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                                                                                 Luhan

Kim Minseok era un apasionado francés. Apuesto, a finales de los cincuenta, con los ojos del mismo color que su pelo gris oscuro, y una perilla gris más clara. Estaba bronceado y en forma y caminaba con una fluida gracia que era nacida de su confianza y ego.

Me gustaba. Él decía lo que tenía en mente, un rasgo que yo admiraba en cualquiera, y tenía el intelecto para respaldar sus argumentos. Pero también escuchaba con una mente abierta, sin miedo a aprender. Y eso era una rareza, especialmente en mi campo.

Él había coincidido con mi viejo jefe de Melbourne, el profesor Donghee, unas pocas veces, y aunque apreciaba la aportación del hombre a la lepidopterología, nunca le gustó mucho la forma en que jugó el juego político para seguir su carrera.

– "Donghee puede negarlo todo lo que quiera," dijo Minseok, con un acento denso, – "pero la verdad es que yo le disgustaba a causa de con quién elegí acostarme. Nada que ver con mi carrera. Supongo que es lo mismo contigo."

Parpadeé sorprendido. Estábamos almorzando en su oficina, no discutiendo nuestra vida privada en un bar o algo así. – "Yo uh. Um."

Minseok me sonrió a sabiendas. – "Está bien conmigo, Luhan. Nunca esconderé el hecho de que soy gay. Tampoco tú. Pensé que lo entenderías."

Esto no era una conversación que yo estaba cómodo teniendo. – "Lo soy, gay, eso es, y lo entiendo. Sólo separo mi vida personal de mi vida profesional. Nunca desearía detalles de los hábitos sexuales del profesor Donghee, y espero la misma cortesía."

Sonrió como si yo lo encandilara. – "Ah, somos de generaciones diferentes, joven Luhan. Eres de una época en la que se acepta y nadie te molesta, ¿sabes? Pero yo tenía que luchar por ello y no ocultar quién era, aunque me costara el trabajo. Donghee y siempre pensó que era mejor que yo por esta razón. Los lobos estaban siempre a mi puerta, y a él le daban becas de investigación como recompensas."

– "Yo no era consciente de esto," dije, empujando mi agua lejos. – "Aunque no me sorprendería mucho. Nunca fue cálido conmigo. Supuse que era porque yo era muy franco y me negaba a complacer todo lo que decía."

Minseok se rio. – "¡Es por eso que el profesor Tillman te buscó!"

– "Bueno, sí. El profesor Donghee no estaba contento."

Levantó las manos y dijo algunas palabras bastante elegidas en francés. Sabía lo suficiente como para reconstruir lo que quería decir. Pero él me ofreció una sonrisa. – "Le sirve apropiadamente."

Doblé cuidadosamente mi envoltura de sándwich por la mitad, luego la mitad otra vez, presionándola hacia abajo. Minseok me observaba con una sonrisa. – "Dime, Luhan. ¿Cuál es tu opinión experta hasta ahora sobre la Ulises?"

– "Estoy de acuerdo con sus conclusiones. Todo lo que usted lista es exacto, y no hay discrepancias en sus datos."

Él asintió lentamente. – "Espero que no."

– "Sería contraproducente de mí parte asumir que sus cifras y porcentajes son correctos sin comprobar por mí mismo. Si tomaba sus datos como un evangelio y hubiera un error, nunca encontraría la inconsistencia."

– "Cierto."

– "Dado que los datos son sólidos, debemos determinar los factores externos, como estoy seguro que usted es muy consciente."

Minseok sonrió y arrugó su envoltura de sándwich. – "Sí."

– "El hecho de que las mariposas puedan reproducirse y estén dispuestas es alentador. Por qué la oruga sobrevive, pero la mariposa muere es la preocupación."

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