Magicae Furca: Un nuevo mundo.

八. Un brillante celeste.

Gronne. 4:58

Las palabras de Alex dejaron a todos sin habla, su situación era de vida o muerte fue puesta en mayor riesgo con esa declaración, Alex no cambiaría lo que dijo y estaba seguro de lograr su cometido.

— ¡Alex! No digas esas...—Charlotte fue interrumpida

—Es la verdad...—Polo lo notó, mientras Alex hablaba su mano temblaba, el miedo invadía cada fibra de su cuerpo ¿Cómo era capaz de hablar así en este momento?—. Mi vida es poco importante, ustedes pueden hacer mucho más que yo... tengan eso en mente también.

Se hizo un silencio entre ellos ¿Cuál debía ser su siguiente paso? ¿Realmente tenían probabilidades contra ellos?

— ¿Todos podemos seguir peleando?—Preguntó Alex a los demás.

—Ayudare en lo que deba y en lo que pueda—dijo Polo, caminando hacia adelante y sacando su daga, su rostro mostraba decisión y valor—. No dejaré que te sacrifiques por nosotros, todos viviremos. Alex, lucharé contigo al frente, hasta el final.

—En perfecto estado, los apoyaré en todo momento desde atrás—Dijo Charlotte, sacando dos revolver de su cintura.

—Chicos... si todos estamos decididos ¡estaré para ustedes en lo que necesiten!—Dijo Juniper, con las energías renovadas y cargando una flecha en su arco.

—Parece que están listos... entonces ¡Es hora de saldar cuentas! ¡A por ellos!

El combate dio inició apenas el primero choque de metales resonó en el campo de flores, el hacha del centauro impactó en la espada de Alex, entumeciendo su mano. Alex rodó por el piso hacia un lado y se levantó, intentó recuperar fuerzas en su brazo pero el Centauro ya se volvió a abalanzar sobre él, Juniper lo detuvo con unos cuantos flechazos  en sus pezuñas, el centauro se tambaleo y Alex aprovecho el momento para darle una serie de tajos en el cuello; su resistencia no era como la de un humano común y al quinto tajo tuvo que retroceder, los cortes parecían afectarle bastante.

«Pero no son suficientes, tengo que tratar de aumentar la potencia.» Pensó Alex.

Polo luchaba contra el tridente del centauro, la dificultad era muy elevada debido a que una daga contra un tridente no era lo suficientemente fuerte y larga para poder repeler bien todos los golpes, si no fuera por la ayuda de Charlotte en la larga distancia estaría peor de lo que estaba; aunque a pesar de la ayuda de su compañera, él tenía que saber encargarse de esto solo, ella también estaba ocupada encargándose del arquero.

«Es un combate bastante extraño, pero debo aprovechar todo lo que pueda de el.»

Dando un salto, bloqueó una flecha con su daga que iba directo hacia Charlotte y la agarró en la caída con su mano derecha, esquivó una estocada del tridente y le clavó la flecha en el cuello al centauro lo más profundo que pudo, luego con un revolver escondido en su entrepierna dio dos disparos al cuello.

«Si el Centauro representa la conexión entre la carne y la mente.» Pensó Polo.

« ¡Debemos romper su conexión!» Pensó Alex, volviendo a chocar armas con el centauro.

Alrededor de su combate pudo deducir unas cuantas cosas. Primero: su forma física era terrible, no podía seguir al Centauro por mucho tiempo más; segundo: las heridas del centauro empezaban a cansarlo a él también, significaba que el tampoco aguantaría mucho, pero el hechicero hacía lo posible para curarlo y eso era un problema; tercero y último: Polo la estaba pasando mal, un cambio de centauro les vendría muy bien en términos de comodidad.

«Aunque Polo es increíble, va tan parejo contra una bestia que lo supera en varios aspectos»

Ambos se miraron y Alex con algunas señas de mano le explicó el cambio, este no tuvo problema alguno y planeó como irse de manera magistral. Con una granada de mano algo pequeña, Polo dio un salto hacia atrás y lanzó la granada en las pezuñas del centauro, recibió todo el daño de golpe y quedo confundido a lo que Polo aprovechó para salir de su combate. Alex no se quería quedar atrás y empezó a dar unos cuantos espadazos de manera rápida, se tiró al suelo y se arrastró por la tierra pasando por debajo del centauro, este se volteó para atacar, pero el espadachín agarró un puñado de tierra y se lo lanzó en la cara, lo dejó aturdido y aprovecho para tumbarlo con unos golpes de espada; luego pasó a retirarse de su combate.