-¡Ey!¿Ése no es Shushu, el perro de la tienda de comida?
El refugio estaba a unos pocos kilómetros de ciudad Orange, algunas personas vieron al perro acercarse, y fueron a su encuentro.
-Me alegra que estés bien, todos estábamos preocupados -dijo un jóven de gafas, mientras acariciaba al can.
-Está herido, seguro lo atacaron los piratas -reforzó un segundo hombre, de barba y camisa floreada-. Aquí estará bien.
-¿Y el alcalde? -preguntó un anciano calvo y de bigote-. ¿No fue a darle de comer?
-¡Es cierto! -exclamó una mujer de pelo corto-. ¿Le habrá pasado algo?
-Me preocupa -dijo el primero-. Iré a ver qué pasa.
-¿Estás loco? El alcalde no es tan tonto como para que lo atrapen, se conoce cada rincón de la ciudad -aseguró el anciano-. Lo malo es que es un poco cabezota, espero que no haga ninguna tontería.-Lo siento, te juzgué mal -dijo Nami, levantando una palma en señal de disculpa.
Luffy se levantó, la miró unos segundos y luego agregó:
-No importa, ya que los piratas mataron a tus personas queridas, supongo que lo has tenido que pasar mal. Sin embargo, no quiero escuchar tu historia.
-Grrr...¡Ya no aguanto más! -gritó el alcalde de repente-. ¡Me avergüenzo de mí mismo! ¡Tú...incluso Shushu, han dado todo luchando! Pero yo como alcalde...¡No he hecho nada!¡Sólo los he dejado destrozarlo todo!
-¡Cálmese alcalde! -lo tranquilizó Nami.
-¡Un hombre debe valerse por sí mismo!¿No es verdad, chico?
-Es cierto, viejo -asintió Luffy con una sonrisa.
-¡No le des la razón! -gruñó la chica.
-Hace cuarenta años, llegamos aquí y tratando de olvidar todas las tragedias que los piratas nos habían causado, construimos ésta ciudad de la nada. Sólo éramos unas personas, pero al año, mucha gente llegó y todos ayudaron a que la ciudad prosperara.¿Lo ven?¡Donde antes no había nada, ahora hay una gran ciudad portual!Ésta es la ciudad...¡A la que he dedicado toda mi vida!¡La ciudad y su gente son mi tesoro!¡Si no puedo protegerlos, no sirvo como alcalde!¡LUCHARÉ!
《¡¡¡BOOMMM!!!》
Otra Bomba Buggy que se disparaba. Ésta vez, destrozando la hilera de casas que estaban a un costado. La onda expansiva los tumbó al suelo. Cubrieron sus cabezas, protegiéndolas de los restos que salían disparados velozmente.
El aturdidor ruido fue apagándose de a poco.
Una vez hubo pasado la ráfaga, el anciano fue el primero en recuperarse, y acomodando sus gafas añadió:
-¡Ahh!¡Mi casa!
-¡Zoro estaba allí durmiendo! -rugió Luffy, preocupado.
Rápidamente se reincorporaron, y corrieron hacia allí. Zoro estaba sentado agarrándose la frente, rodeado de mucho humo y escombros.
-Estaba durmiendo muy a gusto...¿Quién me ha despertado?
-¡Genial!¡Estás bien! -exclamó Luffy.
-¿Cómo es posible...que siga vivo? -murmuró Nami.
-Siento como mi corazón fuera a estallar -dijo el anciano-. ¡Ya no aguanto más!¡Están destrozando mi ciudad! Esos seres inhumanos¡No tienen derecho a destruir la ciudad que me ha costado construir cuarenta años!¡No les he permitido montar éste alboroto!¡Los mataré!
-¡Alcalde, espere! -lo sujetó Nami por la espalda, evitando que salga corriendo.
-¡Suéltame!
-¡No puede hacer nada, es una locura!
-¡Sé que es una imprudencia! -gritó el anciano, girando bruscamente, con lágrimas en los ojos.
Nami lo soltó, y acto seguido salió corriendo en dirección al bar con la lanza en la mano, maldiciendo:
-¡Espérame, Buggy!
El trío se lo quedó mirando cómo se alejaba unos segundos, y luego Nami manifestó:
-El alcalde...estaba llorando
-¿Si? Yo no me he dado cuenta ¿Y tú Zoro? -preguntó Luffy.
-Nop, para nada -sonrió éste-. Parece que va a pasar algo interesante.
-Jejeje tienes razón.
-¡Ésto no es divertido! -gruñó la chica.
-No te preocupes, no dejaré que ese viejo muera, me cae bien.
-¿Entonces, por qué te ríes?
Luffy la miró durante un corto período de tiempo.
-Mi meta es llegar a la grand line, intentaré recuperar el mapa -declaró Luffy, y a continuación, le extendió la mano-. ¿Quieres unirte a mí?¿Quieres el tesoro, no?
La chica le sostuvo la mirada unos segundos.
-No voy a ser pirata -le dijo, y luego, le chocó la palma con la suya-. Pero me uniré a ti, hasta que consiga todo el tesoro.
-¡Bien, vayámonos! -exclamó Zoro, levantándose.
-¿Tú también vas?¿Qué pasa con tu herida? -le preguntó Nami.
-Han intentado ensuciar mi nombre -dijo éste e inmediatamente, se desató el pañuelo de su brazo, y se lo ató en la cabeza-. Y eso duele más que la herida.
-¡Vamos allá! -alentó Luffy, sonando sus nudillos.
Y comenzaron su marcha.
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One Piece: East Blue
AdventureVeinte años después de la muerte de Gold Roger, el Rey de los Piratas, el One Piece sigue sin ser encontrado. Un joven llamado Monkey D. Luffy, inspirado por la admiración que desde su infancia le tiene al poderoso pirata Shanks《El Pelirrojo》, comie...