Capítulo 3

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–¿Y bien? –preguntó Nick 

–No hemos vuelto a hablar, lo último fue que le dejé un mensaje felicitándolo por el programa –comento sin interés mientras reviso unos informes.

Hacía una semana que había llegado a Los Ángeles después de haber pasado dos semanas en Inglaterra (una en Londres y otra en Oxford), desde que vi el programa donde entrevistaron a Chris no había vuelto a hablar con él, no me respondió el mensaje y yo la verdad es que tampoco quiero agobiarlo.

–Eres una aburrida –dice mi primo mientras se sienta en uno de los sofás de mi despacho –echas los mejores polvos de tu vida en una sola noche y con el mismo tío, que encima te pide tu número y no eres capaz de mandarle un mensaje para repetir –dice mientras mira su teléfono 

–Tengo mucho que perder –respondo mientras intento leer los informes.

–¿Cómo qué? –respondió burlón.

–Mi dignidad, por ejemplo.

–Hace tiempo que no tienes de eso primita –responde haciendo que levante la vista para dedicarle una mala mirada.

–Christopher es... bueno, es como tu, le tiene alergia a las relaciones y creo que es de los que no repite con la misma. –respondo ignorando su anterior comentario.

–Eso tu no lo sabes, te pidió tu número y te escribió

–Sí, pero me la juego a que lo hizo en un impulso y que cuando se dio cuenta del error que había cometido decidió poner distancia... ¿Tú no tienes trabajo o qué? –pregunto algo irritada al ver que ni ha leído los informes que le dije que leyera.

–No, mi trabajo es controlar que la subdirectora de la empresa haga el suyo, y de momento lo estás haciendo genial –sonríe mientras se levanta –pero te dejaré en paz, sólo porque he quedado con Emma para comer ¿te vienes?

–Si claro, no tengo nada mejor que hacer que ir a ver como mi primo intenta ligar –suelto un suspiro –eso sí, Emma me cae bien, no la cagues.

–Emma y yo no tenemos nada, fue una noche, algo extraño pero ahora somos amigos, es como esa peli que ves... One Day, pero sólo en el principio, sin amor, nos acostamos y nos dimos cuenta de que nos preferimos como amigos.

–Eh... si que tuvo que ser mala la noche –digo riéndome 

–No del todo, estuvo bastante bien la verdad... pero ese no es el caso ¿vienes o no? en algún momento tendrás que comer

–Vale está bien –digo tomando mis cosas –pero espero no tardar mas de una hora.

–No te preocupes, estarás aquí rápido.

Tras dos horas de almuerzo, pude volver a mi oficina y terminar todo el trabajo pendiente

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Tras dos horas de almuerzo, pude volver a mi oficina y terminar todo el trabajo pendiente. Estaba sumida en mis pensamientos ahora que tenía algo de tiempo libre. 

Quien no arriesga... (Chris Evans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora