capítulo seis

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                          The Diggory Heiress 6: Némesis de medianoche

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                          The Diggory Heiress 6: Némesis de medianoche.

El martes por la mañana, después de desayunar, Artemis se encaminó a Defensa Contra las Artes Oscuras en soledad. El día no había amanecido del todo bien, todo lo contrario, mediante se dirigía hacia el aula de clases podía escuchar cómo las gotas de lluvia se deslizaban por los ventanales una tras otra, como si estuviesen en una carrera.

Arribó al aula 3C a tiempo, justo cuando el profesor Wayne Hopkins acababa de entrar por la puerta principal, acompañado de una montaña de libros que le seguía los pasos. Visualizó a Schneizel al fondo de la sala, este se encontraba sumido en sus pensamientos y con el semblante impasible, garabateando un par de cosas en los pedazos de pergamino en la mesa.

– El día de hoy hablaremos sobre los hechizos protectores. –mencionó Hopkins, depositando un libro ante cada estudiante mediante un solo movimiento de su varita–. ¿Alguien podría nombrarme un encantamiento protector? Omitiendo el escudo, por favor. –rogó.

Como era de esperarse, Artemis levantó la mano.

– Señorita Diggory. –accedió el profesor a cederle la palabra, sentándose en la punta del escritorio de mármol.

– Es imposible nombrar solo un encantamiento protector, profesor Hopkins. –comenzó–. Me atrevo a decir que el más poderoso de todos es el Protego Maxima, el cual es un encantamiento escudo y su finalidad es crear una barrera tan poderosa que cualquier objeto que intente cruzarla se desintegra al instante. –se humedeció los labios–. También es el hechizo que se utilizó en la Batalla de Hogwarts.

– No es más que una barrera que puede romperse con el hechizo adecuado. –interrumpió Schneizel Ackerman, sin apartar la mirada de los pergaminos.

– Protesto, Ackerman. –la bruja lo encaró, frunciendo el ceño–. En dado caso serían las maldiciones imperdonables las que podrían destrozar la barrera, y en la Batalla de Hogwarts fue lord Voldemort quien recurrió a la varita de saúco para vencer semejante encantamiento.

No cayó en cuenta cuando pronunció el nombre del señor tenebroso ni cuando toda el aula cayó en un silencio sepulcral, aun así, Riddle y Diggory continuaban asesinándose con las miradas.

– Me parece que ha sido suficiente de su discusión, diez puntos para Slytherin. –culminó el profesor Hopkins, sin ánimos de continuar con el mal sabor de boca–. Ahora, me gustaría que alguno de ustedes pusiera en práctica un encantamiento protector sobre los libros que tienen ante sus narices. Que sea el mejor de todos, por mi parte intentaré destrozar sus encantamientos de un solo golpe. Comencemos con usted, señor Ackerman.

No pasó mucho tiempo para cuando Schneizel cogió su varita y apuntó al libro, hizo un hechizo no verbal e instantes después el objeto ante sus ojos se camufló en la madera. Wayne Hopkins levantó su varita y exclamó:

The Diggory Heiress | #TMT 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora