二. Bienvenido, esto es Strindland.

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  Agujero de entrada. 3:30 PM

—Donde estoy...—alcanzó a decir unas cortas palabras Alex, en medio de un vacío oscuro donde se encontraba cayendo junto con Centella, alarmado volteó su cuerpo para ver hacia abajo encontrándose con más oscuridad, su brazo por cada movimiento de la caída le empezaba a doler más—. Ahg... ¿Q-Qué sitio es este? Ah... ¿Cómo llegue aquí? Tch... ¿Qué está pasando? ¡Q!-.

—Vamos Alexander, relájate y descansa un rato—dijo una voz de desconocida procedencia y aparición, Centella seguía desmayado y ambos seguían cayendo en la oscuridad con el único cambio que ahora todo se volvía blanco y caían lentamente en una superficie dura.

— ¿D-Dónde estamos?—preguntó Alex mientras se levantaba, pero rápidamente se arrodilló debido al dolor de su brazo izquierdo.

—Yo puedo respondértelo, pero primero déjame hacer algo con tu brazo—volvió a decir la voz misteriosa. Luego de esas palabras una serie de números y letras ilegibles empezaron a rodear el brazo del joven de ojos azules. La sangre fue removida junto con los moretones y cortes, su dedo meñique volvió a la normalidad y el dolor se desvaneció, la manga de su chaqueta fue arreglada sin problemas y pudo levantarse sin preocuparse por su brazo, pero ahora no podía moverlo—. No puedo hacer nada más por ti, perdóname.

—No se preocupe... ¿señor?

—Estas equivocado, pequeño.

Y momentos después se presentó ante él una figura esférica compuesta únicamente por diversas formas, letras y números, una potente aura gris se extendía alrededor de él, dándole más autoridad y dejando ver lo poderoso que es, simplemente una entidad divina.

—Puedo ver tu cara de asombro y confusión, me presentaré más claramente, yo soy "Código" un ser inhumano que para parte de los tuyos soy considerado Dios, soy el creador de este juego de mesa mágico en el que tú y tu compañero han sido atrapados, este mundo existe desde hace ya varios años y poco a poco más de un ser humano se adentra en este mundo, son más de dos millones las personas atrapadas aquí.

—Así que fuiste tú...—Alex bajó la cabeza y empezó a hablar consigo mismo «Así que fue el...» ¿por qué lo hizo? ¿De dónde sale la necesidad de atrapar personas y alejarlas de su mundo?... No, sus prioridades no eran esas ¿Quién es esta cosa? ¿Acaso los Dioses existen o es un demonio?

Debido a todas las preguntas que carcomen la mente de Alex junto con la explosión de sentimientos, el pelinegro se desplomo de rodillas al suelo. Quería gritar, estaba furioso y a la vez triste, todas las personas que fueron alejadas de sus familias por un ente de gran divinidad, incluso él no fue solo si no que arrastró a Centella con él, la culpa empezaba a invadirlo también. Al levantar la cabeza, el Código se sorprendió por la vista que recibió; la cara de Alex estaba toda arrugada debido a su expresión, la furia lo consumía y quería hacer pagar al Código por esto. Se levantó del blanco suelo de un salto, levanto su puño en contra del código ¡y...!

-Blurp-

Un extraño sonido fue expulsado del Código cuando el golpe fue asestado, no le hizo ningún daño y más bien el daño fue devuelto a su atacante dejándolo en el suelo como estaba anteriormente.

— ¡Centella!—Gritó Alex al ver a la persona que acababa de conocer tirado en el suelo, tenía un moretón en la mejilla y un poco de sangre se escapaba de sus labios.

—Esto es lo peor...—susurró Centella.

— ¿Dijiste algo centella?—Preguntó el contrario acercándose a su compañero tirado en el suelo.

Magicae Furca: Un nuevo mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora