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Habían pasado dos días y aun no veía el final de su castigo, no había visto a Jimin, ni siquiera en la escuela tuvo oportunidad y lo extrañaba muchísimo, sin embargo estuvieron platicando mucho mediante mensajes y videollamadas.

Bajó desde su cuarto hasta la puerta principal, estaba esperando la llegada del rubio pues pasaría toda la tarde en su casa por primera vez.

Por lo regular Jungkook era quien lo visitaba pero ahora harían una excepción, se asomaba constantemente a la calle para ver si ya venía y su madre se dio cuenta.

—Hijo pareces desesperado, no le pasará nada solo por salir de su casa, subir a la banqueta y entrar hasta acá, cualquiera que te viera pensaría que esperas a tu novia.—Río y le palmeo la espalda dejándolo solo de nuevo.

Es que, ¿Qué tenía de malo preocuparse así por Jimin? Sentía siempre la necesidad de protegerlo, se había metido de pronto en su vida y se había ganado toda su atención.

Nunca había querido a ningún amigo de esa manera pero tampoco se ponía a pensar lo que era correcto o incorrecto porque le gustaba abrazarlo, mimarlo y besarlo.

Sí, besar a Jimin se había vuelto algo que le nacía hacer, una necesidad de mostrarle cuanto lo quería, pero esa noche que ansió más sintió qué pasó los límites, por supuesto que lo recordaba, no con detalles pero sin duda recordaba haber besado a Jimin.

Hoy tenía que hablar con él al respecto, tal vez por eso su ansiedad de verlo, estaba más nervioso de lo normal.

Cuando por fin vio el cabello rubio de Jimin brillar a causa de los rayos del sol abrió la puerta y en su rostro se dibujó una enorme sonrisa que marcaba sus ojos de arrugas adorables.

—¡Mochi! Espera, te voy a cargar.—Bajó dos escalones que estaban en la entrada y llego hasta él, se inclinó, le dio la espalda y tomó sus brazos para colocarlos en sus hombros.—Te subiré a mi espalda para llevarte hasta mi habitación, sujétate bien—Jimin lo abrazó y se sostuvo mientas Jungkook le tomaba de las piernas.

—Que vergüenza, ¿Qué dirá tu mamá?—Dijo Jimin escondiendo su rostro en el cuello de Jungkook a causa de su sonrojo.

—Me haces cosquillas.—Dijo riendo y para fortuna de Jimin no se encontraron con la señora Jeon.

Llegaron a la habitación del castaño y con cuidado sentó a Jimin en su cama, se colocó a un lado y sintió una gran necesidad de contacto así que sin decir nada cargo al rubio de nuevo y lo sentó en sus piernas.

—¿Porqué me cargas? Parezco un bebé.—Dijo sonriendo mientras se recargaba en el hombro del castaño.

—Eres mi bebé, tengo muchas ganas de abrazarte, te extrañe mucho.—Soltó un suspiro y le acaricio el cabello.

—Yo también pero no quiero hacerte sentir incómodo, mi silla no puede entrar hasta acá y me tienes que cargar para todo.—Hizo un puchero adorable a la vista de Jungkook y le beso en la mejilla.

—No hagas eso, me es muy difícil resistirme.—Le acaricio el rostro que estaba solo a centímetros de él.

—No sé de qué hablas.—Sonrió.

—¿Entonces no te importa si lo hago de nuevo?—Dijo en un susurro mientras su vista bajo hasta los labios color rosado.

—Qu-quieres...

—Muero de ganas de volverte a besar mi mochi.—

Jimin no dijo palabra alguna, solo cerró sus ojos como dándole aprobación, Jungkook cayó fascinado ante tal vista y sus labios se unieron una ves más.

Mientras el castaño succionaba lentamente su labio superior el corazón de Jimin parecía que saldría de su pecho, su mente trabajaba a mil por hora, se acababa de enterar que Jungkook recordaba su primer beso, lo hizo consiente y ahora lo estaba haciendo de nuevo.

Jungkook se separó lentamente y miró al rubio a los ojos, lo único que podía encontrar era amor, Jimin tenía tanto amor para dar y él quería ser el único en recibirlo.

—Me gusta besarte, no tienes idea cuanto, me siento tan extraño, no quiero que te asustes bebé pero aunque no me has rechazado tengo miedo que te alejes de mi, Jimin me gustas, ese día que llegue borracho lo comprobé, tenía a la chica más deseada de toda la preparatoria y mi mente estaba ocupada pensando en ti.—Jimin lo escuchaba atentamente aun sin poder creer cada palabra que salía de sus labios.—No me importa que seas hombre, no me importa nada, solo déjame amarte.

—Te amo.—Esas fueron las únicas palabras que logró decir antes de que derramara una lagrima sobre su mejilla sorprendiendo a Jungkook.

Sin más se acercó de nuevo y disfrutó de los labios del rubio durante minutos, los más preciados de su vida, no había morbo, ni pensamientos sexuales, solo estaba amando sentir esa conexión, besar esa boca sin duda era su nueva cosa favorita.

Todo a su alrededor era inexistente, ambos estaban flotando en la nube del amor, sus almas parecían una sola, sin duda habían nacido para estar juntos.

Cuando llegó la noche se encontraban acostados mirándose mientras sonreían, a Jungkook le daba gracia ver los labios hinchados de su mochi, no podía dejar de besarlos y estaba pagando las consecuencias él también.

—No puedo contigo bebé.—Dijo serio.

—¿Porqué dices eso?—Abrió sus ojos asustado.

—Cualquier cosa qué haces o dices me parece adorable, es que tú eres adorable y tierno.—Pellizcó su nariz.

—¡Por supuesto que no!—Sonrió y golpeó el hombro de Jungkook.

—Eres el ser humano más tierno que a pisado este planeta.

—Te voy a dar el premio al hombre más exagerado del mundo.

Esa noche Jimin la guardaría para siempre en su memoria, todo fue perfecto, mejor de lo que se podía imaginar y aunque Jungkook no le pidió estar en una relación de noviazgo le confesó que le quería y le besó tanto que le dejo en claro cuanto le gustaba.

....


Llegó el día de la última práctica antes del partido final, donde se definiría que escuela preparatoria sería la que se llevaría el trofeo a casa.

Jungkook quería que Jimin lo acompañara desde las bancas para darle suerte, así que lo subió a su espalda y con cuidado lo sentó allí.

Después se fue con sus compañeros a calentar antes de que empezara el partido de práctica, dejó a Jimin solo pero lo observaba cada que tenía oportunidad.

Jimin veía a Jungkook sin perder ningún detalle, estaba atento a todos y cada uno de sus movimientos, hasta que llegó alguien y se paró enfrente tapándole la vista.

—Oye, tú eres muy amigo de Jungkook, ¿cierto?

—¿Porqué?

—Es que quiero que me des un consejo.—Dijo mientras se sentaba junto a él.—Disculpa ¿Cómo es que te llamas? Es que no suelo recordar nombres de gente común.

—Pues no soy tan común, soy el único chico inválido en toda la escuela.

Jimin recordaba a esa chica, fue la que le provocó un sonrojo a Jungkook el día que los vio juntos platicando y no le agradó nada la idea de pensar que era la misma chica de aquella fiesta.









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HOLA !!!!!!!!!!

FALTA POCO PARA QUE ESTE FIC LLEGUE A SU FIN🥺

Se que tardo en actualizar😭 Pido disculpas

Los amo❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️

Déjame Amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora