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Entro al hospital con la niña en brazos mientras caminaba de una forma un poco apresurada.

Pasaba entre las enfermeras y los médicos casi empujandolos.

Vio entrar a una enfermera a una de las tantas salas del lugar.

Entre un lío de gente entro de igual forma a aquella sala.

No pudo evitar sentir un escalofrío en su espalda en cuanto vio a aquellas personas en camillas.

E incluso juro ver a alguien suplicar por su vida.

Tapo los ojos de la pequeña.
Esta llevaba un tapabocas,un gorro en su pequeña cabeza y un atuendo que tapaba todo su cuerpo de una forma adorable.

Realmente le preocupaba el hecho de que pudiera contagiar alguna de las enfermedades de aquel hospital.

Había mucha gente debido a que los familiares visitaban a sus seres queridos enfermos.

La enfermera se encontraba al final de todo ese montón de gente junto a un hombre que,a su parecer,tenía quemaduras.

-¡Hey,Lucia!-

Grito,sin embargo estaba demasiado lejos como para que la enfermera le pudiera escuchar.

Gruño levemente y tuvo que pasar aún por más gente de ese lugar.

Justo al estar en frente de ella,aquella mujer sin corazón (o por lo menos eso pensaba él) le agarro del brazo haciendo que ella volteara de una manera brusca.

Su corazón empezó a salir cada vez más rápido y de su boca no salía ni una sola palabra.

¿Que podría decirle?

-Señor Bon,es un gusto verlo aquí-

Saludo con una sonrisa sin siquiera notar a la pequeña que tenía en sus brazos.

-N-necesito hablar con usted...En privado-

Mordió su labio inferior con un poco de nerviosismo.

Sentia que en cualquier momento su corazón saldría para respirar un poco.

La castaña simplemente le dijo "sigueme" y ambos empezaron a caminar hacia un lugar del cual el peli-turquesa no sabía de su existencia.

Entraron a una sala completamente sola la cual parecía que en cualquier momento caería.

Ella suspiro y pasó las manos por su cabello,se veía desesperada.Como si supiera de que iban a hablar.

-Creo que aquí estaremos bien ¿qué me quería comentar señor Bon?-

Al peli-turquesa le pareció un descaro lo que hacía la mujer.

Simplemente fingir que no había pasado nada.

-¿Ella es su hija?-

Pregunto sin rodeos,esto hizo que la castaña se le pusiera la piel de gallina.

-N-no, ¿por qué saca esas conclusiones?-

Tartamudeo mientras veía hacia otro lado evitando la mirada penetrante de el oji-verde.

-¡¿Es tu hija o no?!-

Algo que debe de admitir,es que desde que se había enterado de la falsa muerte de Bonnie sus problemas de ira habían aumentado de una forma inimaginable.

-¡No!-

Grito la oji-cafe totalmente asustada mientras lágrimas corrían de sus mejillas.

-¡Es tu hija!-

La castaña se tiró al suelo de rodillas y empezó a llorar aún más fuertes.

Intentaba no hacer ruido,no se imaginaría lo que pasaría si alguno de los doctores,enfermeras o pacientes entrara.

-¡Si es mi hija! ¡¿y qué?!-

Acepto tapando su cara llena de lágrimas con su cabello.

-¡¿Por que la echaste a un basurero?!-

La pequeña niña entre tantos gritos y lágrimas también decidió llorar.

Los tres lloraban a causa del gran dolor que estaban sintiendo en el momento.

La pequeña tapo su cara en el pecho de su "padre".

-¡Porque la odio!-





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