Me encuentro subida en el coche con mi hermano escuchando flamenco.
Al parecer a mi hermano le gusta más la música jazz, ópera, melodía de piano...
A mí me va más el flamenco, el pop y la música urbana.
Pero no hay nada que me suba más el ánimo que escuchar las canciones de Camela.Llegamos al edificio donde vive mi madre.
— Bueno hermanito ya hemos llegado. — Digo mientras me voy quitando el cinturón de seguridad.
— No sabes lo agradecido que estoy de haber llegado. Mira que cantas fatal Meri.
— Es que no iba para cantante. En fin, ven quiero presentarte a mi madre.
—¿Aquí vive tú madre? — Alexis suelta la frase mirando el edificio.
Me encojo de hombros asintiendo con mi cabeza.Alexis me mira diciéndome que no pasa nada, para eso se encuentra ahí, para ayudarla.
Pasamos dentro del edificio, vamos subiendo por las escaleras hasta que de pronto nos quedamos parados viendo desde una distancia prudencial a Giovanni hablando con mi madre.
Se despide de ella y se monta en el ascensor. Fulmino a mi hermano pronunciando entre dientes: — Vaya con que estaba el ascensor estropeado.— Es bueno subir escaleras. No niegues que te hace falta hacer algo de ejercicio.
— Y te hace falta que te peguen un guantazo con toda la mano abierta fíjate tú por donde. Pero...escucha ¿Qué hacía Giovanni aquí?
— Meri, eso mejor se lo preguntas a tú madre yo sé menos que tú.
— Escucha es verdad. En fin, vamos a hacerle la visita a Rosella.
Espero unos minutos para bajar mis pulsaciones.
La madre que lo parió a mi hermano, seis plantas me ha hecho de subir por las escaleras.
Toco la puerta, mi madre sale y nada más verme me abraza. Seguido hay como puedo porque aún sigo sofocada le presento a mi hermano.— Mamá dame agua que tengo la lengua como la suela de una alpargata. — Alexis aguanta la risa mientras yo me bebo medio litro de agua.
— Tranquilo hermano, la revancha vendrá.— Digo molesta dejándome caer en el sofá.
Mi madre nos sirve un café con galletas.
Mientras tomamos el café le pregunto a mi madre que hacía Giovanni aquí.— Hija no lo tomes a mal, él ha venido a visitarme. Desde que me divorcié de su tío, sigue preocupando se por mí.
Ha venido para saber si hemos hablado y sigues aún en Milán. El estará unos días más.
Creo que ha mencionado algo sobre un evento muy importante que debe acudir.— Ah, sí. Es la presentación de la última colección de varias firmas de diseñadores.
— Exacto. — La voz de mi madre suena débil, afligida me mira pintando en su rostro su mejor sonrisa.
— Tú también deberías estar ahí. — Suelto sin pensar.
— Yo ya estoy fuera de ese mundo Merinda. De hecho, quiero comenzar a enseñar a otras personas corte y confección.
— Rosella, Meri me ha comunicado que tenía un proyecto. Me gustaría saber cuál es y si me gusta a través de mi empresa podríamos lanzarlo. — Mi madre abre los ojos al máximo casi diría que no se cree lo que está escuchando.
Dudosa, en silencio se levanta hacia un mueble donde entre miles de papeles saca varias carpetas de dibujo. Sin decir nada se las muestra a Alexis.
Él mira cada dibujo tomándose su tiempo leyendo lo que hay escrito.
Al parecer mi madre había creado ropa de diseño de todas las tallas, pero para que sea a un precio accesible para que cualquier mujer se lo pueda permitir.
ESTÁS LEYENDO
Aceptar La Realidad
RomanceAún queriendo camuflar su decepción, Meri siente que su gran sueño de poder enamorarse está muy lejano. Su corazón aún espera poder llenarse con el amor del hombre que la haga sentirse la mujer más feliz del planeta tierra. Por otro lado, Giovanni s...