Ojos plateados

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Mi historia comienza en un presente donde la humanidad ha desaparecido casi por completo, en un mundo donde el agua es el recurso más valioso de todos y la oscuridad a cubierto cada rincón del planeta.

Se preguntaran a que se debe lo anterior, pues yo vivo en el año 2145, en mi presente de la raza denominada humanos, solo queda un puñado que pelea por sobrevivir cada día.

Mi nombre es Elena, tengo veintiún años y sobrevivo recorriendo el mundo sin detenerme. En mi presente solo los fuertes sobreviven, si enfermas o te quedas quieto en una zona morirás, la comida escasea debido a que no han habido fabricas humanas funcionando en casi un siglo y las plantas mayoritariamente se han vuelto polvo.

Para no aburrirlos con mi triste vida diaria, iré directo al día que lo verdaderamente importante comenzó. Día exacto no puedo darles ya que la determinación de éstos se ha vuelto complicada, puedo destacar que a diferencia de la mayoría de los días del año, en este se veían breves resplandores del sol, iluminar un poco más las ruinas de una ciudad humana.

Mayoritariamente en mi tiempo los días son cubiertos por nubes negras, por eso aprovechando la breve luz me adentre a las ruinas en busca de comida. Considerando que llevaba tres días sin comer necesitaba suministros, incluso sabiendo lo peligroso que son las ruinas de los pueblos humanos.

Dentro de la ciudad me dirigí a varias tiendas sin éxito en mi propósito, lamentablemente para mí en este tiempo si los alimentos no han sido devorados, ya están la gran parte descompuestos, para mi suerte sobre un edificio encontré un abastecimiento de alimento rápido del que desconozco el nombre pero en el encontré unas hamburguesas que no se descomponen.

Comiendo escuche un breve ruido cerca de la entrada, por lo que tome rápidamente el valioso alimento para guardarlo en mi bolsa y consecutivamente mi escopeta para apuntar a lo que saliera del lugar; de la entrada comenzó arrastrarse un humanoide de piel pálida sin ojos ni oídos, en su cara solo se distinguían dos grandes agujeros en la ubicación de la nariz y una boca gigantesca con colmillos similares a los de un tiburón.

La criatura vestía unos trapos que apenas cubrían un poco de su piel pálida; aunque era completamente ciega y sorda elevo su cabeza emitiendo un leve gemido en pena que como sonar le permitía identificar mi ubicación. Por mis experiencias anteriores con criaturas como ésta, sabia que me encontraría, por lo tanto le dispare antes que me atacara, ella como un animal al acecho esquivo mis disparos.

Continúe disparándole mientras me dirigía a la terraza del edificio, donde la criatura me seguía deteniéndose solo para hacer su breve gemido con el que me localizaba. Aprovechando el lapso donde la criatura hacia su sonido le dispare directo en la garganta, haciendo salpicar su rojiza sangre y un gemido en pena más fuerte.

El gemido de la criatura fue seguido por varios estruendos dentro del edificio del cual salieron más, era imposible para mi matarlos a todos. Con todas mis fuerzas salte desde la terraza del edificio hasta la azotea del siguiente, donde las criaturas saltaron también causando una persecución.

Aunque las criaturas suelen arrastrarse mayoritariamente, al momento de sentir una presa usan sus cuatro extremidades de forma extraordinaria, moviéndose por los edificios como arañas, «corriendo incluso por las paredes».

Escapando salte de la azotea a otro edificio impactando con la ventana, apenas me levante le dispare a una que saltaba detrás de mí, justo en la boca. Sin perder tiempo me desplace por las habitaciones del edificio, que parecía estar inclinado.

Corrí por varios pasillos, hasta que logré esconderme. Podía escuchar como esas criaturas se desplazaban a pocos metros de mí, tratando de localizarme.

Licor del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora