Cuando llegamos al compartimiento si estaba ahí "el gran Harry Potter" era flaco, pequeño usaba gafas, tenia cabello azabache indomable y ojos verde esmeralda.
Hay alguien sentado ahí-pregunte señalando el puesto contrario al de el-los demás compartimientos están llenos.
Nos sentamos ron lo miro y desvió la mirada yo solo sonreí iba a hablar hasta que se abrió la puerta de compartimiento eran los gemelos
-Eh, Victoria.
-Mira, nosotras vamos a la mitad del tren, porque lee Jordán tiene una tarántula gigante y vamos a verla, ¿vienes?-dijo George
-No, gracias chicos pero no tengo ganas saluden a Lee de mi parte-Claro que esto era una completa mentira, por que la aracnofobia me mataría con solo verla.
-Harry-empezó Fred-¿ya te hemos dicho quienes somos? Fred y George Wesley. El es nuestro hermano menor Ron y ella es Victoria Gold nuestra mejor amiga. Hasta luego chicos.
Los gemelos se fueron.
-¿Enserio eres Harry Potter?-dejo escapar el idiota.
-Bien, pensé que podría una de las bromas de Fred y George-dijo Ronnie-¿Y realmente te hiciste... eso ya sabes...?
Señalo frente de Harry, el levanto su flequillo dejando ver una cicatriz en forma de rayo.
-¿Quién tu sabes te hizo eso?-pregunte yo esta vez
—Sí —dijo Harry—, pero no puedo recordarlo.
—¿Nada? —dijo Ron en tono anhelante.
—Bueno... recuerdo una luz verde muy intensa, pero nada más.
—Vaya —dijo Ron.
—¿Son una familia de magos? —preguntó Harry.
—Oh, sí, eso creo —respondió Ron—. Me parece que mamá tiene un primo segundo que es contable, pero nunca hablamos de él.
-La mía igual, somos, en mayoría magos.
—Entonces ya deben de saber mucho sobre magia.
—Oí que te habías ido a vivir con muggles, Victoria también pasa tiempo con ellos —dijo Ron—. ¿Cómo son?
—Horribles... Bueno, no todos ellos. Mi tía, mi tío y mi primo sí lo son. Me hubiera gustado tener tres hermanos magos.
Fruncí el ceño empecé a pensar, si este a este niño le pasan cosas tan horribles, significa que Némesis y Tyche tienen algo para él en el futuro espero, y sea bueno.
—Cinco —corrigió Ron. Por alguna razón parecía deprimido—. Soy el sexto en nuestra familia que va a asistir a Hogwarts. Podrías decir que tengo el listón muy alto. Bill y Charlie ya han terminado. Bill era delegado de clase y Charlie era capitán de quidditch. Ahora Percy es prefecto. Fred y George son muy revoltosos, pero a pesar de eso sacan muy buenas notas y todos los consideran muy divertidos. Todos esperan que me vaya tan bien como a los otros, pero si lo hago tampoco será gran cosa, porque ellos ya lo hicieron primero. Además, nunca tienes nada nuevo, con cinco hermanos. Me dieron la túnica vieja de Bill, la varita vieja de Charles y la vieja rata de Percy.
No pude evitar hacer una mueca ante el nombre Percy, digamos, que no tengo una buena historia con las personas llamadas así.
Ron buscó en su chaqueta y sacó una gorda rata gris, que estaba dormida.
—Se llama Scabbers y no sirve para nada, casi nunca se despierta. A Percy, papá le regaló una lechuza, porque lo hicieron prefecto, pero no podían comp... Quiero decir, por eso me dieron a Scabbers.
Las orejas de Ron enrojecieron. Parecía pensar que había hablado demasiado, porque otra vez miró por la ventanilla. A mí no me importa si no puede comprar una lechuza. Al parecer Harry capto y para no hacer sentir mal al idiota nos dijo que tenido que llevar la ropa vieja de Dudley, su primo, aparte de que nunca le hacían regalos de cumpleaños. Eso pareció animar a Ron.
—... y hasta que Hagrid me lo contó, yo no tenía idea de que era mago, ni sabía nada de mis padres o Voldemort...
Ron bufó.
—¿Qué? —dijo Harry.
—Has pronunciado el nombre de Quien-tú-sabes —dije, con una sonrisa después de todo, el abuelo siempre dice ese nombre—
-Yo creí que tú, entre todas las personas...-Ron comenzó pero Harry lo interrumpió
—No estoy tratando de hacerme el valiente, ni nada por el estilo, al decir el nombre —dijo Harry—. Es que no sabía que no debía decirlo. ¿Ves lo que te decía? Tengo muchísimas cosas que aprender... Seguro —este chico es valiente solo mi abuelo, mama y yo decíamos su nombre—, seguro que seré el peor de la clase.
—No será así. Hay mucha gente que viene de familias muggles y aprende muy deprisa.
Mientras conversaban, el tren había pasado por campos llenos de vacas y ovejas. Se quedaron mirando un rato, en silencio, el paisaje.
A eso de las doce y media se produjo un alboroto en el pasillo, y una mujer de cara sonriente, con hoyuelos, se asomó y les dijo:
—¿Quieren algo del carrito, niños?
Yo, que no había desayunado solo un par de sándwiches, me levante de un salto, Harry también lo hizo, pero las orejas de Ron se pusieron otra vez coloradas y murmuró que había llevado bocadillos.
Harry, junto a mí, salió al pasillo. Puesto que tenía los bolsillos repletos de monedas de oro, plata y bronce, estaba lista para comprarme todas las ranas de chocolate que pudiera llevar. Y ella tenia de todo lo que cualquiera quisiera, grageas Bertie Bott de Todos los Sabores, chicle, ranas de chocolate, empanada de calabaza, pasteles en forma de caldero, varitas de regaliz y otra cantidad de cosas que Harry al parecer no había visto en su vida. Compramos un poco de todo y pagamos a la mujer once sickles de plata y siete knuts de bronce por supuesto lo dividimos.
Ron lo miraba asombrado, mientras Harry depositaba nuestras compras sobre un asiento vacío.
—Tenían hambre, ¿verdad?
—Muchísima —dijo Harry, mientras yo daba un mordisco a un pastel en forma de caldero.
Ron había sacado un arrugado paquete, con cuatro bocadillos. Separó uno y dijo:
—Mi madre siempre se olvida de que no me gusta la carne en conserva.
—Te la cambio por uno de éstos —dije, alcanzándole un pastel—. Sírvete...
—No te va a gustar, está seca, Vic —dijo Ron—. Ella no tiene mucho tiempo —añadió rápidamente—... Ya sabes, con nosotros cinco.
—Relajate Ron, no puede ser peor que los intentos de cocina de Arty-Sabia perfectamente como se sentía Ronnie, mi madre no tenia mucho tiempo para mi.
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La Princesa de Hogwarts
Hayran KurguEl diario de alguien que nunca quiso ser alguien.