Capitulo 37

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Narra Lali.

No había pegado ojo en toda la noche, había sido una tortura. Me levanté de la cama, un millón de veces, vomitaba de los nervios y no podía dejar de llorar. Por suerte, Andrés había estado al lado mío.
- ¿Como te sentís?- me preguntó cuando entré en la cocina.
- Mal. Muy mal. -contesté y me senté- Había pasado unos días re lindos, estaba relajada y venia preparada para el juicio. Pero lo de Peter me partió al medio...
- Deberías ponerte un poco en su lugar.
- Y él en el mío ¿no crees?
- Lo hizo. A pesar de que te necesitaba, cuando fue lo de Natalie, él te entendió. Pero se te fue un poco de las manos...
- ¿Yo tengo la culpa de las fotos?
- No dije eso, La. Pero pensá un poquito.
- No estoy para pensar. -contesté y me llevé las manos a la cabeza- Me voy a dar un baño.
- Deberías desayunar.
- Se me fue el hambre- me levanté.
Entré al baño, abrí el grifo de agua caliente, para llenar la bañera y tiré unas sales de jazmines. Me quité la ropa, recogí mi pelo y conecté mi celular al altavoz. Puse el modo aleatorio y me metí en la bañera, justo cuando empezaba a sonar "y así será" de Floricienta.

Narra Peter.

Me había costado dormir y Natalie tampoco había pasado su mejor noche.
- ¿Nervioso?- me preguntó ella cuando entró en la habitación.
- Un poco- contesté con sinceridad y me abroché la camisa blanca.
- ¿Me vas a contar qué hablaste con Lali?
- No es momento.- dije y me acerqué a ella. Me agaché y le dí un beso a la panza. - Papi te va a dar todo lo mejor del mundo.
Natalie sonrió, acarició mi pelo y me susurró "te quiero".
Ya preparados, cruzamos a mi casa, para buscar a Andrés y Lali.
- La, me dejó su coche para que vayamos al médico- dijo Andrés a Natalie.
- No hace falta que vengas conmigo- contestó ella.
- Voy a ir- dijo él.
- Hola Natalie- dijo Lali cuando apareció y evitó mirarme.
Andrés y Natalie, se fueron. Yo me subí al auto y esperé a Lali escuchando la radio.
- Ya estoy- dijo cuando se subió.
- Vamos a buscar a la China y a Cande- contesté y arranqué.
Nos mantuvimos en silencio todo el camino. La, miraba su celular y yo estaba centrado en la carretera.
- No paran de hablar del juicio...-me contó para romper el hielo.
- Es normal- contesté frío.
- ¿Podemos hablar de nosotros?
- No existe más un nosotros.
- No me digas eso...
- Es la verdad- contesté y frené en la casa de Candela, dónde ella y la China, ya esperaban en la puerta.
Las chicas saludaron a Lali y empezaron a hablar de mil boludeses, que no importaban a nadie. Cuando llegamos a los juzgados, estaba lleno de gente. Periodistas y fans, habían cortando una calle entera. Al vernos, los de seguridad, empezaron a apartar a todos, para que me pudiera meter en el parking y después de unos, eternos, diez minutos, lo conseguí.
El abogado, se acercó rápido hacia nosotros, cuando entramos y nos llevó a una pequeña sala.
- Estuve hablando con el abogado de Benjamín, se va a declarar inocente de todos los cargos que tienen que ver con Peter, Candela y Eugenia- nos contó- Y después, dirá que pegó a Lali, pero solamente una vez y nunca más.
- Que mentiroso hijo de puta- dijo Lali entre dientes y pegó un golpe a la mesa.
- ¿Que hacemos?- preguntó Candela.
- Centrarnos en el testimonio de Mariana, es el único al que le van a dar importancia de verdad. Todo depende de vos- la miró- ¿Te sentís preparada?
- No, pero no tengo opción- contestó y suspiró.

Narra Lali.

En la sala, había mucha más gente de la que me esperaba. Amigos y familia, estaban ahí para darme su apoyo y su amor. Aunque tendría que decir tantas cosas terribles, que sería doloroso que escuchen como sufrí.
Un policía, trajo a Benjamín, se sentó en una mesa a unos pocos metros de la nuestra y se quedó mirando hacia delante.
El juez, entró, todos nos pusimos en pie y después, nos mandó a tomar asiento. Mi abogado, fue el primer en hablar, llamó a Benjamín a declarar y este, se declaró inocente de todos los cargos.
- La señorita Mariana Espósito, hizo una denuncia muy amplia en contra de usted- le comunicó mi abogado a Benjamín- Usted leyó esa denuncia y rechazó declarar. Se escapó de la policía, además. ¿Por qué hizo eso si se declara inocente?
- Me asusté. Una denuncia así, me arruina la vida, la carrera, destroza a mi familia... No supe reaccionar bien, pero soy inocente.
- ¿Nunca le pegó a la señorita Mariana?
- Una vez- dijo él con seguridad- Habíamos discutido y ella se quería ir de casa, yo quería hablar. Pero ella insistía en irse, hubo un forcejeo y sin querer, le dí un empujón fuerte. Cayó al suelo y se lastimó un hombro.
- ¿Por qué no la dejó irse?- insistió mi abogado- ¿Usted no sabe que no puede retener a una persona?
- Porque quería irse con su amante- dijo mirando hacia Peter.
Benjamín no hacia más que soltar mentiras, para intentar justificar el maltrato hacia mi. Negaba, rotundamente, todo lo que le decía mi abogado.
Candela, Eugenia y Peter, declararon después de él. Hablaron de la situación que tuvieron que pasar por culpa de Benjamín y de la violencia que ellos presenciaron hacia mi, por parte de él.
Llevábamos dos horas ahí encerrados, testigos falsos habían ido a declarar a favor de Benjamín, se estaba haciendo eterno. De repente, mi abogado, me llamó al estrado. Me puse en pie y fui con paso firme a sentarme dónde me indicaron. Coloqué bien el micrófono que tenía delante y me aclaré la garganta. El abogado de Benjamín, se acercó hasta mi, me miró de una forma fría y dejó escapar una ligera sonrisa.
- Señorita Mariana- comenzó y miró al tribunal- Usted realizó una denuncia, en la que habla sobre la violencia que recibió, durante mucho tiempo, por parte del Señor Amadeo ¿es correcto?
- Si, es correcto.
- Esa denuncia, dice textualmente- agarró una hoja y se dispuso a leer- "Recibí golpes, insultos, patadas y además agresión sexual" ¿Es esto así?
- Si, es así.
- ¿A dónde quiere llegar?- preguntó el juez- La Señorita sabe lo que puso en la denuncia.
- Discúlpeme su señoría, quería aclarar esto, porque la Señorita Espósito, dijo en una entrevista que el caballero, le había dado algún golpe. Cuando en esta denuncia, va más allá de un golpe. ¿Podría explicarme por qué?
- Soy una persona pública, cómo tal, a veces es difícil que mi vida sea privada. Se filtró la información de la denuncia que le hice a Benjamín y dijeron cosas, que hicieron dañó a mi familia, a mis amigos y a mis seguidores. Me vi en la obligación de intentar tranquilizar las cosas. Hablar era mi forma de evitar más problemas. No quería contar con lujo de detalles todo lo que viví por culpa de Benjamín, preferí guardar eso. No creo que sea un delito, contar en una revista, lo que me parece lo mejor- dije desafiante.
- La internaron con quemaduras de tercer grado- dijo aquel hombre, evitando el tema anterior- En el hospital, dijo que se le había caído agua hirviendo encima y que su pareja, la había llevado rápidamente a urgencias, pero, en su denuncia, usted dice que fue él quién le tiró el agua hirviendo. ¿Cual es la verdad?
