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La luz de la luna iluminaba su habitación, apenas eran las 10 pm y su mente estaba tan ocupada ordenando sus ideas que no lograba conciliar el sueño.

Todo el día y el resto de la tarde estuvo ignorando las llamadas y mensajes de Jungkook, no sabia cómo actuar ni cómo responderle, se odiaba por ser tan sensible y llorar en cada momento.

Antes del accidente era completamente diferente, era valiente, intrépido, extrovertido, no tenía miedo a nada, Yugyeom lo conocía bastante bien, pues era su principal competencia, siempre albergó envidia en su interior al ver como todo mundo quería ser como Jimin, hasta ese día del accidente.

En cambio ahora el rubio ni siquiera soportaba ver una película de terror, cualquier situación lo ponía nervioso, se extrañaba a sí mismo pero no podía ser como antes, ni siquiera tenía autoestima.

Esa noche Jungkook no quiso entrar por la ventana, toco a la puerta de la entrada principal, no tardo mucho cuando abrió Soyeon.

—Jimin está muy sensible como para verte ahora, así que mueve tus piecitos y regrésate por donde viniste.

—Déjame entrar a verlo por favor, arreglaré todo.-Suplicó.

—Ya está dormido.

—No lo está, lo sé, lo conozco.

—Sus pleitos de pareja no son mi asunto.-Rodó los ojos.-pero si veo peor a mi hermanito te cortare esa pequeña cosa que te cuelga entre las piernas.-Dijo apuntándole en sus partes nobles mientras le abría paso para que entrara.

—Gracias! -Dijo mientras caminaba rápidamente hasta la habitación del rubio.

Abrió la puerta lento y vio el pequeño cuerpo de Jimin acurrucado entre las sábanas, estaba solo un poco de su cabello rubio al descubierto.

—Soyeon ya vete, si sigues entrando a cada momento no podré dormirme nunca.

Jungkook se acercó y se acosto a su lado, comenzó a acariciar su cabello y lo abrazó.

—Mamá no me ha dado dinero, así que no te portes bien conmigo porque no te daré nada.

—No quiero tu dinero mochi.

Al escuchar su voz saltó de golpe destapando su cara para voltear a verlo, con dificultad puso boca arriba y miró a Jungkook a los ojos.

—Qué haces aquí?

—Quería verte y pedirte perdón por lo qué pasó hoy, entiendo si estás molesto, créeme que ya hablé con Yugyeom y en cuanto te vea se disculpara contigo.-Alzó su mano y quitó una hebra de cabello de la frente de Jimin.

—No es necesario, creo que ofendió más a Tae, se debería disculpar con él.

—Lo hará, es un tipo que sabe reconocer sus errores.

—Se ve que ya son más cercanos, como mejores amigos.-Desvío su mirada entristecida.

—Así como tú y Taehyung.-Dijo en un tono áspero arrepintiéndose enseguida.

—Bien.

—Pero él nunca se compara contigo, tu siempre serás el número uno para mi, eres mi mochi, lo olvidas? Si supieran mis amigos todas esas cosas cursis que te digo me mirarían raro.-Río y se acercó de nuevo para abrazar a Jimin.

—Solo eres así conmigo?

—Créeme, jamás me dan ganas de olerle la cabeza a Yugyeom, nunca me acercaría a abrazarlo así como lo hago contigo y por nada del mundo se me antoja besar sus mejillas.

Déjame Amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora