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April dio otra vuelta en su cama intentando conciliar el sueño, pero fue inútil; cada vez que cerraba los ojos, veía el cuerpo sin vida de su amiga. Se sentó y miró el reloj de su mesita de noche, eran las cuatro y cuarto de la mañana, ni siquiera Steve se levantaba a esa hora. Suspiró y se puso de pie, ya no podría seguir durmiendo. Tomó su celular, tenía un mensaje de Peter preguntando si estaba despierta, había sido recibido solo dos minutos atrás. Respondió que sí.
Al instante alguien golpeó la puerta de su cuarto.

-¿Pet? ¿cómo diablos llegaste tan rápido?- Inquirió mientras abría.

-No podía dormir.- El chico también tenía el piyama y lucía unas grandes ojeras.- Y algo me dice que tú tampoco.- Negó con la cabeza.

-No... no lo hago bien desde lo de Gwen. Simplemente no puedo. Pasé esta última semana con dos o tres horas de sueño al día.

-Igual yo.- El castaño acarició suavemente su mejilla.- ¿Quieres ir a la azotea?- Ella solo asintió, si hablaba de seguro lloraría.

Caminaron y subieron las escaleras lo más silenciosamente posible, no querían despertar a nadie. Una brisa fresca de verano corría en la parte alta de la Base, haciendo que se les erizaran los vellos del cuerpo. En el cielo se veían las estrellas brillar en todo su esplendor sobre la plena oscuridad.

-¿Sabías cuál es el momento más oscuro de la noche?- Preguntó Peter, mientras se sentaban. Negó.- Justo antes del amanecer.- Una pequeña sonrisa se instaló en sus rostros.

-Aún no me hago la idea de que ya no está con nosotros.- Murmuró. El castaño solo atinó a abrazarla por los hombros y darle un beso en la coronilla.

Se quedaron en esa posición un largo rato, mientras que los primeros rayos de sol aparecieron en el horizonte, haciéndoles recordar los lindos momentos que vivieron junto a aquella rubia de ojos celestes.
Tal vez era el silencio de la madrugada, el cansancio de no haber dormido en varios días o la paz que le transmitía el latir del corazón de Peter; pero April se quedó profundamente dormida. El chico la tomó con cuidado en sus brazos y se dirigió adentro.

-¿Todo en orden? Preguntó Steve al verlo en la zona de habitaciones.

-Sí Cap, solo se quedó dormida, la llevaré a su cuarto.- El rubio le sonrió y se alejó para ir a comer algo antes de salir a correr.

-Viernes, abre la puerta.

-Enseguida señorito Parker.- Obedeció la IA.

-Gracias.- Caminó hasta la cama de su amiga y la acostó. Estaba por marcharse cuando sintió que lo tomaban repentinamente del brazo.

-No te vayas.- Susurró la joven.- No me dejes sola, por favor.- El tono de su voz era suplicante, parecía a punto de llorar de nuevo.

-Tranquila, no me iré.- Le sonrió de manera dulce, tratando de calmarla. Ella se hizo a un lado en la cama y él lo ocupó con cuidado.

-Gracias por esto, te quiero.- Dijo en voz baja, mientras rodeaba el torso del castaño con sus brazos, tratando de sentir aquella inmensa tranquilidad que él le transmitía.

-También te quiero, princesa.- Contestó, abrazándola con cariño.

***

-Buenos días.- Saludó Tony, entrando a la cocina de la Base.

-Buen día.- Respondieron todos los presentes a coro.

-¿Cómo amaneció la mujer más bella de todas?- Preguntó, mientras le daba un corto beso en los labios a su esposa.

-Bien, muchas gracias.

Avengers: Social Media.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora