— Abby, la primera sesión que tuvimos hace apenas unos meses no fue del todo buena, espero que esta y las siguientes sesiones puedas abrirte un poco más—largué un bostezo y me la quede observando. No sé qué hago aquí—. Estas aquí para que yo te escuché, nunca te juzgaré por lo que hiciste en tu vida o por lo que harás.
Sonreí mentalmente, que bien se sentía ese "No te juzgaré", estaría excelente que muchas personas se repitieran esas tres palabras en sus cabecitas llenas de mierda.
— Así que necesito que dejes tu orgullo de lado y hables de todo lo que te inquieta. ¿Con que quieres empezar?
Me levanté del sofá individual y me acosté en el sofá grande que está a un lado del gran ventanal, de aquí se podía ver toda la horrible ciudad. Puse mis brazos detrás de mi cabeza y me quedé mirando el techo fijamente. ¿Con que carajos quería empezar? Bueno, hay miles de cosas de las que me encantaría hablar, el tema es si tenía las agallas suficientes para querer decir toda la mierda que guardaba dentro de mí. Dime Abby, ¿tienes las agallas suficientes de contarle a esta señora todo lo que nos pasa? ¿No? Pues perfecto. Golpeé mis dedos una y otra vez contra la parte izquierda del sofá. Lo admito, no puedo creer que este nuevamente en un sitio aquí, siendo atendida. No puedo creer como el idiota de Mike y la rara china loca de Isabel me haya convencido para que vuelva a terapia.
— No tengo ni puta idea de lo que quiero hablar—dije—. Espero que no me cobre eh.
Ella se saca sus lentes y me mira de mala manera. Dos sesiones y parece como si ya me quisiera echar de la habitación, eso es un gran récord, usualmente lograba aguantar alrededor de tres o cuatro sesiones. Suspiré y rodé los ojos.
— Lo siento señora, pero está muy equivocada si usted creía que yo hablaría como una "señorita" —niega con la cabeza. Volví mi vista al techo e hice una mueca—. Siéndole sincera, no sé de qué podría hablar, ¿tal vez de todos los chicos que me tiré este verano? Bien, no sabe cuant...
— Abigail—me regaña interrumpiéndome. La miré y negué con la cabeza.
Para hablar de cosas profundas debo estar a la deriva de todo, a la deriva de la tristeza, a la deriva del dolor, a la deriva del enojo, da igual a cuál, pero el estar así de tranquila no me hará sacar todo lo que tengo dentro de mí.
— No es algo tan importante ya que me da un poco igual, así que seré directa y rápida porque me quiero ir a la mierda de este lugar—ella me hace un adem con su mano para que yo empiece a hablar—. Hace un par de días una "amiga" tuvo un tipo de problema y me sen-sentí un poco mal porque no supe como mierda ayudarla o animarla.
— ¿Hablas de mi sobrina? —asentí— Oh Abby, ella te quiere como si fueras su hermana, créeme, nunca acompañaría a nadie a mi consultorio, ni a su propio hermano.
Le debe de disgustar venir a este maldito lugar.
— Dime, ¿siempre te pasa eso con las personas que te rodean?
— Claro que no—respondí—. Siempre, toda mi vida me costó mucho ponerme en la piel de las personas que me rodean cuando la están pasando como la mierda. Por mucho que sienta que debo apoyarlos, una parte de mí no quiere hacerlo, o tal vez porque no sé cómo hacerlo.
Ella frunce el ceño y agarra su libreta para anotar algo.
— Y, ¿Por qué crees que no quieres o no sabes cómo hacerlo?
Sonreí de lado.
— Porque nunca me ayudaron cuando estaba mal, entonces de niña aprendí que cuando viera a una persona mal no ayudarla, porque así me lo dieron a entender—ella entreabre su boca—. En fin, simplemente me quede junto con ella escuchando todo lo que le había ocurrido mientras lloriqueaba sin parar.
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ᴄᴏʀᴀᴢóɴ ᴅᴇ ғᴜᴇɢᴏ ✔©
Fiksi RemajaFueron meses desde que me fui de la ciudad dejando todo lo que amaba atrás. No tengo ansias de volver y verte de nuevo, estoy más tranquila así, sin sufrir de desamor. Y dejen de repetirme que quien ama de verdad se queda hasta en los momentos más...