Parte 10: Décima noche

303 20 25
                                    

10-Décima noche

**Zangetsu**

Observo estupefacto como mi padre silba animado mientras se pone la túnica para dar la misa de esta noche. Parece que ha recobrado toda su energía después de su milagrosa recuperación y está más activo que nunca. O al menos cuando cae la tarde.

-¿Qué pasa Zangetsu? ¿Celoso porque voy a dar yo las misas de noche al fin? Te quito un gran peso de encima hijo-

-No es eso. Deberías estar descansando, aún te estás recuperando-

-Estoy perfectamente- mi padre me da unas palmaditas en el hombro antes de salir de nuestro pequeño cuarto y veo como va hacia el altar mirando a algunos feligreses que ya están tomando asiento en sus bancos. Todo esto es tan...extraño....la recuperación de mi padre cuando estaba terminal, el que duerma mucho más que antes, la fuerza bruta que tiene para romper varios objetos de casa sin querer...padre...¿Qué has hecho?...

Hoy es la misa especial de Navidad y prácticamente toda la aldea ha venido. Veo a la familia Kurosaki, incluido mi alumno absentista, Kurosaki Ichigo, junto a Ggio Sasakibe que ha venido sin su padre. También están los Jeagerjaques, mis propios hermanos, Genryusai y sus hijos menos el mayor y otros alumnos y profesores del instituto, aunque ni rastro de los Kuchiki. Dios...ahora me encajan todas las piezas...esa vez que invitamos a Soujun a entrar y se aventuró a enfrentarse a los símbolos religiosos debí dame cuenta...aunque imagino que solo puede aguantar un tiempo corto la presión, porque Senbonzakura no pudo ni dar dos pasos sin mearse de miedo. El único de los Kuchiki que no tiene miedo a nada ni a nadie es....él....

-Podéis sentaros- mi padre empieza la misa ante todos los presentes aunque no tardo en oír la puerta principal abrirse dejando paso a una pequeña figura que me quita el aliento. Senbonzakura, o más bien Sen, acaba de entrar a la iglesia intentando ser prevenido aunque mantiene su sonrisa pícara mientras ondea los faldones de su yukata verde esmeralda. Es curioso como cada noche trae un yukata diferente y distintos recogidos de pelo. Normalmente lo lleva suelto a diferencia de Senbonzakura que siempre lo lleva en coleta, pero esta noche, Sen lleva una trenza de espiga que le cae sobre un hombro hasta el tobillo derecho haciéndome estremecer de placer. Qué hermoso es, dios...

Agudizo el oído al escuchar que algunos presentes se han dado cuenta de la presencia de Sen y me muevo rápido para ir hacia el chico y arrastrarle conmigo hasta dentro del confesorio. Me siento inevitablemente con Sen encima que ríe con su cara oculta en mi pecho. Cuando alza el rostro y sus enormes ojos azules me miran sonrientes, suspiro encantado.

-¡Feliz navidad, sensei!-

-Shhh!!!!- le tapo la boca para que no hable tan alto y noto como su lengua me está haciendo cosquillas en la palma mientras miro por los agujeros del confesorio. Bien. Parece que nadie se ha dado cuenta de que estamos aquí dentro.

-Sen....- le agarro de la barbilla para mirarle resignado y él me sonríe inocentemente. Odio cuando pone esa cara tan falsa. No es propio de su personalidad.

-No deberías estar aquí. La iglesia está repleta de gente y podrían verte-

-¿Y porque no pueden verme? Soy adorable y precioso, a todos los hombres se les pondría dura al sonreírles-

-Basta. Deja de hablar así-

-Uuy Zan ¿te estás enfadando conmigo? ¿En Nochebuena? Eso es pecado....-

-¡Tú eres mi pecado!- bajo la voz casi al instante cuando Sen posa dos de sus dedos en mis labios sorprendiéndome.

-Shh! Sensei, nos pueden oír. Jajaja.....- bajo la cabeza sintiéndome totalmente impotente ante esta situación. Su risa, sus gestos, todo me atrae. Es una lucha perdida.

"Noches salvajes"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora