capítulo siete

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Hinata

Para cuándo llegó el día Lunes no había vuelto a ver, ni a hablar con Naruto desde el último encuentro que tuvimos en su casa, y de eso no habían pasado varios días ya.

Me sentía demasiado nerviosa, una extraña sensación abundaba dentro mí constantemente, tenía la corazonada de algo, como si fuese a ocurrir algo... o como si muy en el fondo de mí, esperara que dicha cosa sucediera.

Tenía un latir constante en el pecho y en la boca del estómago, me sentía así desde la mañana, específicamente... podría hacerme la desentendida, sin embargo, también sé que tiene que ver con él, desde hace un tiempo hasta ahora absolutamente todo tiene que ver con él. Tal vez sea porque debemos volver a la rutina de todos los días e ignorarnos mutuamente una vez más, como de costumbre. O tal vez se debe a que me siento horriblemente avergonzada cada vez que pienso que nos volveremos a encontrar. No he podido quitar de mi cabeza nada de lo que ocurrió la vez pasada entre nosotros, ni en cómo fuimos capaz de llegar tan lejos.

—¡Hinata! —Sakura corre hacia mí mientras grita mi nombre, alargando la última letra del final. Mueve su brazo en mi dirección mientras me saluda, a leguas se nota que está de buen humor. Lleva consigo una gran sonrisa en su rostro, luce tan pulcra y ordenada como todos los días. Mi amiga es una alumna estrella.

—Hey —saludé alzando mi mano cuando ella por fin estuvo a mi lado, una vez cerca mío, Sakura se da el tiempo de reponer todo el aire que ha perdido al correr. Me hizo una pequeña señal de “Espera por favor” con su mano, luego apoyó ambas sobre sus rodillas respirando de una manera muy pesada. —¿No te vas a morir aquí, verdad? —pregunté. Reí cuando negó con su cabeza. —¿Ya?

—Ya —asintió, mostrándose extremadamente feliz. Alcé una ceja, sintiéndome demasiado curiosa respecto a su actitud tan alegre. No me malentiendan, Sakura en sí era una chica alegre, siempre con una sonrisa en el rostro dispuesta a ayudar a todo aquel que lo necesitara, pero esta vez me parecía que ella estaba mucho, repito, mucho más alegre de lo que acostumbra, y no sólo alegre, ella estaba mucho más feliz, radiante, contenta. Absolutamente todo. — ¡Debo contarte algo!

—¿Tanto tiempo esperando por algo que es lo suficientemente obvio? —puse ambas manos a los costados de mis caderas y la seguí observando, Sakura me estaba poniendo nerviosa con tanta incógnita. —¡Vamos, dilo! Me tienes muy nerviosa.

—Es sobre Sasuke —trató de camuflar su rostro, quizás pensando en que me lanzaría sobre ella para tratar de golpearla y que en base a eso se olvidara completamente del idiota de Sasuke Uchiha.— ¡Por favor! —pide, juntando ambas manos en forma de rezo. — Antes que digas algo, déjame hablar a mí, ¿por favor?

—No —respondí tajante. Crucé ambos brazos sobre mi pecho y la observé severamente. El nombre de Sasuke para mí era un mal indicio, y todo lo que tenía que ver con él, era un mal presagio. — Sabes muy bien lo que opino de Sasuke, él no me agrada —bufo, viendo la mirada que Sakura me dedica. Sus ojos brillan entre ilusión y tristeza. — Tengo miedo de que pueda lastimarte, hacerte daño... Sabemos muy bien la fama que Sasuke trae detrás de él, no es una buena persona y muchas personas lo dicen, Sakura...

Sakura llevaba mucho tiempo enamorada de Sasuke, o al menos eso es lo que ella dice. Hay muchas chicas que dicen sentir lo mismo por ese supuesto galán. Déjenme decirles que desde entonces no hay día en que Sasuke no entre en nuestras conversaciones, incluso si son las más casuales del mundo, o hasta las más serias.

Sasuke aquí, Sasuke allá, Sasuke esto, Sasuke lo otro. Sakura definitivamente necesita una limpia, a ver si de esa manera el nombre de ese tipejo deja de aparecerme hasta en la sopa.

Odio y Lujuria [NaruHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora