Pequeño (parte 2)

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Pocas cosas se aprecian en la vida del modo que deberían. Una de ellas es sin duda la sonrisa de una madre, el calor de sus brazos después de tiempo separados y la paz que genera ser tomado entre ellos.

Renjun inspira todo el aroma dulce de su madre mientras la abraza con fuerza, sintiéndose con tan solo ese gesto desinteresado y de amor puro, en casa.

-Mi hombrecito... -lo mira con fervor, despejando con sus manos el cabello que se le pega a la frente, cosa que aparentemente después de tanto de tiempo no deja de sucederle.

-Hola mamá. –abrumado y con una enorme sonrisa, Renjun se deja hacer quedamente por su madre, quien debe ponerse de puntitas para alcanzarlo.

De pie en el marco de la puerta, Jaemin observa la cálida escena en silencio, con una suave sonrisa en los labios. La señora Hwang es siempre dulce cuando ve a su hijo, no importa cuánto tiempo haya pasado desde la última vez ella siempre lo recibirá con un fuerte abrazo y muchos mimos.

-Jaemin querido, ven, ven aquí. –lo llama con los brazos extendidos y a pesar de que es una mujer pequeña y delgada, Jaemin se acerca de la misma forma para ser abrazado.

-Señora Hwang, siempre es un gusto verla.

-Pues deberían darse ese gesto más seguido. –con los brazos en jarras y el ceño ligeramente contraído, la madre de Renjun señala hacia el techo, acusadoramente. -¡Hace mucho tiempo que no me visitan!

Ambos comparten suaves sonrisas cómplices, apenas Jaemin tocando el hombro de Renjun mientras su madre da la media vuelta entrando a la casa. –Hemos estado algo... ocupados.

-Trabajan demasiado, ese es el problema. –Caminando hacia la sala de estar, la madre de Renjun continúa su ya clásica letanía de todas las visitas. –Mucho trabajo para ver a omma ¿eh?

Renjun se apresura unos pasos a su madre, a quien abraza por la espalda fuertemente, dejando su barbilla recargada en el hombro de ella. –Aaah, mamá no digas esas cosas. Te amamos y nos encanta verte. –con una gran sonrisa, Renjun mira hacia atrás donde Jaemin avanza con pasos calmos. -¿Verdad, amor?

Jaemin detiene su andar por un momento, totalmente tomado por sorpresa. Una pequeña muestra de afecto, casi sin pensarlo y sin embargo fue capaz Renjun de desestabilizar todo su sistema. Incapaz de hablar, Jaemin asiente a tropezones.

-Ah... si. –se aclara la garganta, metiendo incómodamente las manos a los bolsillos de su saco.

Una vez llegando al comedor, en la mesa están sentados los miembros de la familia del futuro esposo de su madre. Son al menos 10 personas y la ansiedad comienza a apoderarse de su cuerpo, sintiendo como de repente la corbata le aprieta demasiado el cuello, el suelo se siente demasiado hondo y el sudor frío le recorre el cuello. Renjun traga saliva y se lleva el dedo índice por la inercia al cuello jalando de la camisa hacia afuera, cuando el suave toque de la mano de Jaemin le tranquiliza, logrando que el aire le vuelva a los pulmones.

-Hey. –una dulce sonrisa y una caricia por la espalda. –Puedes hacerlo, estoy contigo ¿de acuerdo?

Renjun asiente, con una pequeña sonrisa en los labios.

-Por favor, tomen asiento. –La señora Hwang los llama, con una bandeja de estofado en las manos, colocándolo sobre la mesa.

Jaemin toma del meñique al castaño y así avanzan hasta la mesa, recorriendo el mayor la silla para el pequeño quien toma asiento diligentemente sin quitarle los ojos de encima a Papi, hasta que este se sienta a su lado en el comedor.

-El es mi hijo Renjun. –lo presenta su madre, orgullos, dirigiéndose a los presentes en la mesa. El castaño asiente con una sonrisa y una venia educada. –Y el es Jaemin, su novio.

Daddy's Little Boy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora