Capítulo 2

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-Narra Vegetta-

Hoy había sido un día duro en el gimnasío, la verdad es que últimamente estaba realizando trabajos muy intensos, por el camino para regresar a casa paré por un puesto de gominolas y compré las chucherías que tanto le gustan a Willy, ya que recientemente estaba un pelín de capa caída y que menos que apoyarle cuando lo necesite.

Al llegar a casa lo ví sentado en el salón con el móvil, desayunando los cereales que compramos la semana pasada en el súper. Cuando me vió entrar sacó una sonrisa, parecía que no le gustase estar solo. Lo saludé con todo mi animo matutino -Hombre ¡Buenos días compañero! me acerqué al lavabo de la cocina para lavarme las manos -¿Qué, están mas buenos esos cereales? dije mirándolo de reojo a la par que me secaba las manos en un paño morado que había allí -Bff asqueroso como toda la comida de aquí chaval. Un día me encuentras muerto por el asco. Me comentó en plan bromista, solía emplear bastantes exageraciones, pero era cierto que la comida en España era mas buena, o sería que estábamos acostumbrados. Me acerqué hacia él y lo miré sonriendo. -Toma anda... le entregué el saco de gominolas que había comprado previamente al salir del gimnasio. -No hacía falta, pero ya que insistes... Le gustaba picarse conmigo, eran nuestras bromas del día a día, la verdad que las extrañaría si algún día nos separamos. -Si es que... como te cuido, pim pam. Observé a la vez que le sacudía el pelo, lo tenía tan suave, que era algo que me encantaba. -¿Te encuentras mejor entonces? Pregunté cambiando la seriedad de mi tono de voz. -Hombre... tu sabes, aún me siento extraño. La verdad es que se me partía el alma ver a mi mejor amigo así, anoche me comentó que su estado de ánimos no era el ideal. -Ya verás que esta noche te animas. Anoté con un tono más cálido para romper la seriedad del asunto. Ayer le propuse de ir a cenar fuera y llevarlo a algún bar a tomarnos algo, aunque no me gustase beber pero por ver si se animaba. -Gracias Vegetta... Se le sonrojó las mejillas al decirlo, era muy extraño en él dar las gracias, hizo que me sintiese muy feliz. -No tienes por que darlas... Se hizo un instante de silencio en el que permanecimos el uno mirándo al otro, me quedaría así durante toda la mañana pero reaccioné mirando la hora. -Las 10 ya niño, me voy a dar una ducha y nos ponemos a grabar. Comenté advirtiendo de que estaba completamente sudado. -Mejor chaval, que cantas de lejos... Dijo con tono cómico agitando la mano delante de su nariz... -No, yo canto ópera. Solté sin percatarme de la penosidad adquirida que contenía el comentario. Ambos soltamos una carcajada-Eh, él solito... Le miré de reojos mientras avanzaba el pasillo que llegaba a mi cuarto de baño (Puesto que había dos, uno de Willy y otro mío)-Ahora te aviso para grabar compañero. Añadí para terminar la conversación.

Wigetta | Un secreto a voces...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora