"Un momento romántico puede esperar"La noche era más fría de lo que pensaba, el viento recorría su cuerpo causándole algunos escalofríos, su espalda dolía un poco por tener su cuerpo tan tenso en ocasiones, era algo involuntario que solo notaba cuando relajaba un poco su cuerpo, podía sentir sus mejillas rojas por el frio y un leve ardor en su nariz por la misma razón, pero aun con todo eso continuo subiendo la colina que si bien normalmente ya le resultaba un poco complicada de subir, ahora era aún más con la mochila que tenía para cargar la caja negra, no sabía cómo es que Scott sabia sobre eso pero lo encontró después de mover y husmear por un rato, por fortuna su hermano salió un momento y sus hermanas estaban ocupadas, sin nadie vigilándolo pudo obtener esa caja misteriosa y al mismo tiempo alistar las cosas que llevaría, lo cual solo eran galletas, la caja, un cambio de ropa (porque seguramente ensucia lo que tenía puesto con el lodo) y el dichoso celular, agregaría más cosas de no ser porque ya pesaba bastante, ahora era cuando se arrepentía de no llevar algo caliente pero escabullirse sin que lo notaran fue demasiado complicado, aún estaba temeroso como si su hermano apareciera de repente y lo regresara a casa estando tan cercas, respiro hondo dando un último esfuerzo para lograr llegar al invernadero, este era muy grande y las puertas del mismo estaban flojas por lo que cualquiera podría entrar con facilidad, al entrar se recorría una especie de pasillo lleno de plantas que sobresalían sobre las grietas, a pesar de que el lugar era repleto de cristal aún se mantenía de pie, quizá algo sucio y deteriorado con algunos huecos, pero seguía siendo muy hermoso, las plantas del lugar estaban relucientes, las flores eran muy lindas y coloridas, el suelo que una vez fue cemento también tenía plantas y rastros de césped que se adueñaron con el tiempo, en medio de todo eso se encuentra una fuente sin funcionar ya que está rota de su pared, el agua no fluye por problemas de tuberías, oh tal vez sea en nido sobre la misma lo que obstruye el paso del agua, alrededor de la misma hay dos bancas blancas con grietas, una de ellas sin la otra mitad y más dentro al final de todo se encuentra una cafetería, oh al menos lo que queda de ella pues el tiempo hizo de las suyas apoderándose también del lugar, las bancas estaban rotas, el polvo era demasiado, la cocina aún tenía rastros de ingredientes y utensilios que obviamente estaban caducos, el baño quizá era el menos afectado pero de igual manera nada era funcional, aunque ese invernadero tuviera grietas enormes, era algo irónico que no hiciera tanto frio como lo hace afuera del mismo.
Al entrar y recorrer el pasillo pudo notar casi de inmediato la cabellera blanca de su amado quien al verlo se acercó rápidamente quitándole su mochila para ayudarle, Hans esperaba un abrazo pero que lo ayudara con el peso extra realmente ayudo a relajar más su cuerpo, sonrió caminando a su lado sin decir nada, se limitó a apreciar su alrededor hasta llegar al lugar, era la banca en mejores condiciones frente a la fuente, el lugar era más lindo porque la luz de la luna iluminaba un poco, además de que Scott decoro el área, había una manta frente a la banca, sobre ella una lampara de aceite encendida que brindaba una luz cálida al lugar, quizá no era un escenario perfecto, pero para dos enamorados era lo más hermoso y romántico, a fin de cuentas lo que realmente importaba era estar juntos, ambos tomaron asiento en la manta y Hans se dignó a tomar la palabra.
—Entonces —dijo con nervios jugando con sus manos, apretó sus labios un momento mirando al albino sonreírle, su corazón se aceleró —¿Que es... lo que quieres compartir? —pregunto curioso.
—sobre las cajas, ¿Encontraste una? —pregunto tomando su mochila, el rubio hizo lo mismo con la suya y saco la caja, el albino saco una manta y un recipiente junto a dos vasos, uso la manta para colocársela al rubio y sirvió un poco de té que trajo entregándole de igual mamera la bebida al rubio —estas temblando desde que llegaste, si tienes más frio puedo darte una sudadera que traje —comento un tanto nervioso por la mirada del rubio, sus hermosos ojos azules en verdad que tenían un brillo cautivador que amaba, podía verlo toda su vida sin sentir nada más que amor genuino.
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Por Medio De Cartas
FantasyScott Barnett y Hans Conley son dos adolescentes de 15 años, ambos tienen un amor mutuo y correspondido por el otro, no obstante, sus familias tienen una muy peculiar regla que les impide tener algún tipo de relación amorosa, sus hermanos, Aiden Con...