Este día no fue el mejor que digamos, temprano por la mañana me alisté para mi presentación, o bueno en lo que ahora se había convertido. Arreglé mi cabello y me terminé de alistar poniéndome un vestido gris de falda amplia con un cinturón rojo y unas zapatullas altas de el mismo color de el cinturón.
—Vamos Briana, tú puedes... Hazlo por ti, hazlo por Leonardo, por Leonardo —me dije a mí misma mirándome al espejo—. Por Leo.
Ahora mismo estaba tan nerviosa y asustada que no podía concentrarme al cien porciento, Leonardo estaba por en el quirófano donde le realizarían el trasplante y por otra parte estaba la carga de lograr terminar en el recuerdo de todos frente al escenario.
Y así fue, puedo decir que no fue la mejor presentación de todas pero seguramente dejé mi huella y la de Leonardo esta noche, al terminar sentia mi corazón latir con fuerzas y rapidez de la emoción que sentía. Podría jurar que había un color azul zafiro y otro color vibrante decorando el escenario, las personas de pusieron de pie y aplaudieron, sonreí y grité a todo pulmón:
—¡Lo hicimos Leonardo Hamato! —las risas comenzaron a salir de mis labios, al terminar completamente sali corriendo de el escenario con rapidez.
No sé dónde cayó mi violín, ni dónde quedaron mis zapatillas después, solo recuerdo correr con todas mis fuerzas hasta la parada de el autobús para ir a la parada de autobuses y llegar lo más rápido posible al hospital y qsusaber cómo andaba todo con Leonardo.
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[Unos días después]
—Briana, ya es hora —me dijo Rafael desde la entrada de la habitación, suspire y asentimdo con la cabeza me levanté de la cama en la que estaba sentada y salí con él.
—Vamos —dije y me dediqué a mirarlo un momento antes de caminar fuera—. ¿Y Miguel Ángel?...
—Está con mi padre... No hay dejado de llorar...
—Me imagino... Trataré de calmarlo para cuando sea el entierro... —susurré lo último y finalmente caminé fuera para ir a la sala donde se encontraba Splinter, Donatello y Miguel Ángel.
Al llegar abracea Miguel Ángel con cariño y le besé la frente, él se aferró a mí entre lágrimas. Yo solo le acaricaba la espalda con calma.
—Tranquilo... Sé que duele, sientes que una parte fundamental de ti se ha ido... Que todo lo se ha venido abajo... Pero... Al final, todo mejora poco a poco... Lo superas pero nunca olvidas... Es parte de el ser humano superar y seguir adelante —susurré mientras seguía abrazándolo.
Poco después de seoararme de aquel abrazó fui a la habitación que Leonardo y Donatello compartían pues solo faltaba él.
«Nunca he llorado»
Esas tres palabras le dije a Leonardo una vez, y es que es cierto, desde pequeña y tras la muerte de mi padre decidi que no me mostraría “débil” llorando frente a los demás, eso implicaba no solo guardarme las ganas de llorar, sino, aprender a llorar por la razón correcta. Abril un vez me dijo que sin llorar por la simple muerte de un hámster era un robot sin sentimientos, pero lo cierto es que aun que lo parezca no me... ¿cómo decirlo?..., no puedo llorar por eso aunque quiera, mis lágrimas no salen cuando deseo, y quizás sea mi culpa.
Pero nunca, nunca en mi vida imagine llorar ahora, nunca me imaginé esta sensación de amargura en mi pecho, ese nudo en la garganta y los sollozos inevitables que salen de mis labios resecos... El ardor en los ojos por las lágrimas... Ese sentimiento de haber querido hacer más...
—Donatello —mi voz salió un poco quebrada, pro bueno, ¿qué podía esperar después de haber gritado como una vieja loca el día anterior.
—Ya estoy listo —me respondió acomodándose el cabello, lucía cansado y la corbata... Bueno, ni siquiera tenía un nudo en la corbata.
—En realidad, se tiene que hacer un nudo en la corbata Donatello —le respondí tratando de sonar cómica. Sonriendo de medio lado me le acerque y comencé hacerle el nudo de la corbata, dicen que las cosas que bien se aprenden no se olvidan, y ver a mi padre cada mañana hacerse el nudo de la corbata por once años me dejó un buen aprendizaje—. Ya está.
—Gracias...
—No hay de qué... Vamos —le dije con una sonrisa cálida.
[• • •]
Los funerales y entierros no han sido lo que más me agrade nunca, pero por Leonardo estuve allí presente, llorando como si no hubiese un mañana. Después de la cirugía hablé con Leonardo, y me pidió que asistiera al funeral de su madre, que no debía evitarlo o perdermelo pues él no podría asistir.Fue lo más doloroso ver a Mikey llorar así, pero finalmente logramos que se tranqulizara un poco. Después de que estuviera tranquilo siguió el entierro, cada uno dijo unas palabras y tras eso de dio fin a ese momento. Después de casi una hora fui a casa y me duché para ir a visitar a Leonardo.
¡La cirugía había sido un éxito!, y si bien ahora estaba bajo cuidados intensivos y control total de el ambiente que lo rodeaba era mejor que haber tenido que enterrar a dos personas.
Es cierto, esta historia no tiene un final muy bueno, pero así sucedió, Leonardo sigue con vida y en cuanto se recupere quiere ir a tocar el piano como nunca, según él: "hasta que los dedos me duelan y me cansé". Y bueno, estaré allí para él. Finalmente encontré a esa persona curativa que llegó a mi vida, quien apeaar de sus dificultades estuvo allí dándome lecciones que nunca olvidaré.
Te amo Leonardo Hamato.
Atentamente: Briana.
N/A: Perdón pero no sabía como concluir, cosa que si ven mis otros libros se darán cuenta de que soy PÉSIMA dándole final a una historia, pero me digne a escribir, espero que sea de su agrado, hasta la próxima uwu
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Al ritmo de mi corazón.
FanfictionSe narra la historia de un sobreviviente, un pianista. al cual, le queda muy poco tiempo, Su sueño es tocar en un presitigioso teatro y demostrar su talento. Y esperar, esperar a que lo recuerden... ♡Idea original mía. ♡No se permite copiar. ♡Fanfic...