•Prohibido•

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"Yo también te amo, princesa, y no quiero alejarme de ti..."


~•~•~•~•~

   Estaba en un pequeño bazar buscando aceite y harina, cuando dos hombres empezaron a seguirme por todos los pasillos. No había nadie cerca por lo que tenía que dirigirme rápidamente a la salida. Cuando vi la pequeña puerta y planeaba salir, uno de los hombres que me seguían se interpuso en mi escape, mientras que el otro se quedaba atrás mio. Iba a empujarlos pero sus asquerosos y pegajosos brazos me detuvieron tomándome de la cintura y los brazos.

—¡Ayuda...!—Alcancé a gritar antes de que una de las manos de los hombres que me sostenían me tomaran del cuello y me empezaran a ahorcar.

   Cuando pensé que era mi fin, ambos hombres fueron golpeados provocando que me soltaran y cayeran al suelo. Cuando me voltee hacia mi salvador, quedé totalmente hipnotizada.

—¿Te encuentras bien, hermosa?—Me preguntó una voz grave y suave proveniente de un chico bastante alto, cabello negro alborotado y largo, unos profundos ojos azules y muchos tatuajes alrededor de su cuello y brazos.

—S-Si...E-Estoy...Bien...—Murmuré. Su presencia y mirada me ponían nerviosa. Él solo rió acompañado de una sonrisa.

—Mi nombre es Liam, ¿Y el tuyo, bonita?

   Demonios...¿Por qué tenía él que seguir con la conversación?

—___...

   Susurré. Él solo volvió a sonreír. Acarició lentamente mi brazo. Sentía que mi corazón se iba a salir de mi pecho por lo fuerte que palpitaba.

—¿Qué buscas?—Preguntó nuevamente.

—B-Busco harina y aceite...

—Ya veo, sé donde están, acompáñame...

   Tomó mi mano y empezó a caminar conmigo detrás de él. Nos dirigimos a un pasillo no tan lejano y tomó lo que yo buscaba. Cuando llegamos a la caja, iba a pagar pero Liam se me adelantó diciendo que el iba a pagar por mí:

—Yo pagaré por esta hermosa dama...—Le dijo al señor que se encontraba en la caja. Lo miró con desagrado, y Liam le devolvió una.

   Salimos del horrible bazar, "al que no entraré nunca más...", y Liam me extendió mis bolsas. Las tomé con nerviosismo.

—Gracias, Liam...Ya has hecho mucho por mí...—Hice una pausa y lo miré a los ojos.—Nos vemos...

   Empecé a alejarme lentamente, pero aquello se vió interrumpido cuando la poderosa mano de Liam agarró con cuidado mi brazo. Me voltee, y el chico se acercó a mi rostro besando con cariño mi frente. Lo miré sorprendida y desconcertada.

—Nos vemos, hermosa.—Me dedicó una sonrisa y se fue, sacando una pequeña caja de su bolsillo de donde sacó un cigarrillo, lo encendió y empezó a fumar.

   Cuando dejé de mirar a aquel chico que me enamoró a primera vista, y que de seguro no volvería a ver, volví a mi casa, me acosté en mi cama y me quedé dormida, recordando siempre el rostro de Liam.

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