Viven en la misma ciudad, compran el café en el mismo Starbucks, tienen a una amiga en común, pero se terminan conociendo en otro país.
Él está en una etapa de su vida donde el amor es algo secundario, su familia y su carrera es lo primero, o eso es...
Reviso por última vez el borrador antes de enviarlo, normalmente no suelo cometer errores de escritura en mis trabajos, pero el último que envié tenía un párrafo sin corregir y me costó un suspenso.
–¿Quieres enviarlo de una vez? –comentó Sarah –ese trabajo está perfecto –Levanto la vista del ordenador para mirar a mi hermana antes de enviar el dichoso trabajo
–Enviado –respondo –¿ya estás contenta? –cierro la tapa del ordenador y lo dejo encima de la mesa antes de sentarme en el sofá
–En realidad no, pero tal vez cuando me cuentes por qué has huido de Inglaterra lo estaré –Mi hermana se sienta con cuidado a mi lado, su barriga de cinco meses la tiene muy limitada.
–No he huido –digo mirando por los grandes ventanales que dan al patio
–Como quieras Mad, pero sabes que estaré aquí para cuando quieras hablar
–Solo he venido a ver a mi hermana, no sé si sabes quien es, está muy embarazada y está muy borde
–Yo no estoy borde –Sarah frunce el ceño –bueno, tal vez sí, te juro que me estoy planteando demandar a todas esas escritoras que pintan el embarazo como algo bonito –no puedo evitar reírme ante su comentario –¿Qué? –pregunta –el bebé está mas grande de lo normal, el médico me ha dicho que si sigue creciendo así pesará cinco kilos antes del parto ¿eres consciente de cuanto son cinco kilos? porque soy yo quien va a tener que dar a luz
>> a eso súmale las molestias que tengo constantemente, porque no son dolores, son molestias constantes que solo desaparecen cuando duermo –dice Sarah con un quejido –supongo que será una buena noticia que me pase la mitad del día durmiendo –desvío la mirada solo para ver que tiene los ojos aguados –lo siento, esto también lo odio, hace un momento estaba molesta y ahora solo quiero llorar
–Eso sí que no voy a permitirlo –dice Chris entrando en la sala –Mi prometida no puede estar triste –responde al tiempo que se sienta al lado de Sarah y toma la mano donde tiene su anillo de compromiso
–Tu prometida está a punto de darte una patada en tus nobles partes ¿de verdad crees que por decir "no estés triste" voy a dejar de estarlo? –mi hermana ha vuelto a enfadarse –lo siento cariño, estoy muy susceptible –miro con asombro como Sarah abraza a Chris, menos mal que la próxima semana tengo que regresar, no creo que pueda aguantar con los cambios de humor de mi hermana
–El ginecólogo dijo que todos los embarazos son diferentes, a algunas mujeres les afecta mas que a otras –Chris dejó un beso en los cabellos de mi hermana
–Me hubiera gustado ser de esas mujeres que puede correr una maratón estando embarazada
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