#68.

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La pelea estaba en su auge. Gwen, a pesar de no estar con su traje, ayudaba a Peter dándole lucha al Duende Verde. Por un momento parecía que al fin lograrían vencerlo, que ya no tendrían que lidiar con él; lo tenían acorralado entre ellos y una caída mortal, sin su aerodeslizador, todo a favor de los héroes.

O eso creyeron ellos.

Sin darles tiempo a nada, El Duende saltó de espaldas hacia el vacío mientras soltaba una de sus aterradoras carcajadas. Los jóvenes se asomaron, pero en el suelo no había ningún cuerpo. Se miraron confundidos y, tan rápido como había desaparecido, el horrible ser se elevó por los aires hacia ellos, su transporte estaba a medio funcionar, por lo que volaba sin tener casi control. La chica saltó, sujetándose de uno de los costados del deslizador logrando que se inclinara y que el criminal perdiera equilibrio. Pero sus manos fallaron.
No tuvo tiempo de reaccionar.
Cayó.

***

-¡Harley! ¿estás bien?- Preguntó April, llegando junto a su hermano y tomando su rostro con sus manos, examinándolo.

-Sí, tranquila, no me hizo nada.- Aseguró con la mirada perdida en algún punto del aeropuerto.

-¿¡Y POR QUÉ NO ESTÁS ALLÁ ARRIBA GOLPEANDO A ESE IDIOTA!?- Chilló mientras le pegaba en el pecho.

-¡Ella es su informante! ¿qué esperabas que hiciera?- Respondió, enojado. Los puñetazos (que para él no eran muy fuertes) se frenaron de pronto.

-¿Qué?

-Tu amiga fue quien lo llamó ¡es una maldita traidora!- El ojiceleste respiraba agitado, su cerebro no lograba terminar de procesar toda aquella información. Era demasiada, incluso para él.

-No entiendo nada.

-Ni yo.- Suspiró.- ¿Llamaste a Fury?

-Sí, Tío Steve viene para acá con Tía Sharon.

-Bien, tienes que volver a...

-¡GWEN!- El grito de la castaña pareció que iba a desgarrarle la garganta. Harley dejó su frase a a mitad y volteó.

April sintió que la sangre en su interior se congelaba. Vió caer el cuerpo de su amiga con desesperación. Casi al instante, notó que Spiderman arrojaba una de sus telarañas en dirección a la chica. Una pequeña sensación de alivio la invadió al ver que no había tocado el piso y corrió hacia ella con su hermano pisándole los talones.

-Santísimo Dios, casi me da un infarto.- Soltó al llegar. La rubia no se movió.- Oye ¿estás bien?- Se acercó más.

Estaba colgando gracias a la fina hebra pegajosa en su cintura, con los brazos extendidos y la punta de los pies rozando el piso. Tenía los ojos cerrados.

-Gwen.- Llamó. Se colocó de rodillas en el suelo y la soltó de la telaraña, para tomarla en sus brazos.- Vamos rubia, despierta, ya estás a salvo.- No obtuvo respuesta alguna.- ¿Gwen?

La voz empezó a temblarle y sus ojos se aguaron. Acarició el rostro de la joven, alejando un par de mechones que se lo cubrían. Tenía un par de raspones pero, aún así, se veía hermosa. Con miedo acercó sus dedos al cuello de la mayor.

No había pulso.

***

-Señor, ya estamos en el lugar.- Habló Steve por el intercomunicador. Bajó junto a su esposa del auto, corriendo directamente a la pista de despegue. Miró hacia arriba, Spiderman continuaba su pelea contra el Duende Verde, debía buscar la manera de llegar hasta allá rápido.

-¡Steve!- Su mujer le llamó la atención.- Son los niños.- Señaló y ambos se acercaron.- Ve allá, yo me quedo con ellos.- Él asintió y entró.- Harley ¿qué sucede?

-Ella...- El chico no pudo articular más, se encontraba en un shock del que no podía salir. Se hizo a un lado, mostrando a su hermana, quien continuaba arrodillada en el suelo con el cuerpo de su amiga en los brazos.

-April, nena...- Posó la mano en su hombro, la castaña volteó a verla, tenía el rostro empapado de lágrimas.- ¿Qué pasó?

-Gwen... ella... ella está...- No podía hablar debido al llanto. La mayor se agachó a su lado y tanteó el cuello de la rubia menor. Al instante entendió lo que sucedía.

Se quedó unos minutos acariciando la espalda de su sobrina, quien se negaba a soltar el cuerpo contrario. Harley había ido al avión para sacar a los pasajeros y llevarlos adentro del aeropuerto. Levantó la cabeza al escuchar la voz de su esposo llamándola.

-Steve ¿lograron detenerlo?- Preguntó esperanzada, pero él negó con la cabeza.

-Se fue, salio volando y no pudimos pararlo.- En su tono de voz se notaba el enojo.

En ese momento el Hombre Araña llegó a donde estaban ellos, preguntando por su compañera. Se acercó a donde estaba y su corazón se paralizó ante tal imagen. Quiso pensar que solo estaba desmayada, que despertaría en cualquier momento, riéndose de él y de su imaginación; pero las lágrimas que surcaban el rostro de April y la mirada apenada del Capitán América y la Agente 13 hacían que durara cada vez más.

-Amor, será mejor que la lleves adentro.- Sugirió Rogers, ella asintió y tomó a la chica por los hombros, intentando que se alejara.

-¡No!- Chilló.

-Vamos, acompáñame.

-¡NO! ¡Déjenme aquí!- Sharon no sabía qué hacer, por suerte, Harley llegó y la ayudó a levantar a su hermana, quien ya no se opuso, solo se dejó arrastrar. Spiderman tomó su lugar.

-¿Gwen? Gwen, respóndeme. Soy yo, Peter.- Habló en vano, mientras se quitaba la máscara.- Oye, por favor, despierta.- Un sollozo se escapó de sus labios.- No puedes irte, no puedes dejarnos.- Susurró acariciándole el rostro.- No puedes dejarme así.

Mordió su labio inferior con fuerza, mientras apretaba el cuerpo inerte de la joven contra su pecho. Le dolía demasiado. Soltó un grito al aire, liberando aquella rabia y dolor que sentía. Steve, a un costado, miraba la escena impotente, entendía lo que se sentía perder a alguien que se ama pero ya no quedaba nada que pudieran hacer.

Gwen Stacy había muerto.





Solo diré que espero haberles sacado un par de lagrimitas y que lamento la tardanza.

Los amo tres mil😻

LadyNerd.

Avengers: Social Media.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora