•De vuelta•

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"Estoy de vuelta solo para ti, cariño..."



~•~•~•~•~


   7 meses.

   7 meses han pasado desde que Idan se había ido de mi lado para ir a una misión en Afganistán. Aún recuerdo nuestros últimos momentos, y por supuesto, su despedida.


FlashBack


   Ambos nos encontrábamos recostados sobre el tronco de un árbol. Teníamos nuestras manos entrelazadas y un silencio cómodo pero con un aire de tristeza se alojaba sobre nosotros. Su pulgar acariciaba el dorso de mi mano. Con su otra mano acariciaba mi cabello mientras que mi cabeza reposaba sobre su hombro. Su pecho subía y bajaba con calma, brindándome el mismo sentimiento, que pronto se fue de mi cuerpo.

—No quiero que te vayas, Idan.—Murmuré empezando a sollozar mientras lágrimas resbalaban por mis mejillas que estaban pintadas de un color carmesí. Rápidamente capturé la atención de Idan, quien instantáneamente se volteó hacia mí con preocupación y tristeza.

   Sus manos capturaron mis mejillas provocando que lo observara a los ojos directamente, sus ojos que tenían el color de unos diamantes recorrieron todo mi rostro. Se acercó a este y rozó mis labios con delicadeza para después unir los suyos con los míos. Era un beso dulce, lento, delicado. Idan siempre era un caballero.

—No puedo hacer nada para no ir, amor.—Murmuró cuando se separó de mí unos centímetros aún rozando sus labios con los míos. Algunas lágrimas seguían descendiendo de mis ojos, pero Idan rápidamente limpió estas con su pulgar.

—¿Qué pasa si ocurre algo allá? ¿Que pasa si sales muy herido, y...No puedes volver? ¿Qué voy a hacer sin ti?—Pregunté con desesperación. Idan volvió a besarme.

—No me ocurrirá nada querida. ¿Recuerdas que tu novio es el mejor de todos los soldados?—Preguntó con una pequeña sonrisa. Aquello era cierto. Idan era el mejor de todos los chicos que se encontraban en el ejército, era un chico ejemplar. Pero que sea bueno no significa que en el campo de batalla él no pueda salir herido.

   Volví a sollozar y dejar que las lágrimas descendieran nuevamente por mis mejillas.

—Amor, por favor no llores más. Me duele verte así...—Murmuró dulcemente para calmar mi tristeza.—Volveré bien.

   Negué con mi cabeza mientras mi sollozos se hacían más fuertes y las lágrimas caían con más frecuencia. Idan no dudó en volver a besarme, callando los sollozos que soltaba. Me aferré a su cuello rodeando mis brazos por este.

—No llores más, ___.—Dijo.—Me iré por un tiempo y volveremos a estar juntos de nuevo. Lo prometo.

—¿Qué pasa si no es así, Idan?

   Se quedó callado por un momento manteniendo su mirada con la mía en todo momento.

—Lo será, ___. Te prometí que estaremos siempre juntos, sin importar que.

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