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(Escena sexual explícita se requiere no excitación)

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(Escena sexual explícita se requiere no excitación)

Ok No ignorenme.

Sentía muchísima confusión por una parte odiaba a Billy y quería golpearlo tan fuerte, pero por otro lado no evite sentir tristeza.

—Emma, ¿qué ocurre?—hablo Max dejando historieta de la mujer maravilla de lado.

La miré confundida.

—Uh... Nada Max—miré por la ventana de mi habitación qué daba a la calle.

Ella se acerca a mi.

—¿Es por Billy?—preguntó tocando mi brazo,—¿Crees qué no me iba a dar cuenta?—sonrió

Me acomodé mi abrigo.

—Sí es por él, Max ¿hace cuánto lo sabes?—estaba muy sonrojada.

—¿Te acuerdas aquella noche en Navidad?, los vi besándose bajo el muérdago de la puerta trasera.

Mierda estoy en problemas.

—Max... Yo.

Ella sonríe.

Tranquila tú secreto está a salvo conmigo, yo seré tú cupido secreto—me tiro una almohada.

—Eres increíble mi niña—acaricié su mejilla,—Por dios, necesito amigos.

Max frunció el ceño.

—¿Qué hay de mi?.

—Eres mi mejor amiga MadMax—respondí haciendole cosquillas.

—¿Qué opinas de los niños de la escuela?—pregunta mirándose las uñas.

Le sonreí.

—Son geniales, ellos serían muy buenos amigos... Aunque creo qué a Wheleer no le agradas—chasqueo la lengua.

—Uh... Igual no es mi tipo—dijo mirando a un costado.

—¿Así? ¿Y quién es tú tipo?.

Ella sonríe.

—Me gusta Lucas—se sonrojo.

—No puede ser... Lucas el hermoso—grité emocionada.

Ella alzó una ceja.

—Sí él... No le digas a nadie.

—Está bien, no diré nada Max.

Ella me miró seria.

—¿Por qué no hablas con Billy?—me miró nerviosa,—Es decir... Yo sé qué es un idiota a veces... Pero él no es cómo su padre... Aunque sea un cretino yo lo quiero.

Miró el suelo.

—Lo sé Max, vaya eres buena consejera... Max doctora amor.

Reímos a carcajadas.

—Tonta... Tonta, deja de ser tan dramática y ve habla con él.

Abrí la puerta y caminé hacia la puerta de la habitación de Billy.

Golpeó la puerta.

—¡Váyanse!—grito

Subió la música.

—Billy, quiero hablarte—golpeó nuevamente.

Él abre la puerta, estaba haciendo pesas estaba sudando.

—¿Qué quieres Emma?—preguntó tomando nuevamente las pesas.

—Quiero... Disculparme por lo qué te dije hoy, no lo quería decir—miraba al suelo, se había quitado la camiseta.

—Yo quiero disculparme por gritarte te asusté, las asusté—sollozo

¿Billy Hargrove llorando?.

—Está bien era sólo eso.

Di la vuelta y me dirijo hacia la puerta y siento sus brazos rodeandome.

Emma...—el se acercó y intentó besarme,—Me estoy volviendo loco de amor por ti—acarició mi cabello.

Cerré mis ojos.

—Tengo qué ir a la casa de Nancy Wheleer—dije alejandolo de mi.

—¿Quieres qué te llevé?.

Sí, sí por favor Billy.

—No estoy bien, me llevará mi madre.

Tomó un cigarrillo y lo prendió, había algo en el qué me encantaba es tan sexual. Lo miraba de arriba abajo su cuerpo sudando me hacia pensar en cosas qué me hacen temblar las piernas.

—Creí qué te habías ido... ¿Que haces aquí todavía?—preguntó sonriente.

Mordi mi labio inferior.

—Pensando en lo sexy qué eres y en cómo te lo haría... Pero eres tan imbécil.—respondí, el estaba acercándose.

—¿Si?—tomo mi cintura.

Miré sus ojos y ví cómo brillaban.

Deja de preguntar y has algo al respecto, ¡maldición!.

Cerro la puerta con llave.

Paso sensualmente la lengua sobre su labio inferior. Y empezo morderlo  con suavidad a uno de sus labios y empiezo a succionarlo al interior de mi boca.

—¡Mierda , Emma!—vocifero.

Nuestras lenguas se empezaron a entrelazar, y sentía como mi Interior ardía.

—Déjame qué te de un poco de amor querido... Quítate la camiseta y acércate.

Me senté en su cama su cuerpo sudaba mientras yo sentía demasiado calor.

—Eres tan dramática cómo hermosa, querida Emma.

Acarició su cuerpo mientras lo Miró fijamente a los ojos.

—Parloteas demasiado.
Pasé el dedo pulgar a lo largo de su pene verificando si se encontraba excitado.

Y lo estaba, en abundancia. Tomé sus dedos y los chupe con suavidad.

-Mmm...- mordió su labio al sentir mi boca.

—¡Sientate!—ordene

Me coloqué entre sus piernas.

Sigilosamente me acerqué a su boca.

Posé mis labios en los de el, besándolos con inmensa urgencia.

Sus gemidos los fui callando con mis besos.

Fui bajando por su cuello, mis manos bajaron hasta su pene, Torturándolo. Dejé varias marcas en la base de su cuello.

Mordí su lóbulo izquierdo.

Me susurró en su oído.

—no sabes cuánto te he extrañado.—sollozo

Yo también mi amor.

Emma Mayfield [Billy Hargrove] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora