Parte 11: Undécima noche

260 19 5
                                    

11-Undécima noche

**Tensa**

Me cuesta levantar los párpados sin sentir dolor. Gruño lastimeramente mientras intento ubicarme y veo que estoy en el cuarto de mis hermanos Starrk y Shunsui, en la cama de este último, completamente desnudo y con el brazo de Shunsui echado sobre mí. Al principio siento una oleada del temor al haberme despertado junto a mi hermano pero cuando me remuevo haciéndole abrir los ojos, veo que me mira de la misma forma que yo. Con placer.

-Shun....- mi hermano no me deja terminar cuando me besa y acomoda su cuerpo desnudo sobre el mío haciéndome gemir por su peso y calor. Miro de reojo hacia la otra cama donde está durmiendo Starrk profundamente y veo que el reloj de la mesilla marca las dos de la madrugada del día 25 de diciembre. Ya es navidad. Solo han pasado un par de horas desde que estaba en la cama de Ukitake y...no sé cómo hemos conseguido llegar a casa por nuestro propio pie pero aún siento un fuego en mi interior y entre mis piernas que me está abrasando. Me escuece el ano alarmantemente y siento algo pegajoso entre mis nalgas.

-Shun-nii, aquí no....- le hago un gesto para que mire a Starrk y veo como gruñe molesto. Súbitamente, se levanta de la cama para ponerse un pantalón y camisa rápidamente y coge mi mano para salir de la habitación y que pase a la que comparto con Mu-nii para que coja algo de ropa. Lo bueno de los hombres de mi familia es que tienen un sueño tan pesado que podrían matarles y no se darían ni cuenta. Consigo no despertar a Mu-nii y salgo vestido al jardín sintiendo el frío helado de la madrugada. Shunsui me sonríe con esos ojos oscuros que no son muy propios de él ya que los tiene grises y entrelaza sus dedos con los míos para caminar hacia la aldea. No hay nadie por los caminos y solo oigo mi agitada respiración mientras mi hermano mira al frente. No sé porqué estamos en la calle, cogidos de la mano y con ansias del uno hacia el otro. Es como si nos obligaran a estar juntos, como si algo nos atrajera. Me siento borracho y mareado, sin las ideas claras sobre lo que estamos haciendo.

-Queremos una habitación silenciosa y a ser posible insonorizada- alzo las cejas cuando mi hermano se detiene ante el mostrador del único hostal de la aldea regentado por un hombre delgado y con cara de zorro que tiene el cabello platino corto y los ojos entrecerrados sin dejarme apreciar el color de sus ojos.

-Oh, es un placer tener a dos de los hermanos Coyote en mi hostal ¿esperan a alguien más en esta noche de fiesta?- mi hermano me mira de reojo apreciando mi temor y vuelve a mirar al dueño sonriendo.

-Puede que se nos una alguien más ¿acaso pensaba lo contrario?-

-En absoluto. Tomen la llave- el regente me lanza una sonrisa venenosa mientras subimos las escaleras y pasamos por un pasillo oyendo unos gemidos procedentes de una habitación que tiene la puerta entornada. Veo de refilón como en ese cuarto hay un hombre maduro de pelo negro corto arrodillado en la cama dando por culo a un chico moreno más pequeño a cuatro patas que tiene la cabeza girada hacia la entrada. Sus ojos azules oscuros me miran fijamente haciéndome tragar saliva pero mi temor se disipa en cuanto Shunsui cierra la puerta de la habitación a la que entramos tras de sí y se agacha para agarrarme y besarme fieramente. Yo correspondo su efusividad como puedo ya que es mucho más grande y fuerte que yo y cuando nos separamos tomo consciencia de lo que quiero hacer en este momento. Lo mismo que él.

-Chúpamela....- en vez de sorprenderme por esa orden me veo sonriéndole malicioso mientras me arrodillo en el suelo y le agarro de la cinturilla del pantalón para bajarle la cremallera y sacar su peluda polla. Se la acaricio entre mis manos haciéndole gemir más ronco y empiezo a dar pequeñas lamidas alrededor de su glande para hacerlo salir. Dios, nunca he visto lo atractivo que es Shunsui con el pelo suelto largo y los rizos cayéndole sobre su pecho desnudo y peludo ahora que se acaba de quitar la camisa. Tiene pelo repartido por todo el cuerpo, como herencia paterna, aunque incluso creo que él supera al viejo. Es demasiado morboso pese al asco que me daría si no estuviera en este estado de excitación.

"Noches salvajes"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora