Capítulo 14

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Siete meses después

Me miro en el espejo y decido ponerme un poco más de fijador de maquillaje en spray, al fin y al cabo, la gala durará casi toda la noche y lo último que quiero es que salir mal en alguna foto.

Hoy es una ocasión especial, será la primera vez que se nos verá juntos en un acto público, donde podrán fotografiarnos sin reservas, pero no pude negarme cuando Chris me pidió que fuese su pareja en el preestreno de End Game.

–Amor, ¿estás lista? –preguntó Chris desde fuera.

–Dame un segundo cariño, en seguida salgo –dije antes de ponerme unas gotas de Good Girl, a Chris le volvía loco ese perfume.

Cuando abrí la puerta lo primero que vi fue a mi prometido con las manos en los bolsillos del pantalón, pertenecientes a un traje azul oscuro que realzaba aun más el color de sus ojos, no se había afeitado por lo que tenía una barba que, oh dios mío, le quedaba increíblemente bien. Cuando levantó la mirada y tragó saliva supe que había merecido la pena las siete horas que pasé con Mad y Emma en tiendas buscando el vestido ideal.

–Estás preciosa –fue lo único que pudo decir, yo solo pude reír.

–Tu también cariño, estás espectacular –dije mientras retocaba su corbata –¿nervioso? 

–Si te digo que no, te miento, pero por suerte voy a tener a la mujer mas hermosa a mi lado. –dejo en beso en su mejilla, enternecida por sus palabras, y le susurro al oído

–Estoy deseando llegar a casa, quitarte la ropa, y demostrarte cuanto me gustas 

–¿Y qué tal si... –un llanto se coló por el pasillo, y fuimos rápidamente a la habitación de Alex, donde Mad estaba intentando calmar el llanto descontrolado de nuestro pequeño.

–¿Todo bien? –pregunté, Chris aprovechó para coger a Alex y acunarlo, este pareció reconocer los brazos de su padre porque se quedó dormido enseguida.

–Vale, no sé como has hecho eso, llevaba un rato intentando calmarlo –le dijo Mad a mi prometido al ver como su sobrino se había quedado dormido –iré a la cocina, Shanna le estaba preparando el biberón, en unos minutos le toca comer. –Mad abandonó la habitación y yo me acerqué a Chris para besar la cabeza de mi hijo.

–Es una pena que no sea mas grande, podríamos llevarlo al estreno –alcé una ceja, incrédula por el comentario que Chris había hecho, él era muy reservado, y le costó pedirme que fuera con él al estreno, ya que lo último que quería era que la prensa nos molestase a Alex o a mi; pero supongo que habla desde su orgullo paterno.

–Bueno, siempre puedes regalarle un funko del Capitán América, espero que saquen una colección por EndGame y tú tengas un funko

–¿El funko sería para Alex o para ti? –fruncí el ceño ante su pregunta

–Para Alex claramente, pero a mi me tendrás que regalar otro igual, puedes ir a la tienda esa donde me conseguiste el funko gigante de Hedwig –En uno de sus viajes de promoción de EndGame, Chris me trajo de regalo un funko de Hedwig, es tan grande que no lo pude poner en la estantería, junto con los demás de Harry Potter, porque no cabía.

–Bien mi pequeña Friki, me encanta hablar contigo sobre funkos, de verdad, lo amo, pero ahora nos tenemos que ir, porque nos están esperando –Chris dejó a Alex en la cuna y dejó un beso en su tierna cabecita antes de irnos al coche que producción había mandado a recogernos.

Una vez en camino mis nervios aumentaron, nunca había pasado por nada igual, claro que había tenido clases de protocolo y demás, y gracias a la vida tan notoria, públicamente hablando, que he tenido por mi familia, debería estar acostumbrada a las cámaras y las preguntas, pero esto... esto es otro nivel.

Quien no arriesga... (Chris Evans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora