Océano rojo

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Por primera vez en toda mi vida, llevaba más de un día en una misma ubicación. Esto se debía a que Floyd estaba construyendo algo en ese cementerio de maquinas de metal, luego de dos días entendí que era lo que los antiguos humanos llamaban helicóptero.

La mayoría de las maquinas que se encontraban destruidas en ese lugar eran aviones, en algunos puntos habían unas maquinas que parecían fortalezas con tubos llamadas tanques y los helicópteros eran los que ocupaban menos terreno en aquel cementerio.

-Si esa máquina es la menos común en este cementerio, ¿por qué la elegiste? -pregunte viendo que revisaba un montón de cables.

-Había un Body en casi perfectas condiciones, considerando su importancia, un helicóptero es la mejor opción -me respondió saltando a la cola de esa máquina.

- ¿Qué es un Body?

-En palabras sencillas, es como el corazón.

Para reparar la maquina Floyd usaba un tubo de metal que liberaba una brillante luz azul en forma de flama que derretía el metal, según él se le llamaba soldar y los antiguos humanos tenían una maquina similar, la diferencia era que la del no usaba fuego sino energía del chip intuí. Luego de tres días la maquina ya estaba lista.

-No estoy segura de que esta casa de metal con poleas, nos ayude a cruzar el mortal océano -argumente sentándome junto a él.

-Confía en mí, soy un piloto experto.

-Pensé que te llamabas Floyd.

Sin más palabras la maquina se encendió, liberando fuertes corrientes de aire mezcladas con un ruido preocupante, el sonido era tan alto que tuve que tapar mis oídos con un casco que había en el lugar.

Al terminar de colocarme el casco note algo increíble, estábamos flotando en el aire, no solo eso, podíamos volar. De alguna forma mágica esa máquina de metal podía desplazarse por los cielos, permitiéndonos atravesar el rojizo océano.

-Esto es imposible -grite admirada-. ¿Qué clase de magia usaste, para hacer volar esto?

-No es magia -dijo con una breve risa-. Es ciencia. Si te gusta como vuela esta chatarra, deberías ver mi nave, esa sí que es rápida.

- ¿Tienes algo cómo esto?

-No exactamente. Mi nave no fue hecha con la función tan básica de volar por el cielo planetario -respondió de forma que no logré comprender.

- ¿Dónde está tu nave?

-En el punto donde inicie mi viaje. Si quieres podemos ir después de ver la zona de donde proviene el mensaje, aunque te advierto que está bastante lejos.

Volamos durante varias horas para llegar al punto de donde se había enviado el mensaje, lamentablemente el área estaba cubierta por el agua rojiza y no parecía haber tierra cerca.

-No lo entiendo, son las coordenadas del mensaje -afirmo Floyd.

-Solo hay agua. Es probable que fuera un mensaje antiguo.

-Aunque lo fuera, para seguir trasmitiendo el lugar debería estar intacto y no bajo el agua.

Fue mirando a todas las direcciones que Floyd me pidió que encendiera esa radio, donde la señal parecía llegarnos con más claridad y no solo esa, también captaba varias señales más.

Los mensajes de las demás señales eran similares, gente enferma en diferentes asentamientos, conformados de 100 a 250 personas en distintas partes del mundo. Floyd logro grabar todas las señales que eran captadas en ese lugar y luego nos devolvió a tierra donde usando nuevamente la laptop fijo un nuevo destino de viaje. Al robar un poco más de combustible del cementerio, nos dirigimos a la nueva ubicación, un faro blanco junto al rojizo océano.

Licor del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora