II

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Chanyeol

Los días habían pasado e iban de mal en peor según a mi vista, algo irónico ¿no? puesto que ya ni vista tenía, subir y bajar escaleras era un reto total, agarrar el cubierto era un logro sobrenatural y ya ni se diga el bañarme, todo era con ayuda de la única persona que me quedaba y cargarle la mano me hacía sentir inútil en su totalidad por lo cual decidí quedarme en mi cama cosa que mi madre no permitió y me saco del cuarto para que comiese y recibiera luz natural, la cual solo mi cuerpo sentía.

¿Porqué yo?.-exclame en un grito mirando a donde se supone estaba el cielo, dejándome caer en el piso.-

—¡Madre! ¿Dónde esta Dios? ¡Dime!
-volví a gritar con desesperación sintiendo como mi madre me levantaba del piso ocultado mi cabeza en su pecho donde llore todo lo que debía y sentía.-

Después de todo aquél abrazo era mejor que mil palabras, sentía que había sacado todo, ahora ya no debía darme el lujo de quebrarme debía ser fuerte para mi madre ya que no había noche que no la escuchase llorar en su habitación y ya no quería más eso.

Madre desde hoy empieza un cambio, te lo prometo. -verse palpando su rostro con delicadeza y mediante este mismo tacto pude sentir como ella sonrió lo cuál lleno mi corazón pues aunque no pudiese ver al menos podía sentir.-

—Hijo espera aquí sí, es que tocan la puerta...

Al escucharle solo asentí y ella se retiro tardando unos pocos minutos en los cuales escuche intercambios de voces en la puerta para después escuchar sus pasos de vuelta tomando asiento a lado mio.

Blind LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora