Blind Love

Enamorate de mi voz

El plan de las llamadas aún seguía su marcha y aunque no todo saliera rápido ni a favor darme por vencido no era una opción, toda la semana la pase llamando unas contestaba y otras no pero tan si quiera el rechazo no era total, tal vez una parte de ella quiere seguir hasta conocer el rostro de la voz tras el teléfono.

Una noche me decidí a llamar puesto que era un día especial, era su cumpleaños el cual me sabía desde principios de la preparatoria, ahora me pregunto el porqué no le hable en aquel entonces, cuándo aún tenía mis posibilidades más certeras pero bueno no existe el “Hubiera”, existe el presente y “El una vez en la vida” así que no lo desperdiciaría, no esta vez.

—Hola —Dije al escuchar que tomo la llamada-.

—¿Porqué sigues llamando?—Pregunto casi con la voz hecha un hilo-.

—¿Qué tienes? Te escuchas triste —Escuche voces al fondo gritando-.

—Porqué justamente hoy, peleando y el día de mi cumpleaños, nada les importa

La escuche desahogarse por minutos, yo solo estaba tras la bocina atento lamentando no estar con ella para consolarla y decirle que todo estaría bien.

—¿Hey sigues ahí?... ¿Hola?

Espere a que guardara silencio y comencé a cantarle las mañanitas a causa de su cumpleaños, puede escuchar como su tono cambio enseguida haciendo sentir mi corazón cálido porque al menos mi voz y la acción le alegraba un poco.

—Feliz cumpleaños (t/n), no llores más ¿si? Escucharte reír para mi es la mejor sinfonía, los problemas van y vienen pero aquí estaré para sacarte risas y sonrisas cuando más las necesites.

—Oye enserio gracias, eres el único que se tomo la molestia de felicitarme, lo agradezco enserio Oye como regalo ¿me podrías decir tu nombre? —Pregunto con un tono alegre y curioso-.

—Aún no, se perdería la magia ¿no crees? —dije algo nervioso-. Pero te puedo describir mi rostro ¿te parece buena idea?

Así pasamos alrededor de una hora y media más hablando entre risas y silencios, ella tratando de hacer un boceto de mi rostro pidiendo a detalle cada rasgo, en algún momento me dio nervios de nuevo al pensar que con aquel boceto me pudiese reconocer y ya jamás tomar mis llamadas al saber quien era, más aleje aquel pensamiento y disfrute la llamada hasta que finalizo ésta, dejándome una sonrisa amplia en el rostro y con pensamientos varios imaginando nuestro punto de encuentro en un futuro no tan lejano o ya no tanto como lo era antes.