"Noches salvajes"

Parte 22: Vigésima segunda noche

22-Vigésima segunda noche

**Haruka**

Esta...es mi última barrera. No puedo creer que después de tanto esperar, haya llegado el día en que vuelva a verme las caras con él. Me he estado preparando mentalmente para ello y es curioso lo que últimamente piso la casa de los Iba, aunque no para venir a tomar té precisamente.

Ladeo mi cabeza con los ojos cerrados mientras intento controlarme. Necesito estar perfectamente sereno para esto, no es la primera vez que lo hago y una vez empezada mi venganza no puedo detenerme frente al plato estrella. No. Esta vez no.

Miro hacia atrás para comprobar que nadie me haya seguido en mitad de la noche y golpeo suavemente con mis nudillos la puerta de la residencia Iba viendo luz a través de la ventana. Ni siquiera tengo que esperar unos minutos cuando Jin'emon en persona me recibe mirándome sorprendido sin sus típicas oscuras gafas. Está tal y como recordaba. No ha cambiado ni un ápice.

-¿Haruka? ¿Realmente eres tú? Por dios ¡no has cambiado nada en este año!!-

-Me he cortado el pelo-

-Jaja, sigues teniendo ese sentido del humor tan negro. Dime pequeño ¿te has enterado de mi regreso y has decidido darme una buena bienvenida?- le sonrío con malicia atreviéndome a alzarme de puntillas para rodear su cuello con mis brazos notando como su cuerpo se tensa de placer.

-La mejor de las bienvenidas, Jin. Te he echado de menos-

-Joder precioso, yo también...no sabes cuánto me moría por meterla de nuevo en ese culito...- aprieto los dientes cuando Jin me agarra de las nalgas posesivamente e intento mantener a ralla mi odio sonriéndole con falsedad. Enseguida me agarra por la nuca para besarme salvajemente y siento como por un instante se me va la cabeza por su efusividad. Maldición no puedo rendirme...no pienso flaquear, él ya no tiene ningún poder sobre mí, ni siquiera sabe lo que soy ahora...

-ah! Dios...sabes tan bien, pequeño...voy a follarte sin parar-

-¿Y qué hay de Maki?- Jin me sube sobre la mesa y empieza a besar mi cuello mientras yo me mantengo sereno.

-¿Mi nieto? Pues está muerto ¿y qué?-

-¿No vas a rezar por él? No sabes quién le mató...-

-Una vez muerto lo demás da igual. La verdad es que no me sorprende que se hayan cargado a los míos, tengo muchos enemigos. Lo importante es que he vuelto y ahora podremos seguir donde lo dejamos ¿verdad encanto?- noto un escalofrío cuando Jin me coge en brazos para llevarme al cuarto de su hijo Iba tirándome sobre el colchón con él encima. Observo con los ojos abiertos como está tan desesperado que no tarda en desabrocharse los pantalones para sacarse la polla y acariciarse para ganar cuanto antes una erección. Tiene los ojos ya nublados por el calor que se está expandiendo por su cuerpo mientras que yo observo cómo su cuerpo está más musculado y curtido con cicatrices. La vida en la cárcel ha debido ser dura. Pero no tanto como la mía.

-Ah!....- no puedo evitar soltar un largo gemido cuando Jin me penetra sin preliminares ni ningún cuidado y por un momento siento que echaba de menos sentirle dentro de mí, pero luego me asqueo de pensarlo. No quiero flaquear, aunque terminó gustándome el que me follara y fuera mi amante, aún puedo recordar cómo empezó todo...y como terminó...

--Un año y medio antes—

No puedo creer que con todos los problemas que tenemos en casa mi padre esté tonteando con un hombre tan siniestro como el patriarca de la familia Iba, Jin'emon. No quiero ni pensar como se les verá follando y más con mi padre como pasivo, así que prefiero ignorarlo y seguir mi vida como de costumbre. Es más, mi familia nunca ha sido del todo normal, porque no entiendo como prácticamente solo Bya-nii, Sen-nii y yo hacemos vida normal aparentemente y mi hermano mayor Soujun y mi padre, prácticamente hacen vida nocturna. Hay algo que nos están ocultando a Sen y a mí desde hace tiempo y Bya-nii también lo sabe pero no quiere decirnos nada. Es...como si hubiera algo mágico entre nosotros, algo demasiado oscuro y surrealista a lo que no debería dar vueltas, pero mi rápida inteligencia es más curiosa que mi pasotismo.