Avengers: Social Media.

#81

Base de los Vengadores.- Afueras de New York.- Planeta Tierra.

-Entonces, está hecho, debemos ir a Wakanda, ahí estarán las naves.- Dijo Bruce, dando por finalizada la reunión express que habían tenido los Vengadores.

-Hagan sus maletas muchachos, tenemos un viajecito que hacer.- April pasó por delante de su madre, dispuesta a salir de la sala de reuniones junto a los demás.

-Oh, no señorita. Tú vas a quedarte aquí, lejos del peligro.

-¿Qué? ¡No! Yo quiero ayudar.

-No es seguro. Yo iré.- Dijo Harley.

-Ustedes dos son MIS hijos. Ninguno está autorizado para ir.- Ambos chicos voltearon, indignados.

-Ehh... bueno esto es un asunto familiar.- Comentó Sam, mejor nos vamos a preparar.- Sin decir más, todos salieron de la sala.

-Mamá, no podemos quedarnos aquí y ver como los demás van a pelear.

-Sí, sí pueden.

-Pero no sería lo correcto y los héroes siempre hacen lo correcto ¿no es así?- Replicó el chico.

Pepper suspiró. Hacía apenas unas horas atrás, su esposo le había dicho que sus hijos siempre lucharían por hacer lo correcto, y eso mismo era lo que estaban haciendo.

-No voy a perderlos ¿bien? Son lo último que me queda en la vida y no voy a ponerlos en riesgo.

-Mamá... por favor...- Los ojos celestes de Pepper y los castaños de April se encontraron.

-Oh no, no hagas esa carita. Es igual a la de tu padre.- Ella rió.- Y él estaría de acuerdo con mi decisión.

-Quiero hacerlo ¿de acuerdo? Quiero pelear por nuestro mundo y patearle el trasero a ese tal Thanos. Acabo de cumplir dieciocho años, lo lamento, pero iré, no puedes detenetme.- Dijo Harley con voz decidida, se acercó a aquella mujer que tanto amaba y la abrazó con cariño.- Te prometo que me mantendré lo más a salvo que pueda y que volveré solo para decir "Te lo dije" ¿si?

-En momentos como este odio que seas igual de terco que Tony.- Dijo con una sonrisa triste.- Más te vale no rayar la armadura.

-¡Gracias má! Te amo.- Exclamó alegre, mientras le besaba la cabeza.

-Si él va yo también.

-No señorita, tú aún eres menor de edad.

-¿Y qué?

-Te quedarás con tu hermana y conmigo.

-Pero...

-Nada.- Sentenció la mujer y salió de la sala de juntas.

-Hey, Jefa...

-¡No me digas así! No intentes tranquilizarme Harley.

-Escucha.- El ojiceleste la tomó de los hombros.- Por favor, cuida de mamá y de Morgan. Si algo llega a pasarme...

-No digas eso. Nada va a pasarte ¿entiendes? Nada puede pasarte... no podré seguir adelante si te pierdo.