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𝓲𝓽𝓪𝓵𝓲𝓪𝓷 𝓰𝓪𝓵𝓵𝓮𝓻𝓲𝓮𝓼
(⁰²) Quizás se sepa que soy también
de esas que no pueden expresar sus pensamientos
de las que esconden bajo la piel
todos sus profundos sentimientos.
Waterford, Irlanda, Europa
Siete de la mañana
despierto
y puedo dar las gracias
porque, despierta, no sueño
Madeleine miró su hoja... ¿Lo estaría haciendo bien? Suspiró, observando al profesor, que se encontraba caminando en zigzag entre los pupitres desordenados.
Nadie se tomaba muy enserio esa clase; diez de los dieciséis alumnos que tomaban la asignatura la habían elegido para perder el tiempo, y el profesor no hacía nada al respecto, así que Madeleine no sabía mucho por qué eso le importaba.
Jace Anders, el maestro, era un sujeto con un corte de pelo hasta la mitad del cuello, de unos treinta y tantos años, algo hippie, y, para Madeleine, totalmente cool. Lo único malo en ese profesor es que siempre veía lo bueno en la escritura de todos, menos en la de ella. Era una ofensa considerando que era una de las pocas que realmente amaba esa asignatura.
—Profesor —le llamó en voz baja, cuando éste pasaba por su lado.
—¿Sí, Mad? —preguntó, inclinándose hacia abajo, en el mismo tono de voz que ella.
—Pues... yo... no sé qué tal está mi poema —explicó.
Madeleine le sentía buena vibra a aquel. Le había tomado casi toda la hora escribir aquellas catorce palabras, ya quedaban diez minutos para el timbre. Jace Anders tomó un pupitre desocupado que se encontraba junto a la chica, y leyó en voz apenas audible, para luego repetir: "porque, despierta, no sueño". Y así se quedaron; el profesor leyendo lo que Madeleine había escrito, y ella mirando expectante al profesor, hasta que tocó el timbre. El aula se despejó en unos minutos.
—Madeleine, ¿Puedes quedarte un momento? —le preguntó Jace, al ver que Madeleine estaba por salir.
—Claro —murmuró. Anders buscó algo en su maletín de cuero marrón, para luego mirar a Madeleine.
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Galerías Italianas
Novela JuvenilMadeleine tiene un gran problema: sueña todas las noches con un chico que no conoce y el verdadero inconveniente es que, lejos de incomodarla, comienza a desarrollar sentimientos por él. ¿Podrías enamorarte de alguien que has visto sólo en tus sueño...