~~Celos y amor~~
El azabache caminaba con prisa impaciente, su expresión estaba mas seria de lo normal y en esa peculiar ocasión, no cargaba con un libro, sus ánimos no eran los mejores y era evidente con solo verle caminar dando fuertes pisadas, entre refunfuños y muecas llego al lugar de siempre donde se encontró una escena desagradable, pues el castaño quien le daba la espalda en ese momento, se encontraba abrazando con fuerza y cariño al chico pelirrojo, el cual correspondía dándole pequeñas palmadas en la espalda, ese momento causo que el espectador rubio jadeara con sorpresa, no tenia en claro cuanto tiempo paso desde la última grabación, pero no estaba de acuerdo en que un tercero se entrometiera en ese romance, ya le tenia cierto cariño a los protagonistas como para que algo así pasara, por ello estaba indignado y dolido.La grabación mostro el momento exacto en el que Elius se sorprendió tras ver al azabache mirándolos con sorpresa, su cara mostro nervios y negó tratando de que no se creara ideas equivocadas, aunque ya era muy tarde para eso, su movimiento hizo que el castaño se apartara del abrazo confundido, luego miro hacia atrás notando a su amigo, el de ojos azules contuvo su jadeo por la impresión que le causo ver dos hermosas joyas envueltas en lágrimas, su cabello castaño que en su mayoría del tiempo estaba decente, ahora era un desastre lleno de flores, ramas y hojas, que por aluna razón no noto antes, sus ropas estaban sucias con manchas de tierra, sus mejillas, nariz y ojos se encontraban un poco hinchados de un color carmín que resaltaba aún más el brillo de sus ojos, no quería decir que le pareció cautivador verlo de esa manera porque temía que detrás de esa expresión ocultara algo terrible que lo llevo a estar de esa manera, fue esa su justificación para intentar actuar normal, no obstante su corazón no cooperaba y solo se aceleraba trayendo así nervios, quería no parecer sorprendido y aun así no era capas de cerrar su boca, incluso pensó en apartar la mirada, moverse oh hacer algo, pero no podía hacer nada mas que permanecer estático, no había pasado tanto tiempo, ni siquiera cinco minutos y ya se encontraba embelesado con la presencia del chico que no salió de su mente día ni noche por una semana, aunque no le gustada y odiara admitirlo, la presencia de ese mago en su casa le dejo mucho en que pensar, los sentimientos que tanto negaba tener y se reusaba acepar ahora eran muy claros a pesar de que le costara admitirlos, eso era algo que envidiaba del mago quien no dudo en confesar lo que siente, contrario a él que demoro bastante en siquiera darse cuenta, lo envidiaba por eso y por poder abrazarlo con tanta confianza como lo hace ahora en sus narices, una parte de su ser dolió ante la idea de llegar justamente tarde, tal como predijo Elius, pero otra parte de su ser imploraba y tenía la esperanza de que era solo un malentendido y que aun tenia una oportunidad por más mínima que fuera.
«—¿Estas bien? —pregunto en un pequeño murmullo saliendo de su trance, no estaba muy confiado de si mismo y camino con lentitud hacía ese par que solo lo miraban, el de ojos bicolor sonrió y afirmo apartándose del abrazo girando a verle mejor, al mismo tiempo limpiaba las pequeñas lagrimas con sus manos.
—Estoy bien, me caí por despistado y Elius me ayudo, incluso me curo con su magia, fue un poco extraño —explico riendo un poco tras recordar un peculiar cosquilleo que recorrió el lugar de sus raspones —¿Tu estas mejor?, Elius me conto que tenías fiebre y que te visito, ¿Se divirtieron juntos? —pregunto siendo tan curioso como siempre, reconoció esa emoción por saber su punto de vista —yo estuve pasando las tardes con Elius de vez en cuando, también me divertí con María —añadió esperando alguna respuesta y que no solamente se acercara en silencio, se preguntaba si es que podía hablar poco por seguir enfermo oh si se sentía mal, no era propio de él no contestar y eso lo extraño, ladeo la cabeza acercándose un poco queriendo preguntar lo que pasaba, no esperaba que lo abrazara tan de repente ni que ocultara su rostro en su hombro, lo tomo por sorpresa y su confusión creció sin entender que estaba pasando, parpadeo un par de veces atónito con la mente en blanco —¿Esta todo bien? —pregunto en un murmullo siendo eso lo único que pudo vocalizar, podía escuchar su respiración pesada en su hombro que causaba un poco de cosquillas, pero no se comparo en absolutamente nada ah cuando hablo y su respiración roso su cuello, el escalofrió que sintió erizo su piel al instante.
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Por Medio De Cartas
FantasyScott Barnett y Hans Conley son dos adolescentes de 15 años, ambos tienen un amor mutuo y correspondido por el otro, no obstante, sus familias tienen una muy peculiar regla que les impide tener algún tipo de relación amorosa, sus hermanos, Aiden Con...