Emma Mayfield [Billy Hargrove]

10

No evitaba pensar en todo lo qué estaba pasando, era tan raro. Primero los ataques de pánico del niño Byers, Dustin y su mascota rara. Max tiene razón.

—MadMax—golpeó su puerta.

—Largo Monstruo horrible—respondió furiosa.

Suspiré y golpeó nuevamente.

—Max tienes razón—dije

Ella abre la puerta.

—¿Y por qué dudaste tanto?—preguntó,—¿por qué estás vestida así?.—me miró de arriba abajo.

Tenía puesto un vestido negro corto.

—¿Me veo mal?.

Ella sonríe.

—No, te vez mal Emma monstruo.—me abrazo,—Lo lamento.

—Yo lo lamento MadMax.

—¿Tendrás una cita con Billy?.

La miré.

—Sí, no digas nada. El señor Hargrove vendrá tarde.

Yo haré mis gritos felices.

—Secretos de hermana.

Salí de la habitación y vi a Billy comiendo galletas.

—Te vez bien.—lo mire, mordí mi labio.—Billy eres tan sexy—susurre

Él me guiño.

—Estás tan... Linda.—acaricio mi cabello,—¿Gritos felices?—preguntó

—Sí... Billy el sabroso.

El tomó las llaves del coche y me subí.

—Te llevaré a un lugar especial es un lugar hermoso, con una linda vista y traje comida.—su voz estaba temblorosa.

Dios mío está nervioso.

—¿Estás nervioso?—pregunté el sonríe.—Billy eres tan tonto.

—¿Tonto?.

El miraba el camino.

—Por favor... Pareces asustado.

—Eres primera vez qué tengo una cita con una chica.

Reí a carcajadas.

—Vamos, Billy ¿qué hay con las qué saliste hace una semana?—pregunté, el paró el coche.

—Esas chicas no me interesan, solamente... sexo.

Desearía no haber escuchado.

—Sí, ¿y qué pasará conmigo?—pregunté, quería hacerle una broma.

Él sonríe.

—Sólo veremos las estrellas, comeremos y hablaremos de cosas sin sentido... Emma.—me miro a los ojos.