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Pocos minutos han pasado desde que Lucas se ha marchado y me sentía vacía, sin vida, no podía acudir a Riley, eso es lo peor, no podía acudir a mi mejor amiga, ya que todo lo que estaba pasando estaba mal.

Pero no pude hacer nada por más que sintiera tanto dolor, lo tenía que dejar ir.

Salí de mi casa y ahí estaba él, rodeé los ojos e intenté ignorar su presencia.

—Maya por favor ya no me ignores, te he pedido muchas disculpas.

—Y yo te he pedido que dejemos las cosas como amigos.

— ¡No puedo!

—Sí puedes, yo no te gusto, entiende simplemente estás confundido y solo porque Riley te dejó.

—Pero sí me gustas, créeme, incluso me sentía como un monstruo porque estando con Riley aún sentía algo hacia ti, eso no significa que no quiero a Riley, la amo, pero no de la forma que tú crees. Necesitaba decírtelo. Necesitas saberlo al igual que yo necesito saber qué sientes por mí.

—Nada, yo no siento nada, ya pasó una semana por favor dejemos las cosas en paz.

Y me fui ignorándolo, ignorando el dolor.

Es difícil intentar ignorar lo que uno siente, pero debía de tratar, debía de seguir con mi vida sin sentir algo por Lucas, debía de hacerlo por mi bien.

Nunca había sentido tanto miedo que cuando miré mi nuevo horario y era mismo que el de Lucas Friar.

No otra vez.

Lo volteo a ver y claramente él tenía una sonrisa de oreja a oreja, mi única salvación era Jack qué tal vez no tenía el mismo horario, pero sí compartíamos la mayoría de clases.

Lucas se me acercó, se inclinó un poco y susurró:

—Ni el mismo destino quiere que te separes de mí, rubia.

Lo empujé lejos de mí rodando los ojos e intenté escaparme yéndome a mi primera clase, aunque claro él venía detrás de mí.

Era difícil intentar, cada vez que se me acercaba era sentir algo magnífico, pero prohibido, aún más prohibido mientras que Riley lo extrañaba, me sentía la peor, sabiendo que ella aún soltaba lágrimas por él y él venía hacia mí.

—Maya – me llamó.

Rodeé los ojos y giré hacia el vaquero con cara de fastidio.

— ¿Ahora qué, Sundance?

—Necesito tu ayuda, entramos hace un mes y eres prácticamente a la única persona con la que hablo.

— ¿El grupo de mastodontes de fútbol no cuenta?

—Me refiero a amigos.

— ¿Y qué quieres que haga?

Huckleberry suspiró y me miró con seriedad.

— Quiero volver a hablar con Riley y Farkle.

Tragué saliva nerviosa.

Habían pasado seis meses desde lo ocurrido, nos habíamos dividido, incluso Zay no le habló por un tiempo a Lucas, mientras que Riley lo evitó porque aún lo quería, Farkle en realidad huyó por miedo a él y yo me había alejado por mi bien.

Lucas no es malo, y no porque lo quería intenté justificar lo que hizo, pero se había quedado solo y yo era la única que se dignaba a hablarle, aunque fuera de forma muy cortante. Él había sido mi incondicional en el pasado y a pesar de lo que había pasado en este último año lo menos que puedo hacer es ayudarlo cómo él me ayudó a mí.

The truth || Lucaya #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora