One Piece: East Blue

Capítulo 17: Ojos de Halcón

-¿Qué pasa hermana Nami? -le preguntó Johnny-. Veo que estas viendo los carteles de recompensa.
-Oh no, no es nada -contestó ella, un tanto alarmada.
-¡Ohhh, veo que encontraste un pirata muy caro! -exclamó Yosaku-. Pero realmente no debes ir a por él. Estuvo escondido en las sombras un tiempo, pero dicen que vuelve a estar activo.
-Pero apuesto a que es difícil capturar a un tipo de 20 millones de berries.
-El es tan fuerte, que solo hay una pequeña oportunidad de que incluso nos podría matar.
-¿Huh?...Uh, disculpa...¿Hermana Nami? Ese es...nuestro tesoro -masculló Johnny.
-¡Claro, yo lo traje aquí desde su bote! -dijo la chica, arrastrando un enorme saco.
-¿Huh? Pero nosotros no tenemos ninguna intención de quedarnos con ustedes, ¿no? -le dijo Yosaku.
-¿Pueden darse la vuelta?
-¿Huh?
-Quiero cambiarme de ropa, pero no puedo hacerlo con ustedes mirando, así que dense la vuelta.
-Uh...¿Su...su ropa?¿Por qué ahora...? -musitó Yosaku, con rubor en su rostro.
-¡S...si, señora, nos daremos la vuelta ahora!
Y así lo hicieron.
-La h...hermana Nami es tan intrépida como parece... -dijo Johnny, ruborizado.
-No nos meteremos en problemas por una mirada...sólo una.
-¿HAH?
Nami los empujó por sus cabezas, y arrojó a ambos por la barandilla del Merry, hacia el agua.
《¡Splash!》
-¿¡Qu...qué estas haciendo, hermana Nami!?
-Les voy a decir lo que estoy haciendo...¡Negocios! -exclamó ella, con una sonrisa traviesa-. Soy una ladrona que le roba a los piratas, y este barco no es la excepción. Yo nunca dije que nosotros fuéramos camaradas, sólo dije que nos ayudaríamos un poco. Oh...¡pero su tesoro es una excepción! Yo sólo estuve con Luffy y los otros por poco tiempo...¡pero fue divertido!¡Adiós! Por favor, despídanse de mi parte, ya nos veremos si nuestro destino lo decide.
-¡E...espera, no puedes hacernos esto hermana Nami!
-¡Nosotros eramos los encargados de cuidar el barco!
-¡Devuélvenos el tesoro!
Pero el Merry se alejó, dejando a los caza recompensas en el mar.

-¡Mierda! Ya decía yo que últimamente estaba muy rara... -dijo Zoro, entre dientes.
-¡Nos engañó! Y en esta situación de emergencia, nada menos -dijo Usopp, apretando sus puños.
-¡Espera, aún puedo ver un barco! -exclamó Luffy, con las manos sobre las cejas- ¡Es el Going Merry!¡Yosaku, Johnny!¿Dónde está su bote?
-Todavía está aquí... -afirmó Yosaku.
-¡Zoro, Usopp!
-Ah, déjala -dijo el espadachín-. ¿Para qué vamos a perseguir a una ladrona?
-¡Pero ese barco es importante! -lo regañó el tirador-. ¡Lo conseguimos de Kaya!
-¡Yo tengo que tenerla como mi navegante! -se enfadó Luffy.
Zoro lo miró unos segundos y luego, con resignación, agregó:
-Bien...que patada en el culo capitán, ¡Hey, Usopp!¡Vayámonos!
-¡O...Okay!
-Yo todavía no he arreglado las cosas del restaurante -señaló Luffy.
-Ten cuidado, eso no se hace todos los días -lo aconsejó Zoro.
De repente se escuchó un grito aturdidor.
-¡Es ese!¡Don Krieg!¡Ese hombre es el que destruyó nuestra flota!¡Nos siguió hasta aquí solamente para matarnos!
-Ese bastardo... -murmuró Krieg con el rostro tenso de ira.
Zoro se sorprendió al escuchar esas palabras.
-Ese...¿Puede ser...?
-¿Ese es el hombre que se supone que hundió cincuenta barcos? -preguntó Patty, con un inmenso tenedor en sus manos.
-¿Y es el que destruyó el barco de Krieg ahora? -preguntó Carne.
-Pero si parece un humano común y corriente -agregó otro- y no parece que esté llevando un arma especial o algo así...
-Su arma está en su espalda -observó Zeff-. Eso es... "Ojos de Halcón", es un famoso espadachín. Él es el mejor espadachín de todo el mundo.
Dracule Mihawk era un hombre de 41 años. Tenía una barba corta y patillas, medía 198 cm de altura. La pupila de sus ojos, iguales a los de un halcón. Vestía ropas adornadas de negro y rojo, dándole la apariencia de un espadachín español. Su vestimenta consistía en un sombrero de ala ancha adornado con una gran pluma, y un abrigo largo y negro, abierto, con mangas de color rojo, con dibujos de flores y un collar con forma de cruz. Su gran espada tenía una hoja negra curvada, y también tenía la forma de un crucifijo, con un guardamanos de oro decorada con bolas rojas. Su puño envuelto en vendas, sobresalía por detrás de su espalda. Hacía su aparición en una balsa con forma de féretro con dos velas de cera con flamas verdes, una pequeña silla negra y un pequeño mástil con vela también negra. Estaba sentado cómodamente de piernas cruzadas, dedos entrelazados sobre su rodilla, y sostenía una expresión seria en su rostro.