— Esto es mucho mejor que un ramo de flores y una cena en un restaurante elegante.
Él sonrió de lado y asintió. Cuando nos fuimos del bar no teníamos ni idea de a donde ir, hasta que Luke decidió llevarme a un lugar de comida rápida, donde pedimos dos hamburguesas y un gran plato con papas. Aún tenía algo de tiempo para estar con él y hablar de todas aquellas cosas que hicimos mientras yo no estuve.
Observé como devoraba su hamburguesa para pedir otras dos. Creo que me gustaría tener su apetito, porque a pesar de que el coma cosas chatarras durante días, se mantenía bien. Sin embargo, creo que va al gimnasio luego de su trabajo, así que sería entendible el cómo se mantiene en forma. Yo apenas iba por mi primera hamburguesa, y sin duda solo pediría esa, quería dejar algo de espacio para las papas, aunque... creo que no debería comer más, cuando vaya a cenar con Jackson abre comido tanta comida que seguramente termine sin pedir una mierda.
— Es... raro esto, ¿no crees? —dice mirando a su alrededor.
Agarré lo que quedaba de mi hamburguesa y limpié mis manos con las servilletas. No sé qué le veía de raro a esto, para mi es tan normal que estemos los dos aquí comiendo una hamburguesa en un restaurante de comida rápida. Tal vez el este entendiendo esto como otra cosa, y su "salida" se convirtió en una cita real.
— Es como cuando salíamos almorzar a algún lado. No es raro, Luke.
— Pero se siente distinto a eso—respondió mirándome—. Creo que tienes cosas que contarme—soltó cambiando de tema. Fruncí el ceño—. No me has dicho como te ha ido fuera de la ciudad—se encogió de hombros y tomó de su vaso.
Es la primera persona que me pregunta con ganas de querer saber cómo me ha ido cuando me fui de la ciudad. Y aunque me gustaría contarle toda la historia desde que llegue a la casa hasta como volví a la ciudad, no podía hacerlo, no teníamos mucho tiempo, en realidad, la que no tenía tiempo era yo. No tenía de otra que hacer un gran resumen.
— ¿Será porque estabas como una perra loca y no querías hablarme? —el me miró de mala manera. Debía decírselo—. Estuvo muy bien. Hice algunos cambios en la casa, trabajé para obtener algo de dinero en los graneros de los vecinos, hice un nuevo amigo y comencé a ir al psicólogo. También... vendí mi moto, y dejé de lado mis chaquetas de cuero—entreabrió su boca sorprendido.
— Querías mucho a tu moto—asentí—, realmente me sorprende. ¿Por qué lo hiciste?
Siempre he dicho que la razón por la que la vendí fue porque necesitaba el dinero para arreglar la casa o para comprarme un auto, pero siendo sincera, esa no era la verdadera razón.
— Era parte del pasado, y un regalo de Eugene. Si quería pasar de página, de lo primero que me tenía que deshacer es de esa moto, pero creo que fue un error, mi auto es una mierda—el rio al escucharme.
Fue divertido y tranquilo el haberme ido. Nunca había disfrutado tanto de algo hasta que me fui de esta jodida ciudad para irme a la casa del campo. Los vecinos eran amables, pero la familia Lorraine fue quien realmente me ayudó durante mi estadía allí. Ellos me aconsejaron muchas cosas, entre ellas me dijeron que tal vez sea buena idea vender la moto, después de todo, no la usaba casi nunca, la tenía guardada en el garaje. Fue difícil hacerlo, y está claro que antes de vendarla la disfrute. Corrí una carrera a escondidas de Mike y gané más de $4000 que, fueron de gran ayuda para las cosas de la casa. Luego me fui a un bar con Sam y nos embriagamos como idiotas, fue la última vez que me embriagué. Había conocido a un chico en el bar, era el barman y oí que buscaba una moto buena para carreras y demás, la Abby ebria creyó que era buena idea vendérsela a él, así que le hablé y le dije que cuando tenga el dinero podía pasarse. Así es como la moto desapareció de mi vida. Y así es como la Abby ebria la cago otra vez, aun no olvidó aquel día donde mandé a la mierda mis ahorros para comprar la casa del campo.
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ᴄᴏʀᴀᴢóɴ ᴅᴇ ғᴜᴇɢᴏ ✔©
Novela JuvenilFueron meses desde que me fui de la ciudad dejando todo lo que amaba atrás. No tengo ansias de volver y verte de nuevo, estoy más tranquila así, sin sufrir de desamor. Y dejen de repetirme que quien ama de verdad se queda hasta en los momentos más...