- Benjamín y yo estábamos discutiendo, fue después de mi primer concierto. Él se enojó porque Juan Pedro, había subido al escenario a cantar, junto con mis demás compañeros de Teen Angels. Vió un acercamiento que no le gusto, pero no voy a justificar su violencia. Yo no lo engañé, él me engañó a mi con su enfermedad...
Mi voz se quebró, aquel hombre siguió haciendome preguntas estúpidas y sin sentido. Hasta parecía que quería justificar los golpes de Benjamín.
Mi abogado se puso en pie, me miró con comprensión y me pasó un pañuelo, cuando comenzaron a caer lágrimas de mis mejillas.
- Mariana ¿Podés continuar?- me preguntó y me alcanzó un vaso de agua.
- Si, si que puedo- dije después de dar un sorbo.
- Quiero que cuentes, cuando comenzó Benjamín a maltratarte.
- Al principio se enojaba por mi forma de vestir, cuando nunca le había molestado. Después me gritaba cuando no le contestaba el celular, quería ir conmigo a todos lados, cuando le decía que no se aparecía dónde estaba, sin importarle lo que yo decía. Empezó a pegarme cuando entré en Amor Eterno, me empezó a manipular también.... Me hizo creer que estaba enfermo, que tenía un cáncer de pulmón- cuando dije aquellas palabras, mi abogado enseñó a el juez y al jurado, los papeles que había falsificado Benjamín, sobre su enfermedad.
- Continua Mariana.
- El tiempo que creí que él estaba enfermo, justifique su comportamiento. Me daba igual si me gritaba, si me pegaba, si me insultaba o si me tiraba la comida por la cabeza. Yo quería verlo bien, quería ayudarle y pensaba que él se portaba así, por miedo. Por miedo a morir y por miedo a perderme. Cuando descubrí que me había mentido, iba a dejarlo, pero ahí empezó a amenazarme con la gente que quiero. Lastimó a Eugenia, a Peter incluso quiso matarlo, pero terminó mandando a Candela al hospital... -busqué la mirada de Peter y pude verlo llorar.
No fueron muchas más las preguntas que tuve que responder, hasta que el juez dio por finalizado el juicio.
- En una hora, daré el veredicto-dijo su Señoría y se retiró.
Benjamín, me miraba todo el tiempo. Podía sentirlo. Peter se acercó a mi y me dio un abrazo, el abrazo que más estaba deseando. Sin soltarme, ni un sólo segundo, me ayudó a salir de ahí, para que Benjamín, me dejara de mirar. Fuimos a la sala en la que habíamos estado, anteriormente, con el abogado, mientras mi papá hablaba con él y las chicas iban a por café.
- ¿Como estas?- me preguntó dulce, casi en un susurro.
- Triste- lo miré- Te amo.
- La... No quiero hablar de nosotros, no es momento.
- Yo necesito hablar Peter- le contesté y me acerqué a él- Necesito saber que pasa ¿Es por qué me fui? Te pido perdón, pero necesitaba irme ¿Es porque no estuve ahí cuando Natalie estuvo internada? Te pido un millón de veces perdón. Perdón. Perdón. Perdón- él bajo cabeza y yo me acerqué a él, agarré su cara con una mano y lo obligué a mirarme a los ojos.- Si esto es por las fotos, te pido perdón también, pero esas fotos no son nada. No hubo nada de lo que parece. Es un chico divino, que me hizo compañía y me ayudó a morir de risa, cuando más lo necesitaba. No hubo nada entre él y yo Peter. Vos sos el amor de mi vida.
- ¿No hubo nada?- preguntó molesto y se apartó de mi.
- No mi amor- contesté, aunque sabía que si había pasado, me había dado un beso tonto con Federico, pero no podía dejar que un beso, empeore las cosas.
La China y Candela, entraron con los cafés, justo cuando Peter, se disponía decirme algo, pero al verlas, hizo silencio, agarró su café y salió de la sala.

