Capítulo 6

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-Narra Vegetta-

Tras beber mucho y bailar locamente me encontraba totalmente confuso, aún así recuerdo perfectamente a Rachel y mi beso, fue bonito, pero le faltaba algo, quizá que no la conocía lo suficiente, al ver marchar a mi compañero hacia los aseos decidí acompañerlo, pidiéndole el número a la rubia antes de abandonar la pista. Al entrar en el aseo encontré a mi amigo refrescándose la cara, se le veía cansado, cuando me dijo que quería regresar casa lo entendí perfectamente pese a que yo hubiera permanecido un tiempecillo más. Lo agarré del hombro ya que encontraba dificultad al andar, el alcohol nos estaba pasando factura a ambos. Nos despedimos de las chicas giñándoles un ojo y salimos del agobiante local. Fue un alivio poder tomar aire fresco, mi compañero giró la cabeza para mirarme, estaba rojo como un tomate y los dos estábamos sudando. Era vergonzosa nuestra situación, se veía al lejos que no estábamos acostumbrados a estos trotes, aún así fue una noche divertida y aunque cansado, Willy parecía haberla disfrutado también.

Durante el camino a casa, Willy se paró en seco y me dijo: -Espérate, no puedo mas. Esta vez no lo hacía por quejarse se le notaba en el rostro el cansancio. Se agarró a una farola y dejó caer su cuerpo yo me detuve también y mire el aspecto que traíamos. -Ha sido una fántastica noche ¿eh Willy? Su cara seguía expresando la misma intensidad de cansancio, como si le pesase hasta el alma. Él me miró fatigado y añadió:-Lo habrá sido para ti. Sus palabras fueron secantes, la verdad es qué me dejó anonadado quería conocer por qué estaba así -Pues bien que estabas bailando eh majo. Willy hundió su mirada en el suelo, aún seguía atónito, desplegó de nuevo los labios y dijo: -Lo hacía por estar contigo. Me dejó sin palabras, era obvio que Willy no había disfrutado con la chica aquella, me sentí mal, quizá no debimos salir. Lo agarré de las manos y lo miré a los ojos: -Willy. No me preguntéis por qué lo dije, pues no existe una respuesta simplemente mi cuerpo lo decía, y el alcohol lo ayudaba. Willy levantó la vista del suelo y agarró mis manos aún mas fuerte de lo que yo lo hacía, me miró de forma perdida, sus ojos eran preciosos, aunque apenas se pudiesen distinguir. -¿Qué? Willy esperó una respuesta por mi parte pero no fue así. Acerqué su cuerpo al mío la distancia era peligrosa, mi cabeza fue en busca de la suya, sentía su respiración y su cálida mirada, estaba perplejo no sabía lo que estaba haciendo. Cerré los ojos y mis labios rozaron los suyos lentamente, finalmente besé su boca como si no hubiese mañana, lo que más me extrañó fue que Willy me correspondió el beso, sus labios eran suaves y sabían a alcohol, pero me encantaban. Ninguno de los dos nos queríamos separarnos, fue un beso limpio y por la voluntad de ambos, era algo pedido por nuestros cuerpos, un secreto a voces. Yo llevaba las riendas del beso, ya que Willy no tenía mucha experiencia, pero me encantaba, su lengua y la mía se encontraron y se fundieron en una. Solté sus manos y lo agarré por la cintura, el apoyo sus manos en mis hombros. Si por mí fuese me hubiera quedado así toda la vida, no tenía ganas de plantearme mi sexualidad ni bobadas de esas, quería besar a Willy, y él como pude notar quería besarme a mí. Nos separamos y me miró confuso, no supe que decir, mis labios se desplegaron solos y recitaron como si de una melodía se tratase -Te quiero. Mis palabras hicieron que Willy se sonrojase y me abrazase, regresamos a casa sin decir nada, todo estaba dicho.

Cuando llegamos a casa lo miré con una sonrisa y el me sonrió a mí, me abrazó y acercó sus labios a mi oído, un escalofrío reocrrió mi cuerpo, me dijo: -No quiero despertar de este sueño. Yo le respondí volviéndolo a besar y el me correspondió el beso. Sin duda alguna lo mejor de la noche fue esto, quizá no habíamos pensado nuestros actos puesto que fueron nuestros instintos los que se buscaron y se atrajeron. Willy se fue a la cama y yo también lo hice ya que estaba cansadísimo y apestaba a alcohol. Una noche mágica, ojalá nunca hubiese terminado...

Wigetta | Un secreto a voces...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora