capítulo nueve

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The Diggory Heiress 9: El Mortífago y el Huracán

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The Diggory Heiress 9: El Mortífago y el Huracán

Artemis sabía que estaba jugando con fuego y que en cualquier momento podría quemarse. Levantó la cabeza para mirar fijamente a su tío y este no hizo más que corresponder al gesto de su sobrina: Neville, quien flaqueaba a su anterior compañero de clases, se cruzó de brazos sobre el pecho una vez se dio cuenta del plan que estaba a punto de ejecutar su alumna. Dos personas más flaqueaban a los magos, pero la bruja estaba demasiado nerviosa como para darse cuenta de quiénes eran esas personas.

- La profecía. -susurró ella-. Schneizel está buscando la profecía, todo indica que nuestros padres están involucrados también en esto. ¿Sabes lo que significa, tío? ¡Tu hermana, mi madre! -exclamó, como si realmente intentase convencerlo de apartarse del camino-. Nunca escuchamos el mensaje completo, lo que me han contado no es toda la verdad sobre mi destino. Mamá se marchó del despacho mucho antes de que el relato de la profesora Trelawney pudiese terminar, es mi deber encontrar esa maldita profecía.

Finalmente las dos figuras que flaqueaban a los magos se dieron a conocer, Emerald Finnigan y Dimitri Krum dieron un paso al frente, captando la completa atención de la bruja. Artemis sintió una sacudida en el estómago cuando cayó en cuenta del plan que se tenían entre manos, lo que su tío acababa de comunicarle era medianamente la verdad.

- Lo sé. -admitió Draco, con los ojos grises chispeándole debido a sus palabras-. He buscado la maldita profecía durante dieciséis años para librarte de este peso, pero no he tenido demasiada suerte en hallarla. Artemis, le prometí a tu madre que te cuidaría como a mi propia hija, juré que te mantendría a salvo de todos los peligros con los que pudieses encontrarte en tu destino. -inspiró hondo, volvió a mirarle fijamente-. No puedo encerrarte en esta habitación bajo cientos de hechizos protectores, ni tengo derecho de pedirte que aguardes para saber en qué concluirá tu vida.

- Tío... -musitó ella.

- Corvus Riddle nació en la mansión Malfoy en secreto, un par de días antes que tú. Luego de la muerte de sus padres, Bellatrix y Voldemort, fue criado por Euphemia Rowle. -le miró-. Fue mucho antes de que tu madre estuviese al tanto de la profecía que te involucra con él, por lo tanto no vio necesario deshacerse de un niño. Pero si lo hubiese sabido antes, no dudo en que hubiese asesinado a Corvus a sangre fría con el fin de protegerte.

Tomó aire y prosiguió:

- Siempre admiré a Pandora por su astucia e inteligencia, supongo que lo sabes. -prosiguió el mago de cabello rubio, bajo la atención de su sobrina-. Protegerte no fue lo único que le prometí antes de que ella muriera, Artemis. Tengo un obsequio para ti, ella me pidió que te lo entregara en cuanto fuese el momento. Ese momento es ahora.

Decir que Artemis no entendía absolutamente nada de lo que sucedía era poco, observó atónita cómo Draco cruzó la habitación pisando fuerte hasta el baúl a los pies de su cama: luego sacó su varita de la túnica y susurró un encantamiento que ninguno de los presentes en la sala pudo comprender del todo. Cada uno de los objetos en dicho baúl saltaron al suelo conforme una llama de fuego iba expandiéndose desde el fondo del cofre, Malfoy repitió el encantamiento para que el incendio mágico cesase y diera a conocer una caja diminuta: la tomó entre sus manos.

The Diggory Heiress | #TMT 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora