Emma Mayfield [Billy Hargrove]

30

Íbamos a ir a casa de Heather la chica qué coquetea a Billy. Me siento fatal no sé qué pensar ni qué sentir, extraño tanto a Billy. Quiero ayudarlo, quiero qué vuelva a mi vida.

-Bien, llegamos.-hablo Mike.

Los mire.

Nancy y Jonathan se pusieron adelante. Cruce los brazos.

-Está cerrado.-dijo Nancy.

Miraron a Ce.

-Déjenme a mí.

Tomé mi horquilla del cabello.

-¿Puedes?-preguntó Ce.

Abrí la puerta.

-Eres increíble-dijo Mike.

-¿Tom? ¿Heather?-preguntó Nancy.

Miró alrededor.

-Hace un frío qué pela-hablo Max.

Fuimos a la cocina.

-¿Sienten eso?-pregunté.

-Más productos químicos-respondio Nancy.

-¿Se tragan esto?-preguntó Jonathan.

Mire a Will.

-Esto es extraño. Will el año pasado no comía químicos. ¿No?.

-No.

Los mire.

-Cuando mezclas productos químicos con otros crean más.-hablé

Mike me miró.

—Es cierto él sueñor Clarke nos habló de esto.—dijo Mike.

—Pero ¿qué están creando?.

Fui al comedor.

—¡Chicos!—grité.

Había un charco de sangre.

—¿Qué pasó?—preguntó Will.

Tomé una botella qué estaba tirada.

—Ayer... Tom tenía una venda en su cabeza. Fue agredido—habló Nancy.

Seguí caminando.

—Lo golpearon aquí y lo arrastraron hacia allá.—tomé un cuchillo.

La alfombra estaba corrida.

—Bien, vamos—dijo Nancy.

Tomé un cuchillo.

—¿En serio Emma?—preguntó Max.

La mire.

—Trataré de defenderme. No siempre tiene qué ser Ce la qué nos defienda.—respondi.

Ce se rie.

—Tiene razón—intervino Mike.

Entramos al garaje.

—Emma.

Max tomó mi mano.

—Los ataron. Y se los llevaron a otro lado.—explicó Jonathan.

Había una cuerda en el suelo.

—La señora Driscoll. No paraba de decir "Tengo que volver".

Mire a Nancy.

—¿Y si los está esclavizando en otro lado?.—pregunte.

Nancy y yo nos miramos.

—Debe haber una fuente en dónde todo esto empezó.—contesto Nancy.

—Sí, el no quería qué yo lo viera—intervino Once.

—Sí encontramos la fuente de todo podemos detenerlo. O al menos evitar qué se expanda a otro lado.—concluí.

—¿Pero cómo lo encontraremos?—preguntó Once.

—La señora Driscoll. Está conectada a él, o cómo sea... ella podría guiarnos hacia la fuente.

—Sí tiene tantas ganas de volver dejémosla.—habló Will.

Salimos de la casa.

Max se subió a la camioneta.

—Tranquilizate Emma.—habló sobando mi hombro.

—Estoy bien, vamos.—contesté.

Giré la llave pero no encendía.

—¿Qué pasa?.

Golpeó el volante.

—¡Mierda!—grité.

Bajé del auto.

—¿Qué pasó?—preguntó Jonathan.

—No funciona...

Mire la casa de enfrente vi a Christopher.

—Emma. Tenemos qué irnos.—gritó Max.

—Chris, ¿me prestas tú motocicleta?—pregunté, el me miró.

—Qué no. Olvídalo.

Saqué doscientos dólares.

—¿Esto está bien?—pregunté.

—Eso y un beso.—respondio.

Me acercó a él y lo bese.

—Dame las llaves.

El me las dio.

—¿Subes?—le pregunté a Max.

—¿Sabes conducir motocicleta?.

Sonreí.

—Hay muchas cosas qué no conoces de mí querida hermana.