Narra Peter.

Si me corazón se había roto al ver a Lali dándose un beso con ese pibe, ahora, cuando me miró a los ojos y me mintió con seguridad, ya iba a ser imposible repararlo. Me senté fuera de la sala, tomé unos sorbos de café y encendí mi celular. Tenía un mensaje de Andrés en el buzón de voz.
- Peter- dijo al otro lado del teléfono su voz quebrada- Natalie no quiere que te diga nada, porque estas en el juicio y ya tenés bastante, pero la volvieron a internar. Dice el médico que puede perder el embarazo a la mínima, no está nada bien. Cuando puedas, llámame o vení a la clínica.
Todo iba mal. Apagué el celular con furia y me metí en el baño. Tiré el vaso de café contra la pared y empecé a llorar de impotencia y de dolor.
Salí después de varios minutos, la China estaba sentada dónde me encontraba yo antes, me miró y se acercó a darme un abrazo.
- ¿Que pasa hermanito?
- Todo está mal...- la abracé con fuerza- Lali se va, yo lo paso mal, ella se besa con otro, yo veo eso, ella me miente en la cara y yo me hago el que no sé la verdad. Además, Natalie está otra vez internada...
- ¿Que le pasó?
- El embarazo no dejó en ningún momento de estar en peligro, le dieron el alta para nada- dije molesto.
- Va a salí todo bien.
- Ojalá Chinita. Ojalá.
Nos quedamos ahí, abrazados, hasta que nos mandaron a escuchar al juez.
Entramos todos a la sala, nos quedamos en pie y entró el juez.
- Benjamín Amadeo, es declarado inocente de los cargos que denunciaron Juan Pedro Lanzani, María Eugenia Suárez y Candela Vetrano. -anunció el juez.
Miré a Lali y pude sentir su miedo.
- Respecto a los cargos de violencia hacia la señorita Mariana Espósito, el señor Benjamín Amadeo, es declarado culpable.
La sala estalló en aplausos. Los padres de Lali la abrazaron con fuerza.
- Silencio- pidió el juez- Benjamín Amadeo, su sentencia por violencia de género es de diez años. Con la posibilidad de libertad bajo fianza, al cumplir los cinco años, si tiene un comportamiento adecuado. Además, deberá pagar una multa por los daños ocasionados y por falso testimonio a la Señorita Espósito- finalizó y dio un golpe con su mazo.
Benjamín, clavó la mirada en mi. Su madre lloraba, desconsolada, mientras su marido intentaba consolarla. En medio de esa montaña rusa de sentimientos, la madre de Benjamín, se tiró encima de él. Lo agarró con todas sus fuerzas. La policía, intentaba separarla, pero les resultaba difícil.
Dejé de mirarlos, cuando Lali apareció delante de mi y me dio un abrazo. Apoyé mi mentón, sobre su cabeza y cerré los ojos.
- Es poco consuelo para el infierno que viví.
- Lo sé chiquita- susurré.
Los gritos fuertes que se formaron en dos segundos, me hicieron abrir los ojos asustado. La madre de Benjamín, tenía una pistola en sus manos, apuntando, directamente, a Lali.
Lali se dio la vuelta, la miró a los ojos y soltó mi mano.
- Entiendo que es tu hijo- le dijo con tranquilidad- Pero hizo cosas horribles.
- ¡CÁLLATE!- le gritó Benjamín a Lali y consiguió quitarle el arma a su madre- ¡SOS UNA DESGRACIADA!- dijo con furia- SIEMPRE TE CUIDÉ, TE AMÉ. HICE LO MEJOR PARA VOS, PEDAZO DE HIJA DE PUTA- .seguía gritando mientras los policías le ordenaban que tirara la pistola- ME ENGAÑASTE CON ESTE IMBÉCIL- le dijo y me miró durante unos segundos- COMETÍ UN ERROR, UNO SÓLO EN AÑOS DE RELACIÓN. UN PUTO ERROR PORQUE VOS ME IBAS A DEJAR Y ME MANDÁS A LA CÁRCEL. SOS UNA MIERDA.
Lali empezaba a tener problemas para respirar, la vi pálida. Lloraba sin parar y miraba fijamente a Benjamín. Quise acercarme un poco a ella, pero él me vio y me apuntó.
- Ni se te ocurra tocarla- me advirtió y volvió a mirar a Lali- Mi amor- le dijo con una sonrisa y llorando, sin dejar de apuntarle- Pedíme perdón, decíme que me amas y yo aguanto cinco años en la cárcel.
- Benjamín, dejá eso- le pidió Lali- Ya hiciste mucho daño.
- ¿Me dejaste de amar?- Lali bajó la mirada y no quiso contestar- ¡CONTESTÁME O TE JURO QUE DISPARO A TU VIEJA!
- Si- susurró ella y lo miró a los ojos- Perdóname, deja eso Benjamín. Hablemos tranquilos, por favor.
- Entonces no puedo aguantar cinco años encerrado -dijo él, se secó las lágrimas e ignoró la súplica de La- Espero que esta imagen te atormente toda la vida, porque sos la culpable.
En un abrir y cerrar de ojos, Benjamín se puso la pistola en la boca y apretó el gatillo.

Amor Eterno ||Laliter||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora