~El dolor de separar a dos almas destinadas"~
En este mundo tan mágico que se creó, dos chicos platican bajo un árbol muy similar a un olmo que se encuentra en la punta de esa colina en la que siempre se juntan desde el día que se conocieron, este árbol se veía algo secó, no obstante aún conservaba pequeñas hojas que por el tiempo, no durarían mucho, ambos salían a escondidas de sus hermanos, la razón de eso era simplemente por ser de familias "opuestas", no era algo prohibido el echo de convivir oh ser amigos, el problema era que ellos no solo querían eso y sabían perfectamente que les traería consecuencias si llegaban siquiera a enterarse.
El día cálido en el que se encontraban parecía perfecto, no hacía calor en absoluto ni mucho menos frio a pesar de estar nublado, quizá llovería más tarde ese día, pero ambos disfrutaban de la calma antes de la tormenta. De un momento a otro comenzaron a bromear sobre las anécdotas de lo que les paso durante el día hasta antes de juntarse esa tarde. Esa pareja que tímidamente de acercaban uno al otro procurando para sí mismos ser discretos, se vio delatada por el rubor en sus mejillas que solo pudieron notar al instante de verse a la cara por primera vez en ese día, en el momento que sus miradas chocaron el rubor se intensifico, se dibujo una sonrisa de ternura en sus labios haciendo que sus corazones acelerados provocaran emoción, el cosquilleó que sintieron era único y sabían que solo la persona que veían era capaz de que ese sentimiento solo incrementara, sus miradas brindaban un brillo único haciéndolos incapaces de apartar la mirada de sus ojos, sin darse cuentas el viento se llevo sus palabras y el tema de la conversación creando así un mundo donde solo son ellos dos, dos adolescentes llenos de inocencia que nunca habían experimentado tales sentimientos ni mucho menos esa conexión tan especial que creaba cosquillas en sus estómagos, ambos sin siquiera saberlo se acercaban con lentitud quizá mas de lo que esperaban pero no lo suficiente de lo que deseaban, la brisa ligera de aire recorría sus cuerpos moviendo su cabello y ropas con suavidad, la distancia de sus rostros se acortaba a cada segundo, los nervios de apoderaron de esa pareja que aun con el corazón acelerado anhelaban al menos un roce que nunca llego, Inesperadamente fueron alejados con un poco de brusquedad a tan solo unos pocos centímetros de un primer beso, la acción que los saco de su burbuja de amor fue un poco frustrante para esa pareja que en lugar de quejarse solo callaron sintiendo un temor al ver los causantes de arruinar su momento, dos adultos que se dirigieron miradas de profundo odio genuino.
—¿Cuántas veces debo de decirlo?, no quiero que te acerques a mi hermano —hablo con firmeza y seriedad el mas bajo de ambos adultos, un castaño claro de piel ligeramente bronceada, sus ojos azules miraban al adolescente albino frente a él quién algo temeroso intento mostrarse firme, a sus ojos no era mas que un niño y bufo al verlo queriendo ser el valiente en esta situación.
—A-Aiden, y-yo puedo-
—Silencio Hans, no necesito que me des explicaciones de lo que claramente vieron mis ojos, hablaremos de esto en casa —sentencio con seriedad mirando ahora al chico azabache frente a él mirándolo con el mismo odio que le mostraba —y tú, aleja a tu hermano del mío, esto ya fue demasiado lejos —informo levantando ahora con cuidado a su pequeño hermano quién soltó una leve queja al respecto, el azabache de piel clara, ojos negros y lunar en la mejilla derecha solo frunció aún más su ceño.
—Digo lo mismo, Aiden, aleja a tu hermano del mío —advirtió y al contrario del castaño, su hermano se puso de pie rápidamente no conforme con esa decisión suya.
—¡Tú no puedes prohibirme verlo! —se quejo con reproche sin importarle la vergüenza de mencionar eso en voz alta, más aún, frente a ambos adultos que suspiraron con pesadez contrario al rubio quien estaba conmovido de que su "amigo" quisiera detenerlos con tal de estar juntos y es que esa simple acción creo un revoltijo en su estomago que coloraba sus mejillas con intensidad.
—Si, si puedo —contesto dándole un muy leve golpe en la frente molestándole un poco recibiendo una queja al respecto haciendo que llevara una mano a su frente adolorido.
—E-Esta bien, podemos vernos mañana de nuevo —comento el rubio con suavidad acercándose un poco al albino tomando su mano con cariño, sonrió con ternura mirándolo sonreír de la misma manera al tiempo que afirmaba el agarre que los unía.
—Olvídenlo, eso no pasara de nuevo, nos vamos ahora Hans —ordeno su hermano volviendo a sujetarlo de su ropa en un intento de alejarlo por segunda vez, sin embargo, ambos adolescentes al solo escucharlo rápidamente hicieron su agarre mas fuerte, era de esperarse que no quisieran separarse, pero no era una opción para ellos —no sean infantiles, les di muchas oportunidades y no pudieron deshacer ese sentimiento —se quejo molesto de ese actuar suyo, el azabache volvió a suspirar tomando de igual manera a su hermano, solo fue cuestión de tiempo separarlos y lo que para ellos era algo simple, para esa pajera fue ver a la persona que amas alejarse en un mar de lagrimas con un constante dolor en su pecho de pulsadas hirientes, sus forcejeos fueron en vano.
Mientras que el rubio sollozaba de camino a casa en intentos fallidos por poder convencer a su hermano de que sus sentimientos eran genuinos, todo eso no sirvió de nada, quizá era una exageración pero dolía de una manera terrible saber que no podría ver al albino, pensar en ello era insoportable y a pesar de que parecía ser solo una rabieta, estaba realmente enfadado con su hermano, al llegar a casa simplemente corrió a su habitación con la mirada borrosa, cerro su puerta azotándola sin darle importancia que su castigo seria peor, respiro hondo en un intento de calmarse, su respiración fue entrecortada y la contuvo unos segundos, su mirada recorrió su habitación hasta su cama donde el peluche de un zorro blanco se encontraba mirándole directamente y ese fue un detonante para romper en llanto, había sido el primer regalo que su amado le dio no hace mucho, de inmediato se lanzo sobre su cama abrazando fuertemente al peluche, era tan similar a su amado cuando usaba esa forma animal que tanto le gustaba.
Por otra parte, el albino durante su recorrido a casa no dijo ni una palabra, sabía que no tenía caso hablar con su hermano en ese momento y que era inútil tratar siquiera de que lo entienda, por ello solo fue a su habitación apenas llegaron, ignoro por completo todo y se encerró soltando un gruñido frustrado, no solo arruinaron lo que seria su primer beso, también le prohibieron ver a la persona que mas quiere y ama por una estúpida pelea de hace años donde ni siquiera tiene algo que ver, era frustrante y muy doloroso recordar al rubio intentando no alejarse de él, contuvo sus lágrimas y suspiro mirando su cama en busca de ese peluche especial, lo es porque el rubio se lo otorgo, un peluche de una adorable ardilla gris muy similar al rubio, sonrió con ternura abrazando dicho peluche, tenia que buscar una manera de volver con él, tenía que hacerlo para no sentir el dolor en su pecho... quería verlo sonriendo y no con esa mirada que lo destrozo totalmente, solo... quería verlo feliz.
Siendo un romance de dos peronas tan diferentes.
¿Qué pasara con el amor de estos dos jovenes inocentes?
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
¡Nos vemos en el próximo capítulo!
Kiss Kiss🍀
ESTÁS LEYENDO
Por Medio De Cartas
FantasyScott Barnett y Hans Conley son dos adolescentes de 15 años, ambos tienen un amor mutuo y correspondido por el otro, no obstante, sus familias tienen una muy peculiar regla que les impide tener algún tipo de relación amorosa, sus hermanos, Aiden Con...