Después de la muerte de su padre y de la derrota que tuvo a manos de Naruto, Neji se había prometido tener toda su vida bajo control como sus amistades, gestos, sentimientos, comentarios e incluso lo que haría durante su día a día, pero en ese momento todo su control se estaba yendo por un caño. Estaba siguiendo a Sakura a través de un viejo edificio y no se sentía bien, de hecho estaba muy confundido y molesto por lo que estaba pasando en su vida.
Hace unos semanas era un ninja con misiones regulares en las que a penas y se sudaba, tenía entrenamientos con Lee y Tente en los días libres y cuando terminaba se iba a su casa para meditar hasta el anochecer, pero después de haber sacado al equipo siete de las garras de Orochimaru y del traidor de los Uchiha todo se había puesto de cabeza, empezando con la propuesta-amenaza de Tsunade y terminando con él corriendo por el edificio viejo y mal oliente con una mujer, que a pesar de que la entrenaba no la conocía tan bien como a sus dos compañeros de equipo. Lo cual era una clara señal, a su parecer, que no debería estar ahí.
Pero el destino era caprichoso.
Neji lo sabía bien y eso era lo que más le molestaba. Contuvo el deseo de soltar una maldición cuando un pinchazo de dolor le cortó la respiración. Realmente extrañaba la tranquilidad de la rutina.
—Neji —soltó Sakura mientras se detenía.
Las cabalidades de Neji se detuvieron en seco y miro lo que Sakura le señalo, la puerta estaba a unos pasos de ellos, se encontraba a medio abrir y de no ser por la apariencia limpia y nueva que tenía la hubiera pasado por alto con las otras que estaban al lado.
—¿Tsunade-sama está ahí?
La pregunta de Neji hizo que Sakura diera un respingo y al mismo tiempo se diera cuenta del lugar donde estaban. Había olvidado todo por competo y solo se había concentrado en esa sensación que la llamaba. Pero ¿Por qué? No podía entenderlo.
—Ah...
—Hasta que al fin llegan —dijo una voz autoritaria cortan la exclamación de Sakura al instante.
Los dos voltearon y miraron la expresión tranquila de Tsunade.
—No me vean así. Vamos que no tenemos todo el día.
Neji alzo una ceja y se ahorró el comentario que iba a soltar hacia la Hokage, que probablemente le hubiera brindado un puñetazo en pleno rostro.
Atravesaron la puerta y llegaron a una sala rectangular con una mesa y cuatro sillas de metal. En una estaba sentada Shizune con un vaso humeante de té, parecía cansada y mayor de lo que era. A Neji le dio una mala espina todo eso, pero no dijo nada, necesitaba respuestas lo antes posible de todo el embrollo en el que estaba metido.
—Tomen asiento —ordeno mientras se acomodaba el abrigo verde.
Ambos obedecieron. Sakura le lazo una mirada disimulada a Neji cuando este se colocó al otro lado. Se veía fresco como una lechuga en comparación a ella, que se sentía como si una manada de elefantes la hubiera aplastado y luego lanzado contra un muro. O con Shizune que parecía a punto de desmayarse encima del té.
Sakura meneo la cabeza consternada. No podía pasar una hora sin fijarse en él y en su ¿perfección?
—¿Estas bien? —pregunto la Hokage mirándola.
—Sí, sí, solo pensaba.
—¿Qué está pasando? Tsunade-sama —pregunto Neji irritado por la tardanza.
—Cálmate Hyuga. Y antes de empezar díganme ¿quién de los dos encontró la caja?
—Yo Tsunade-sama —contesto Sakura.
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Destinados (NejiSaku)
FanfictionDespués de terminar herida en una misión para traer a Sasuke de regreso, el destino de Sakura Haruno se ve mezclado con el de Neji Huyga. Ninguno imagino que su corazón fuera débil ante el otro ni mucho menos de los sentimientos que rodeaban sus acc...