La Pinoteca de Brera era un lugar soñado para cualquier amante del arte, como lo era el Louvre, y estaba feliz de poder visitarla recién el segundo día de su estancia en Italia, luego de haber viajado desde Inglaterra.
Luca tenía una fuerte teoría, y es que estos dos lugares eran tan importantes por una razón: todo buen artista tenía un cuadro en exposición en una galería italiana, o moría en Francia. En ese momento, observando pinturas de Bronzino, Tintoretto y Cagnacci, lo comprobó.
Su mirada vagaba por cada recoveco de lo que observaba, hasta que no quedase rincón por descubrir. Sin embargo, su vista se perdió en un momento.
No era raro en él encismarse en sus pensamientos, pero una alarma sonó en su cabeza. Se había quedado totalmente embobado mirando Il Basio de Francesco Hayez. La obra era tan precisa, él conocía su historia, el cuadro fue pintado en el momento en que Piamonte y en Lombardía estaban realizando las alianzas que lograrían la unidad de Italia. Retratados en la pintura, se puede ver a una pareja en los pasillos de un castillo, besándose con completo y sincero amor. Mirar la escena es conmovedor, rozaba la inquietud. Sin embargo, aquella incomodidad se apoderó de su cuerpo no por la obra de arte, sino porque se había imaginado a él mismo en ese lugar y, entre sus brazos, a una joven de ojos pardos y sonrisa hipnotizante que últimamente no podía dejar de soñar.
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Galerías Italianas
Novela JuvenilMadeleine tiene un gran problema: sueña todas las noches con un chico que no conoce y el verdadero inconveniente es que, lejos de incomodarla, comienza a desarrollar sentimientos por él. ¿Podrías enamorarte de alguien que has visto sólo en tus sueño...