Campamento

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Cuando despertó esa mañana, no lo hizo con el sonido de la alarma junto a la cama de Papi. Lo despertaron los pequeños quejidos de Toben rascando la puerta de la habitación pidiendo salir, a eso de las siete de la mañana de un sábado.

Sin embargo y aun con todo el modorro encima, Renjun se puso de pie para abrirle a su pequeño cachorrito la puerta. Se metió las pantuflas en ambos pies y se tallo los ojitos, bostezando bien grande. Toben esperaba desde la puerta, sollozando mientras movía su colita al ver a su humano despierto.

-Buenos días, Toben. –Renjun se recarga en sus rodillas, para hacerle cariños debajo del hocico al animalitos que lo recibe con suaves lengüetadas. -¿Dormiste bien?

Y esperaba realmente que lo hubiera hecho, porque Renjun tuvo que rogar muchísimo para poder dormir con Toben, alegando que sería "solo una noche" y Jaemin aceptó, dejando que el cachorro durmiera con Renjun el primer día en casa. De eso habían pasado ya dos meses y Toben seguía durmiendo en el pecho de Renjun, acurrucado contra el pequeño y a veces, contra Papi.

Renjun toma a su peludo amigo entre sus manos, haciéndole ruiditos contra la nariz con la suya. Ambos salen con mucho cuidado y en silencio de la habitación donde Papi aun duerme del otro lado de la cama. El pequeño se asoma desde la puerta, observando a Papi dormir tranquilo y de puntitas, regresa para dejar un beso en sus labios cerrando y ahora sí, salir con Toben en brazos rumbo al jardín.

Bajando las escaleras puede notar que Nana ya esta despierta en la sala, mirando las noticias mientras en la cocina algo huele delicioso. Renjun baja a Toben y abre la puerta del jardín, dejando salir al pequeño a hacer lo suyo para después limpiar y llevarlo a la cocina a desayunar. Mientras el cachorro huele el pasto y corretea mariposas que llegan a los rosales de Jaemin, Renjun saluda su Nana con un beso en la mejilla, desde atrás del sillón.

-Buenos días, Nana. –el chico sonríe, mirando a la mujer aun en el sofá.

-Buenos días mi niño, ¿por qué tan temprano? –JooHyun se pone de pie, para ir a la cocina por un vaso de leche chocolatada para Renjun. –Aun no está listo el desayuno ¿tienes hambre, cariño?

Renjun la sigue obedientemente y se sienta en los taburetes frente a la barra.

-No, estoy bien. –bosteza, con las manos cubriendo su boca. –Toben hizo mucho ruido y quería salir, así que me desperté antes. Espero que Papi no se alarme cuando despierte.

JooHyun responde desde la nevera, sacando la leche.

-Vendrá a buscarte, de hecho no debería demorar mucho en despertar... -lo dice más en un susurro, mientras vierte la cocoa en polvo dentro del vaso de leche. -¿Quieres la leche caliente, cielo?

-Sip. –Renjun entrelaza sus dedos, jugando con los pies que apenas tocan el suelo. –Por favor.

Antes de que el microondas anuncie que los cuarenta segundos han transcurrido, Renjun siente las manos de Jaemin sobre sus hombros, un suave beso en el cabello y se voltea para recibir a Papi en un abrazo y una lluvia de besos en el rostro.

-¡Buenos días! –Renjun sonríe, brillante y se deja besar en la nariz como tanto le gusta.

-Buenos días mi amor. –el mayor toma asiento a un lado de su pequeño, frente a la barra donde JooHyun extiende una taza de café previamente hervido. –Buenos días, Nana. Muchas gracias.

JooHyun les sonríe a ambos, entregando la leche tibia al menor y abandonando la cocina.

-Deben comer bien antes del viaje.

-¿Viaje? –Renjun pregunta a su lado, quien endulza su café. -¿Cuál viaje?

Jaemin se gira de lado a su pequeño, quien lo mira con los ojos hacia arriba y la boquita manchada de chocolate. Le limpia la comisura con el pulgar y baja la taza a la barra.

Daddy's Little Boy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora