Daddy's Little Boy

Desobediente

Advertencias: BDSM y cositas kinky además de smut ♡

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El último sorbo de leche de cereza yace en el fondo del vaso que sostiene entre sus dedos, observando con una mezcla entre aburrimiento y la frustración el charquito rosa se mueve de un lado a otro. Renjun lleva tirado en la cama observando ese charquito poco más de cinco minutos y ya siente que ha pasado una eternidad, tratando inútilmente de mantener sus pensamientos ocupados y alejar la ansiedad de su cuerpo y mente al no saber nada de Papi desde la noche anterior, cuando le beso la frente y subió al auto para manejar muchas, muchas horas hacia el sitio donde tendría una importante junta de negocios por la tarde. Prometió escribirle cuando tuviera un momento libre pero al parecer, los accionistas habían ocupado mucho de ese tiempo y Renjun prefirió alejarse del teléfono a seguir pendiente de él, esperando un mensaje.

Intentó de todo. Desde tomar un baño largo hasta ver una película, pero nada funcionó para mantenerlo ocupado el tiempo suficiente y, presa de la frustración, se sirvió un vaso de leche de cereza en uno de esos vasos grandotes que compraba Papi para él cuando iban al cine.

El por qué necesita mantenerse ocupado, va un poco más allá del solo hecho de extrañar a Jaemin y estar aburrido como una ostra dentro de la casa. Renjun despertó con el libido por el cielo, uno de esos días en los que su cuerpo decide que es un buen momento para tener una erección al despertar, como si de un adolescente hormonal se tratara. Y está lejos de serlo. Hace poco cumplió 22 años y la última vez que le paso algo parecido seguía en la secundaria. Sin embargo algo era cierto y es, que el deseo que siente no es parte de ese asunto mañanero...

Renjun tiene pocas reglas y todas las cumple al pie de la letra día si y noche también. Le gusta llenar su tablero de estrellas y recibir cariños en el pelo. No le gustan los castigos y solamente tuvo uno de esos, cosa que no quiere repetir. Pero, y aquí viene el pero, si hay algo que todavía lo pone de los nervios es que Papi ha sido muy claro con él desde el principio: No puedes tocarte cuando yo no esté.

¡Ah, que miserable se sentía! Despertó duro, húmedo y solo en la habitación de Jaemin, ahí donde ambos duermen. Las sábanas olían a él y a Renjun le dieron unas ganas terribles de bajar su manita y hacerse cargo de la situación, entre la comodidad de las suaves y tibias mantas que lo cubrían. Pero se detuvo y recordó que Jaemin había dicho que quería darle todo el placer con sus propias manos... o su boca... y entonces, Renjun ha mantenido la imagen mental de Papi succionando la punta rosada hasta hacerlo delirar fuera de su cabecita por el tiempo suficiente para sucumbir al hecho de mirar un charco de leche rosa en un vaso.

Suspira y el cabello castaño sobre su frente se alza ligeramente. Rueda sobre su espalda y, con las mismas piernas extendidas hacia arriba, se impulsa hasta llegar a la orilla, misma en la que deja sobre el buró el vaso vacio para abrir el último cajón. Dentro hay una caja forrada de blanco con un listón verde menta, regalo de Donghyuck de cumpleaños que Renjun todavía recuerda, abrió lleno de entusiasmo para encontrar dentro algo que le pondría las mejillas tan rojas como las fresas sobre su pastel.

Donghyuck se rió mucho por su reacción y Jeno no paro de disculparse. Afortunadamente estaban solo ellos cuatro, porque de haber abierto la caja frente a su mamá, Renjun seguramente hubiera tenido que dar muchas incomodas explicaciones.

Pero no ahí. No en su habitación, donde piensa portarse mal y después, tomar la represaría. Está dispuesto a jugar un rato mientras Papi vuelve y, por supuesto, hacerlo participe de ello.

-Sí, este es perfecto. –Renjun sonríe, llevando consigo dos de los juguetes especiales que Hyuck le obsequio con cariño.

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