para quedar más a mi altura, pude sentir su aliento mucho más cerca de mí, su mirada no se despegaba de mi rostro en general, paseándose como si realmente tuviese toda la libertad de hacerlo, dándose el derecho de tenerme temblando delante suyo. ¿Qué iba a hacer? ¿Acaso me iba a besar? Por Dios, él no podía acercarse a mí y verme de esa manera, no podía estar tan cerca mío cuando otras personas podían vernos y especular.
—Quiero besarte.
Sus palabras pasaron como un rayo por mi mente. Sabía que no se atrevería, él no sería capaz de hacer algo así cuando todos aquí nos podían ver, estaba el tonto de Sasuke, Sakura no tenía idea de lo ocurrido entre nosotros dos... Y hablando de ellos, ¿no se dan cuenta de lo que estaba ocurriendo aquí? En verdad lo digo por Sakura, sé que a Sasuke realmente no le importa.
—Ven a mi casa hoy, ya sabes —en mi mente se reprodujeron mil momentos, mil alternativas del por qué me quería ahí, mil cosas que... — Debemos terminar con la absurda tarea de Anko.
¿Es en serio?
¡¿Es muy malditamente en serio?!
Me sentí la persona más idiota de todo el planeta.
—Ya lo sé —sentí mis mejillas arder nada más pensar en lo absurda que me debí ver, tenía mucha vergüenza, ya no por la cercanía de Naruto, si no por todas las cosas que se me pasaron por la cabeza al momento de estar así de cerca.
—¿Qué tanto hablan ustedes dos? —ví a Sasuke pararse al lado de Naruto y vaya, él sí que tenía razón, Sasuke me doblaba en altura al igual que Naruto, sus ojos negros en realidad podían ser muy intimidantes, no puedo creer que esta persona tenga una personalidad tan asquerosa.
—No estamos hablando de nada en especial, tenemos un trabajo que hacer juntos —crucé ambos brazos sobre mi pecho y lo mire increíblemente mal.—Y por cierto, no soy la noviecita de Sakura, soy su amiga.
—Bien, bien —hizo una señal con su mano, demostrando lo poco y nada que le importaba lo que le acababa de decirle. Sasuke volteó un poco su cabeza hacia donde estaba Sakura por pocod segundos para decir:— Te espero en mi casa después de clases.
Por el sonrojo de ella, supe inmediatamente que le había aplicado el clásico guiño después de cada oración sólo para parecer encantador.
Iugh. Asco.
—Bueno, tú —Sasuke me miró, buscando algo en su memoria.
—Hinata —Antes de que pudiera decir mi nombre, Naruto se me adelantó, sonriendo hacia Sasuke. ¿Y estos dos, qué?
—Eso, Hinata. Puedes ir a mi fiesta si quieres.
Dicho esto, Sasuke se dio media vuelta y se fue, como si me hubiese costado una vida el invitarme a su dichosa fiesta la cual no voy a asistir sólo por resguarde personal.
¿Alguien puede explicarme por qué es que se comporta de esa manera tan hostil?
—Necesito que me expliques qué acaba de suceder, por favor —nuevamente estaba hablando sola, por que Sakura estaba en el mundo de fantasías donde Sasuke y ella se casaban y tenían una casa, hijos, un perro y una casa para el perro, ah, y un auto último modelo que manejaría su apuesto esposo. —¡Sakura! —La zarandee de un lado a otro, con cariño obviamente, logrando que por fin se diera cuenta que Sasuke ya no estaba entre nosotras.
—¿Fiesta?
Me rendí con ella y volví a tomar asiento, sacando mi teléfono del bolsillo cuando un mensaje llegó a él.
Rubio estúpido:
En realidad lo de decirte que vinieras a mi casa era una mera excusa, mi verdadera era robarte un beso, pero no quería que creyeras que lo arruiné todo
Naruto Uzumaki era un experto en muchas cosas, y una de ellas en hacer que mi corazón latiera más fuerte y rápido de lo normal.
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Odio y Lujuria [NaruHina]
FanfictionNo era necesario preguntarlo, pues a simple vista se podía apreciar lo distintos que eran Naruto y Hinata, preferían distintas cosas en todos los ámbitos, sin embargo en una sola cosa coincidían... En el supuesto odio que ambos se tenían. Y... aunqu...